¿Cuál es el mensaje ahora de Sánchez a la Cataluña constitucional?

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Manifestación en Barcelona a favor de la unidad de España.
Conocemos la oferta de Sánchez al independentismo, pero ¿cuál es el mensaje del presidente del Gobierno a la otra mitad de Cataluña, la constitucional que quiere ser española?
¿Cuál es el mensaje ahora de Sánchez a la Cataluña constitucional?

A fecha de hoy no conocemos cuál es el mensaje del doctor Pedro Sánchez a la Cataluña constitucional; es decir, a los ciudadanos con vecindad civil en aquella comunidad, que quieren seguir siendo españoles y que en aquel territorio se acate y cumpla la Constitución y el conjunto de las leyes que de la misma se desprenden. Una evidencia de la quiebra profunda de la paz civil en aquella región es el corte que desde hace semanas se produce cada noche en la Meridiana de Barcelona, en la más absoluta impunidad, secuestrando el derecho constitucional de los ciudadanos a la libre circulación. Lo más insólito es que el departamento de Interior de la Generalitat se niega a intervenir, alegando que “mientras no haya violencia es un derecho a la libre manifestación”. Por lo visto, no es violencia impedir que la gente transite libremente por su ciudad. Este es el anormal marco en que vive la capital de Cataluña y que sirve de marco de referencia para la nueva fase del “diálogo” en lo que para Sánchez era ayer un conflicto de convivencia y ahora lo es político, conforme le impusieron que reconociera sus consocios de ERC.

Lo que sí que conocemos es con todo detalle lo que ofrece el presidente del Gobierno a los catalanes que, representados por los partidos independentistas, desean dejar de ser españoles: De entrada, se les ofrecen 41 medidas de lo más variado, incluidas viejas reivindicaciones que en su tiempo plantearon al Gobierno Mas y Puigdemont, y que afectan esencialmente a la presencia y competencias del Estado en Cataluña y, sobre todo, descargan un chorro de dinero e inversiones en aquella región. Y de paso, el Gobierno, en su reunión bilateral, de igual a igual, sin líneas rojas, levanta todas las restricciones que marca la Constitución a la hora de conversar, empezando por la primera cuestión que interesa al independentismo y que forma el lote de referéndum de autodeterminación y amnistía. Y como el terreno ya está abierto, de entrada, la Generalitat ya ha ido soltando a los sediciosos, en tanto el Gobierno de Sánchez va preparando la reforma de Código Penal para amoldar la calificación y penas de los delitos cometidos a los políticos presos para su definitiva excarcelación.

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En las redes ven con humor el encuentro Sánchez Torra

Pero no olvidemos que, como reveló en su día el juez Santiago Vidal, autor de la Constitución catalana, antes de ser presidente del Gobierno, Pedro Sánchez les había ofrecido la posibilidad de recuperar el contenido del Estatut de 2006, que aceptó Zapatero, antes de conocerlo (“aceptaré el Estatut que mande el Parlament de Cataluña”, dijo) por medio de leyes orgánicas o de otro modo, si accedía a la presidencia, lo que conllevaba un Poder Judicial propio y que el Estado no pudiera legislar para Cataluña en materias no cedidas.

Sánchez tiene el campo libre

Conviene remitirse a lo ocurrido en el reciente comité federal del PSOE, que para Sánchez ha sido una especie de paseo, dado el respaldo que los líderes autonómicos del PSOE prestaron a sus planes, con una especie de modestos y vergonzantes matices, más para salvar la cara que para otra cosa. Pero lo más insólito es que el aragonés Javier Lambán y el castellano-manchego Emiliano García-Page hayan pedido que no haya un trato de favor hacia el independentismo en detrimento de otros territorios. O sea, que se le pide a Sánchez lo que se debería dar por sentado en la acción de un presidente que lo es del conjunto del Gobierno de la nación.

Hasta tal punto se ha impuesto Sánchez, que hasta el ayer receloso García-Page se tragaba sus propios escrúpulos y temores. Sus declaraciones fueron las más sorprendentes, por cuento vino a decir que la Constitución no pone límites para que se hable de cuestiones que, en sí mismas, serían contrarias a la misma. Es curioso que el envaine de los barones que se creía críticos lleguen al extremo de considerar que medidas de tal alcance como la reforma del Código Penal que beneficia a los sediciosos forme parte del paquete de medidas de Sánchez para acercas posiciones con el nacionalismo en la negociación a iniciar, si bien, para guardar las formas, se arguye que no sea conveniente poner este asunto sobre la mesa, pero sí resolverlo de otro modo.

De lo que fue trascendiendo de aquella amable reunión de dirigentes del PSOE, lo más curioso fue la petición del dirigente castellano-manchego de que, pase lo que pase con Cataluña se garantice la igualdad entre españoles, vivan donde vivan”. Y esto no debe ser no sólo un principio de la Constitución y del ideario del PSOE, sino del sentido común. También se ha considerado que el otrora condenado Podemos sea devenga en el socio natural con el que el PSOE debe contar, sin que perturbe el sueño del doctor Sánchez, ayer tan sensible a esta posible incidencia.

Tampoco el presidente de Aragón, crítico ayer, Javier Lambán puso objeciones de fondo, salvo una que no va a admitir ningún tipo de política de apaciguamiento con Cataluña que se haga a costa de la financiación que requieren los habitantes de Aragón”. Y nada crítica estuvo la andaluza Susana Díaz, que hace nada acusaba a Sánchez de ser él mismo el problema para el partido y clamaba que Andalucía no permitiría ser discriminada con respecto a Cataluña. Ahora dice que tiene "tranquilidad y seguridad de que Sánchez unirá siempre el diálogo a la legalidad”. Con referencia a la legalidad, se ve que a Sevilla no llegó la noticia de que el doctor Sánchez entiende que la ley no es suficiente para resolver el problema de Cataluña que debe ser “desjudicializado”, o sea, dejar sin efectos penales los actos de alzamiento contra la Constitución,

En resumen, Sánchez tiene todo el respaldo de su partido para arar como guste, pese a las declaraciones formales de sus barones, todas parecidas, como hizo el valenciano Ximo Puig, que reclama al tiempo “la igualdad" entre todos los españoles y al diálogo con el independentismo catalán dentro de la ley”. O sea, lo repetidamente obvio. Y lo mismo vino a decir la ahora tan bien conllevada con Bildu, Idoia Mendia, secretaria del Partido Socialista de Euskadi, haciendo suyo el mismo lenguaje de los separatistas sobre el conflicto territorial, si bien matizó que se debe dialogar con Cataluña para que ésta no se salga de España.

Pero de todas las manifestaciones es de anotar la de Miguel Iceta, secretario del PSC, quien en un alarde delirante llegó a decir que "no hay mejor defensor de la unidad de España que el PSOE. "No ha habido esfuerzo en los últimos años mayor en defensa de la unidad de España que la actuación política que encabeza". Conociendo la afición al baile de este caballero no llama la atención esta nueva acrobacia en la pista. Pero la guinda de su intervención no tuvo desperdicio: “Es necesario reformar el Código Penal porque "los delitos de rebelión y sedición no se ajustan a lo que pasó". O sea, que no pasó nada. @mundiario

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