La crisis en la frontera entre Polonia y Bielorrusia se agrava: ¿qué está pasando?

Migrantes en la frontera entre Polonia y Bielorrusia. / Twitter @La_SER
Migrantes en la frontera entre Polonia y Bielorrusia. / Twitter @La_SER

La OTAN respalda a Varsovia ante el riesgo de que la grave situación, que ha dejado a cientos de migrantes a las puertas de la UE, degenere en una escalada violenta. 

La crisis en la frontera entre Polonia y Bielorrusia se agrava: ¿qué está pasando?

La crisis en la frontera entre Polonia y Bielorrusia se agrava. La Guardia Fronteriza polaca ha informado este lunes de que cientos de migrantes de terceros países han intentado cruzar a la fuerza a territorio europeo azuzados por el régimen de Alexandr Lukashenko: Varsovia ha denunciado que Minsk intenta desestabilizar al Gobierno polaco, en una maniobra política de venganza por las sanciones impuestas por la Unión Europea.

"Los servicios bielorrusos están trasladando grandes grupos de migrantes hacia la frontera polaca. Estamos a la espera de que sigan avanzando y estamos preparados para cualquier escenario", declaró el portavoz del cuartel general de la Guardia de Fronteras polaca, Michał Tokarczyk. “El grupo está bajo control de bielorrusos armados. Son ellos quienes deciden la dirección que toman”, añadió, por su parte, el portavoz del Ministerio de Interior de Polonia, Stanislaw Zaryn.

La tensa situación ha llevado a Polonia a desplegar 12.000 soldados en el límite fronterizo y ya ha encendido las alertas internacionales: Lituania se plantea declarar el estado de emergencia en su límite con Bielorrusia y la OTAN ha ofrecido su apoyo a Varsovia, ante el riesgo de una escalada violenta por el pulso fronterizo.

“El régimen bielorruso está atacando la frontera polaca, la UE, de una manera sin parangón”, ha denunciado el presidente polaco, Andrzej Duda. “Actualmente tenemos un campamento de migrantes bloqueados desde el lado bielorruso. Hay unas 1.000 personas allí, la mayoría hombres jóvenes. Son acciones agresivas que debemos repeler, cumpliendo con nuestras obligaciones como miembro de la UE”.

Tráfico de personas

El choque entre Polonia y Bielorrusia supone el último episodio de una crisis migratoria que ha aumentado en los últimos meses. Los países fronterizos (Polonia, Lituania y Letonia) han acusado al régimen de Minsk de orquestar el tráfico de personas (procedentes principalmente de Oriente Próximo, Afganistán y África) en respuesta a los castigos impuestos por Bruselas, a los que también se han sumado Estados Unidos y Canadá, por sus violaciones a los derechos humanos.   

En septiembre, Varsovia declaró el estado de emergencia en dos provincias fronterizas con Bielorrusia, con el objetivo de frenar el flujo de inmigrantes irregulares a su suelo. Vilna y Riga también han adoptado medidas para reforzar sus fronteras por el mismo motivo.  

La situación que se ha registrado este lunes en la frontera, sin embargo, no tiene precedentes. Los vídeos difundidos esta semana por las autoridades polacas muestran a cientos de inmigrantes y refugiados reunidos al pie de la valla de alambre de espino que separa ambos países, suplicando a los policías y soldados polacos que permitieran la entrada al país. Algunas personas han intentado derribar la valla fronteriza utilizando troncos, palas y otros utensilios, lo que ha elevado la tensión con las autoridades polacas.

 

 

De acuerdo con los medios locales, miles de migrantes han acampado cerca de la zona bajo temperaturas gélidas durante la noche, mientras las autoridades polacas preparaban un operativo más intenso para frenar a quienes intentan cruzar a territorio europeo.

Grave situación humanitaria 

De hecho, Polonia también ha recibido duras críticas de los socios europeos por su trato a los migrantes y refugiados en la frontera. El país ha construido una cerca de alambre de púas en el límite que separa ambos países y  ante la nueva escalada de tensiones, ahora valora la construcción de un muro para reforzar la frontera con Bielorrusia.

Las organizaciones de derechos humanos han denunciado que las condiciones en la frontera amenazan la vida de las personas, especialmente con la llegada del invierno: se teme que mujeres, hombres y niños no soporten las temperaturas bajo cero. Así, los migrantes ahora mismo están atrapados en un limbo en los bosques polacos: Polonia niega masivamente su entrada y Bielorrusia rechaza su reingreso. 

Minsk (que cuenta con el apoyo de Rusia) niega haber fabricado la crisis de los migrantes y culpa a Europa -y Estados Unidos- de la situación de las personas varadas en la frontera. El régimen ha acusado al Gobierno polaco de violar “totalmente los valores y obligaciones que se comprometió a observar cuando se unió a la Unión Europea en 2004″.

“Quiero recordar el acuerdo de Dublín, por el cual la parte polaca no debe usar la fuerza o el ejército, sino aceptar las solicitudes de los migrantes y analizar en qué medida cumplen los criterios para brindarles asilo de refugiados”, ha dicho Piotr Petrovski, politólogo de la plataforma Bélaya Rus, creada por Alexandr Lukashenko en 2007.


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Bruselas responde

En medio del complicado escenario, la Comisión Europea no ha tardado en mostrar su indignación ante las agresiones de Minsk contra la frontera exterior de la UE. “La instrumentalización de los migrantes que hace Bielorrusia con objetivos políticos es inaceptable”, ha señalado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, quien también ha exigido al régimen de Lukashenko que “deje de poner vidas de personas en peligro”.

La dirigente comunitaria ha urgido a los socios de la UE a redoblar las sanciones contra el régimen bielorruso y contra las compañías aéreas que colaboran con el traslado de migrantes desde terceros países. Asimismo, Von der Leyen ha anunciado que en los próximos días el vicepresidente Margaritis Schinas “en coordinación con el Alto Representante, Josep Borrell, viajará a los principales países de tránsito y de origen [de los migrantes] para asegurarse de que estos países previenen a sus ciudadanos para que no caigan en la trampa de las autoridades de Bielorrusia”.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, entre tanto ha expresado a Polonia “la solidaridad de la OTAN y de todos los aliados” ante la difícil situación en la frontera oriental del país. El titular de la Alianza Atlántica ha calificado como “inaceptable” la “táctica híbrida de Bielorrusia en la utilización de migrantes”.

 

Terrorismo internacional

Mientras tanto, los analistas temen que el empleo de los extranjeros como arma de presión se ha convertido ya en “una nueva forma híbrida de terrorismo internacional”.

El exministro Pavel Latushka, que dirige el órgano opositor Dirección Popular Anticrisis desde el exilio en Polonia, considera que con su último movimiento “Lukashenko va a un conflicto militar local en la frontera de la Unión Europea, pero lo venderá al mundo entero con la imagen de una crisis humanitaria culpa de los europeos. Esto es un tipo de propaganda de la época nazi”. La solución, según los opositores, es que la Unión Europea imponga al régimen sanciones más duras “por el ataque híbrido desatado”. @mundiario

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