La contundente victoria de Boris Johnson brinda lecciones para la política española

Pedro Sánchez y Boris Johnson. / Cope
Pedro Sánchez y Boris Johnson. / Cope
Las convicciones claras que Boris Johnson ha exhibido, sobre el Brexit o las relaciones de Londres con Escocia, contrastan con la ambigüedad de sus rivales. Compárese con los cambios de opinión de los dirigentes políticos españoles, a veces de un día para otro.
La contundente victoria de Boris Johnson brinda lecciones para la política española

La victoria arrolladora de los conservadores británicos y de su líder, Boris Johnson, ha sido recibida con gran sorpresa por los medios de comunicación españoles. Repitiendo la misma actitud que en su día mantuvieron con la candidatura de Donald Trump. En uno y otro caso, la posición de la mayoría de los medios españoles o al menos de los periodistas que suscriben los artículos, lejos de informar de la complejidad de las respectivas sociedades, británica y estadounidense así como de los diferentes intereses que se dirimen en las elecciones, han aplicado un filtro o una mirada sesgada. Filtro ideológico, de rechazo al Brexit y de rechazo al populismo si se quiere, pero que en nada ayuda al lector o espectador a conformar un criterio informado.

Si se acude a los tertulianos televisivos o a las firmas habituales de opinión en la prensa escrita, la situación es idéntica. Una catarata de descalificaciones, que no cesa, sobre Trump y sobre el gobierno de Estados Unidos, una caricatura de Johnson o una visión del Brexit como una catástrofe. En contraposición, las posiciones de los laboristas ingleses o de los demócratas norteamericanos, son simplificadas evitando subrayar las contradicciones que explican en parte sus respectivas derrotas electorales.

Es posible que Trump o Johnson sean parecidos a las caricaturas que en España los identifican. Pero eso no explica que millones de personas les presten su apoyo, ni que hayan tenido el acierto estratégico de plantear la alternativa que los electores esperaban. Tampoco ayuda a la comprensión ocultar los errores estratégicos de sus rivales, a veces escandalosos. Baste recordar que Corbyn ha venido defendiendo un nuevo referéndum pero anunciando que no se pronunciaría sobre el sentido de voto. Es decir que el laborismo estaba contra el Brexit mientras gobernasen los conservadores, pero no contra el Brexit si  ganaba las elecciones. Tacticismo puro o falta de convicciones.

Es muy probable que el Brexit no sea negativo para el Reino Unido que siempre contará con acuerdos comerciales favorables con Estados Unidos, entre otros países, además del interés de la propia Unión Europea por facilitar una relación recíproca beneficiosa. Es asimismo probable que la larguísima polarización política haya provocado una reacción electoral contundente.

Se pueden extraer conclusiones para nuestro país. La simplificación mediática de los mensajes y de los análisis, junto con la larga inestabilidad, ya han producido consecuencias inéditas, como la consolidación de Vox como tercera fuerza política o el espectáculo de la negociación para el Gobierno de España con los que quieren independizarse. La prolongación de la inestabilidad así como las condiciones onerosas del acuerdo de investidura pueden agravar la desafección y acelerar la polarización de la sociedad. Las posiciones moderadas están silenciadas en el seno de los distintos partidos en favor de las posiciones radicales. Los medios de comunicación, en general, también están muy polarizados políticamente.

Las convicciones claras que Johnson ha exhibido, sobre el Brexit o las relaciones con Escocia, contrastan con la ambigüedad de sus rivales. Compárese con los cambios de opinión de los dirigentes políticos españoles, a veces de un día para otro, o con la ausencia en el debate político de los principales problemas del país: desempleo, pensiones o problemas territoriales. @mundiario

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