La corrupción y las crisis económicas condenan a la democracia en América

Manifestación contra Dilma Rousseff en Brasil.
Manifestación contra Dilma Rousseff en Brasil.

Un estudio realizado por Latinobarómetro comprobó que la fe en el sistema va decreciendo en la mayoría de países de Latinoamérica. Las estadísticas de 2016, las peores en la historia.

La corrupción y las crisis económicas condenan a la democracia en América

La democracia está viviendo los peores momentos de su historia en América Latina. De acuerdo a un estudio realizado por Latinobarómetro en 18 países de la región, los habitantes han ido perdiendo su fe en el sistema democrático, pasando del 56% del año pasado a un 54% de este 2016. El proyecto demuestra que el porcentaje de personas a quienes "les da igual" que haya o no un régimen democrático en su país ha aumentado de un 20% a un 23%. Es la peor cifra en 21 años de realizarse este estudio. Queda consuelo, no obstante, en el hecho de que quienes apoyarían un régimen totalitario ha pasado de un 16% a un 15%. Peor es nada. 

Por cuarto año consecutivo, los latinoamericanos han bajado el pulgar a la voz del pueblo pese a que ya va más de una generación que ha nacido en este tipo de régimen en sus respectivos países. "El apoyo a la democracia en América Latina tiene tres puntos bajos en estos 21 años en que Latinobarómetro ha medido este indicador: la crisis asiática en 2001, cuando alcanzó el 48%; y en 2007 y 2016 con un 54%", presentan las conclusiones del informe. Los países en los que la caída ha sido más marcada son: Brasil, con 22 puntos menos, Chile 11, Uruguay 8, Venezuela y Nicaragua 7 y El Salvador 5.

El equipo liderado por Marta Lagos, autores de pasar, graficar, tabular y presentar los resultados de las 20,000 encuestas de las que contó el estudio, presentó sus propias interrogantes respecto a los datos del proyecto. "Después de 21 años en que hemos monitoreado el apoyo a la democracia, la situación es peor que al inicio. ¿Qué le pasó a la región además de entrar en un período de bajo o nulo crecimiento económico? ¿Acaso el ciclo económico impide que avance el proceso de consolidación de la democracia? Los datos sugieren algo diferente puesto que el apoyo a la democracia aumenta durante la crisis subprime, en 2008 y 2009, cuando la economía iba en el sentido contrario y alcanza un punto más alto en 2010, con el 61%. Recién a partir de 2010 se produce una baja, lo que estaría indicando que la economía no es el único factor que incide", comentan los responsables del estudio.

Pero estas personas también buscan otras explicaciones a semejante descenso. "Es posible argumentar como explicación que mientras no se desmantelen las desigualdades no se logrará esta consolidación. Los éxitos de Ecuador y Bolivia pueden ser interpretados en ese sentido. Se puede avanzar bastante en materia de cambios normativos, inclusión y progreso económico, pero este proceso parece tener un techo en cuanto al desmantelamiento de las desigualdades", consideran.

"Entre 2004 y 2011 aumentó del 24% al 36% la percepción que se gobierna para todo el pueblo, pero desde entonces el indicador viene bajando hasta llegar a sólo el 22% en 2016, la cifra más baja medida desde hace 12 años. En Brasil, Paraguay y Chile sólo el 9% y el 10% creen que se gobierna para todo el pueblo. En 2016 alcanzan un máximo del 73% los ciudadanos de la región que creen que se gobierna para el beneficio de unos pocos grupos poderosos. Esto llega al 88% en Paraguay, 87% en Brasil y Chile, 86% en Costa Rica, 84% en Perú, 82% en Colombia y un 80% en Panamá". Hay datos que hablan por sí solos.

Latinobarómetro pasa un contundente análisis en cada Estado involucrado en el proyecto. La crisis política se ha hecho viral en todo el continente y prácticamente ningún presidente se salva del veredicto negativo de su nación. "Se podría decir que ningún mandatario latinoamericano cuenta hoy con capital político acumulado para gastar. En 2009 había 6 presidentes con sobre el 70% de aprobación y sólo 2 con menos de un tercio. Hoy, en promedio, desde 2010 la aprobación de los gobiernos de la región ha bajado del 60% al 38%, una pérdida de 22 puntos porcentuales. La aprobación de gobierno de 2016 se parece más a las de 2002 y 2003, cuando América Latina venía saliendo de la crisis asiática", se lee en el documento presentado por la chilena.

La sociedad ha sufrido importantes cambios que también han colaborado a la caída libre de la fe en la democracia. "Lo que 5 años atrás era tolerable, hoy no lo es. Las personas aspiran, sobre todo, a que haya soluciones concretas para problemas concretos, y que se apliquen de inmediato porque no está dispuesta a esperar las soluciones prometidas para pasado mañana", anuncia el equipo de Lagos.

Pese a que los países tienen, en teoría, todos los beneficios de la democracia, la población percibe altos grados de autoritarismo, especialmente en tiempos de crisis. "Un tercio de la región (30%) opina que está bien que el presidente controle los medios de comunicación en caso de dificultades", concluye Latinobarómetro. "Nuevamente es en los países centroamericanos donde se encuentra mayor respaldo a esta afirmación (manipulación mediátca impuesta por el Gobierno), como por ejemplo en Guatemala (51%), y otra vez es Chile el país donde existe menos acuerdo con esto (17%)", prosigue el proyecto. La opción de la mano dura o cero tolerancia, los países son dispares. Así, por ejemplo, en República Dominicana el 82% de las personas aprobarían esta medida; en Brasil, en cambio, apenas un 42%.

Los principales detonantes

Al Sur del Río Bravo todos los países padecen de lo mismo. La delincuencia es el primero en la lista de los principales detonantes en la caída anunciada por el proyecto. El 22% de los habitantes de América Latina consideran cabalmente la delincuencia el mayor de los problemas, a lo que se debe agregar también las serias crisis económicas que atraviesan la mayoría de estados latinoamericanos.

La inseguridad general es el índice número 1 en países como Honduras, Panamá, Guatemala, República Dominicana, Chile, México, Colombia, Perú, El Salvador y Uruguay. En Brasil, en cambio, consideran que la salud es el peor de los problemas, mientras que en Bolivia lo es la corrupción y en Argentina, la economía. 

América Latina ha sido el escenario de bochornosos episodios políticos y diplomáticos en los últimos tiempos.En Guatemala, por ejemplo, una oficina anticorrupción creada por la ONU llevó a la ciudadanía a rebelarse contra el binomio presidencial, que terminaría renunciando y actualmente están enfrentando diversos procesos penales por los delitos que dicha oficina destapó junto con las autoridades locales. 

En Nicaragua, el presidente Daniel Ortega se deshizo de su oposición como quien le da un soplo a un volcán de arena. Ortega se ha puesto encima de todo un sistema y no ha tenido ningún pudor en poner a su esposa como la candidata a la vicepresidencia en las próximas elecciones, que ganará gracias a su despotismo, nespotismo y descaro.

En el Sur, la reciente caída de Dilma Rousseff encendió las oficinas diplomáticas de sus principales socios. Lo peor para la mandataria brasileña y sus seguidores es que sus aliados van camino del mismo abismo que ella. Sólo el jueves de esta semana Caracas, capital de Venezuela, fue tomada por los partidos opositores y los seguidores de éstos para exigir un referendo que fuerze a Nicolás Maduro a dejar su puesto. En Bolivia, en cambio, Evo Morales perdió un plebiscito a principios de año en el que se le privó de ir por una nueva reelección. @hmorales_gt

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