Cuando estar presente no es suficiente: las mujeres en la política

Las mujeres han comenzado a impactar la política, pero el camino aún es largo. / RRSS
Las mujeres han comenzado a impactar la política, pero el camino aún es largo. / RRSS

Buscar una paridad de género en el Gabinete presidencial parece ser una tendencia en los últimos tiempos, pero ¿Es un progreso real?

Cuando estar presente no es suficiente: las mujeres en la política

El primer ministro canadiense Justin Trudeau lo hizo en 2015. Y el presidente francés Emmanuel Macron siguió su estela en mayo pasado. Trudeau ha sido el favorito de las feministas en todas partes, y Macron claramente quiere seguir sus pasos. Ser un político feminista masculino está de moda.

Sin embargo, algunas investigaciones muestran que la representación numérica de las mujeres sólo porque sí, no es la mejor solución como se ha considerado desde hace mucho tiempo. Lo que es más importante para lograr una equidad significativa es que las mujeres controlen los recursos políticos clave. En el escalón más alto de la política, eso significa ocupar altos cargos del Gabinete con los mayores recursos financieros y de personal disponibles.

Aunque no todo es show, ya que en sistemas políticos como los de Francia y Canadá, sus Gabinetes representan el lugar en donde se toman las principales decisiones políticas. Tener un 50 por ciento de mujeres en un Gabinete parece señalar que las preocupaciones de las mujeres se están tomando en serio. Algo que puede suceder por ejemplo, pasando un presupuesto sensible al género o abordando el sesgo implícito en los códigos tributarios.

Desafortunadamente, en la mayoría de países las investigaciones han demostrado consistentemente que las mujeres son relegadas a posiciones de Gabinete de nivel inferior o estrictamente relacionadas con lo femenino, lo cual no está mal, pues las mujeres pueden ser aptas para ellas, pero no sólo conocen sobre salud, familias, desarrollo o deportes.

Esencialmente, esto significa que las mujeres pueden tener una voz en las reuniones del Gabinete, pero no pueden mover la aguja de la política en áreas importantes como asuntos exteriores, finanzas o empleo. Por desgracia, y a pesar de Trudeau o Macron, los hombres todavía ocupan la mayoría de las posiciones poderosas. Debido a que las mujeres ocupan puestos menos importantes, las ministras de Gabinete también tienen menos voz en el Parlamento, y etcétera, etcétera.

Si los países realmente quieren abordar las necesidades políticas de las mujeres, necesitan compartir el poder nombrando mujeres en los puestos más relevantes sin importar nada. Sólo cuando las mujeres controlen los recursos políticos habrá una posibilidad real de que las preocupaciones de las mujeres sean también incluidas en los altos niveles de la política.

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