El Consejo de Seguridad de la ONU se deshace de nuevas sanciones a Siria

Rusia y China se cargaron las sanciones que Francia, Reino Unido y Estados Unidos tenían preparadas contra Siria por el uso de armas químicas durante su conflicto interno, que en este 2017 llega ya a siete años de duración. El Consejo de Seguridad vive así un nuevo episodio de tensión a causa de la guerra civil del país oriental, ahora por un tema que debería ser de consenso.

El proyecto presentado por los dos países europeos y el gigante norteamericano recibió nueve votos a favor, tres en contra y tres abstenciones. El de hoy es el séptimo veto que impone la Federación Rusa, la principal aliada de Siria en el órgano supremo de la paz y la seguridad en el planeta. La decisión no llega por sorpresa pues el mismo Vladimir Putin había dicho previamente que el proyecto era inapropiado.

El texto presentado por el triunvirato incluye a once integrantes del régimen sirio, de los que casi todos son militares, así como al menos una decena de entidades por los ataques contra tres puestos de campaña de la oposición entre 2014 y 2015. Los opositores de la propuesta justificaron su decisión en que los encargados de la misma no fueron capaces de identificar a los responsables de los atentados.

La reacción de los Estados Unidos fue inmediata. "El mundo es hoy un lugar aún más peligroso", dijo Nikki Haley, embajadora de Washington ante el Gobierno mundial. Haley atacó a Moscú y les solicitó que dejaran de justificar el proceder de un régimen que está matando a su propia gente. Este ha sido el primer balotaje relevante que se lleva a cabo en el consejo desde que Donald Trump ocupa la Casa Blanca.

En ese escenario, tan sólo Japón intentó hacer un llamado a la paz. El imperio hizo un llamado a la unidad de los integrantes del consejo por medio de sus demandas de responsabilidades a los autores del ataque con armas químicas a fin de que no haya impunidad ante este tipo de crímenes, asegura el periodista Sandro Pozzi. Pese a que los representantes dan la razón respecto a lo ambiguo del texto, defienden que podía tomarse como un primer paso hacia medidas más severas.

Pekín, por su parte, asegura que lo que debe primar ahora mismo es garantizar el cese de los ataques y encontrar una solución política al conflicto por el bien de los sirios y de la región en general. "Nos oponemos al uso de las armas químicas, en cualquier circunstancia, pero es demasiado pronto en la investigación para llegar a una conclusión. Debe basarse en datos y pruebas sólidas", afirmó su delegado en el organismo.

La postura de China es tan sólo una prueba más de que los miembros del Consejo de Seguridad no han encontrado suelo común al momento de negociar compromisos unánimes para hacer frente al incesante conflicto de Siria y de Oriente Medio. Muchos embajadores, como el de Italia por ejemplo, temen que esta división abra más las heridas y rompa lo adelantado hasta ahora respecto a la eliminación de las armas de destrucción masiva.

"Tenemos todos los elementos para asumir la responsabilidad que nos incumbe", aseguró el embajador de Francia. El país europeo prometió trabajar para dar con los responsables de los ataques y darles un castigo correspondiente. Al mismo tiempo, ensalzó a los investigadores, quienes dentro de todo pudieron evidenciar que el Estado Islámico tuvo parte en los atentados.

Otro de los integrantes del Consejo, Bolivia, votó en contra y lo justificó con el momento en que se presentó la propuesta de resolución y demandó que futuras acciones similares se hagan considerando contextos más amplios. "El proyecto de resolución un nuevo intento de instrumentalización política que lo único que se busca con estas maniobras es una ofensiva mediática", explicó su delegado.