Las críticas de Jamal Khashoggi que molestaron a la monarquía saudí

Jamal Khashoggi, periodista. RR SS.
Jamal Khashoggi, periodista. / RR SS.

El periodista desaparecido pasó de ser un rostro común dentro de la élite de Arabia Saudí, a convertirse en uno de los más fuertes críticos del príncipe heredero de la casa Saúd.

Las críticas de Jamal Khashoggi que molestaron a la monarquía saudí

El misterio de la desaparición del periodista saudí Jamal Khashoggi sigue causando revuelo en todo el mundo. “Recibí esta columna del traductor y ayudante de Jamal Khashoggi el día después de que se supiera de su desaparición en Estambul. El Post decidió aplazar su publicación porque confiábamos en que Jamal se pusiera en contacto con nosotros y así, editarla juntos”, dijo Karen Attiah, editora de Khashoggi, quien terminó desapareciendo el pasado 2 de octubre luego de haber ingresado al consulado de su país en Estambul. Los medios turcos, y algunas declaraciones de los agentes que siguen el caso, hacen pensar que el periodista fue asesinado para silenciar sus críticas hacía el actual príncipe heredero de Arabia Saudí Mohamed bin Salmán.

Attiah se pronunció firmemente en su columna habitual Global Opinions, de The Washington Post porque quiso destacar las razones del periodista para exiliarse lejos del régimen saudí. “Esta columna recoge perfectamente su compromiso y pasión por la libertad en el mundo árabe. Una libertad por la que parece que él ha dado su vida”, aseguró.

A lo largo de su carrera, Khashoggi llegó a formar un nombre crítico, pero no radical, dentro de la Corte saudí, defendiendo polémicas decisiones como la intervención en Yemen o la diversificación de la economía. Pero en los últimos años empezó a adoptar una línea dura contra las decisiones tomadas por el príncipe heredero, algo que lo llevó a abandonar su país por su propia seguridad.

Su último artículo, Lo que el mundo árabe necesita es más libertad de expresión, no hace una referencia directa a Mohamed bin Salmán, pero antes si había publicado algunos textos muy críticos con el príncipe. En el último escrito hace un especial énfasis la falta de libertad de prensa que existe en el mundo árabe. “Los árabes [con la excepción de Túnez] o no reciben información o están mal informados. No pueden abordar adecuadamente, y mucho menos hablar en público, las cuestiones que afectan a la región y a su vida diaria”, escribió.

También alaba a uno de los mayores enemigos de su país, Catar. “El Gobierno catarí mantiene su apoyo a la cobertura de las noticias internacionales, a diferencia de los esfuerzos de sus vecinos de mantener el control de la información en apoyo del viejo orden árabe”.

En otras de sus columnas también habla de Irán, otro país con el que Arabia Saudí no tiene buenas relaciones. En la columna titulada ¿Por qué debería el príncipe heredero preocuparse por las protestas en Irán?, se encarga de celebrar las manifestaciones contra el régimen de los ayatolás, asegurando que la monarquía de su país seguramente también lo celebra. Pero también traza una analogía sobre lo que podría pasar en su país y lo que debe hacer el heredero: “Ha llegado el momento de que MBS [Mohamed bin Salmán] se libere de su miedo a la democracia y la verdadera Primavera Árabe, y también de sus preocupaciones, justificadas, del expansionismo iraní [en el mundo musulmán]”, escribió. “¿Qué puede impedir que los saudíes piensen que esa celebración de la libertad, la democracia y la justicia apoyadas por el Estado están reservadas a los iraníes?”.

Asimismo, el periodista se encargó de destacar la participación de Arabia Saudí en la guerra de Yemen: “La continuación de la guerra [entre los yemeníes] dará validez a aquellos que dicen que Arabia Saudí está haciendo allí lo que el presidente sirio Bachar el Asad, los rusos y los iraníes están haciendo en Siria”.

No dudó en criticar la labor del heredero para silenciar la libertad de expresión: “El equipo de comunicación del príncipe heredero en la Corte ha castigado, y lo que es peor, intimidado a todo el que disiente”, escribió en una de sus columnas. El periodista también ha criticado el encarcelamiento de activistas como Samar y Raif Badawi. “Hoy, los ciudadanos saudíes ya no entienden la lógica que subyace en la ola incesante de detenciones”, escribía. “Esos arrestos arbitrarios han empujado a muchas personas al silencio, y a otros, incluso, a abandonar discretamente el país [...] Hay un modo mejor de que el reino evite las críticas de Occidente: simplemente, que libere a los activistas en derechos humanos y que interrumpa las detenciones innecesarias que han perjudicado la imagen de Arabia Saudí”.

Pero no todo fueron críticas, también reconoció algunos logros del heredero: “El príncipe heredero [...] merece reconocimiento por buscar una conclusión correcta para la cuestión. Cuando dirigentes anteriores a él se resistieron a abordar el asunto, él lo afrontó e hizo lo correcto para Arabia Saudí”, escribió sobre la decisión del heredero de permitir que las mujeres conduzcan en el país.

El problema con Jamal Khashoggi es que a pesar de haber formado parte de la élite de su país, nunca fue un problema que hablara y expresara lo que pensaba, nunca fue hombre de quedarse callado y esto le terminó jugado en contra cuando Mohamed bin Salmán fue nombrado heredero al trono, puesto que desde que ascendió, se ha encargado de formar una imagen mucho más 'amable' de la monarquía a pesar de mantener muchas medidas que sofocan la libertad de expresión y otras muchas polémicas. “A mí se me ha dicho que tengo que aceptar, con gratitud, las reformas sociales que he reclamado desde hace mucho tiempo y que a la vez me calle sobre otras cuestiones, que van desde el atolladero de Yemen, las apresuradas reformas económicas, el bloqueo a Catar, los debates sobre una alianza con Israel en contra de Irán, y el encarcelamiento de decenas de intelectuales y clérigos saudíes del último año”, expresaba el periodista, quien finalmente decidió no callarse.

El apellido Khashoggi no es desconocido en el mundo árabe, ya que el patriarca del clan, Mohamed Khashoggi, fue médico personal del rey Abdulaziz Bin Saud, fundador de la moderna Arabia Saudí. Otros miembros son Adnan Khashoggi, un traficante de armas, o Samira Khashoggi, una escritora y madre del multimillonario egipcio Dodi al Fayed, último novio de la princesa Diana de Gales. @mundiario

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