Giro de última hora del Consejo Europeo, que prescinde de Timmermans y de Weber

Ursula von der Leyen, nueva titular de la Comisión Europea. / Twitter
Ursula von der Leyen, nueva titular de la Comisión Europea. / Twitter

La ministra alemana Ursula Von der Leyen se hará cargo de la Comisión Europea; Christine Lagarde del BCE, y el canciller español Josep Borrell de la Política Exterior. El Partido Popular Europeo mantiene así la jefatura de Bruselas como lo ha hecho desde 2004.

Giro de última hora del Consejo Europeo, que prescinde de Timmermans y de Weber

Tras un acalorado e intenso proceso, el Parlamento Europeo tiene ya a los tres grandes nominados a los puestos más importantes de la Comisión Europea. Ursula von der Leyen, ministra de Defensa de Alemania, se hará cargo de la titularidad de la comisión, convirtiéndose en la primera mujer en la historia en ocupar dicho puesto. La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, se hará cargo del Banco Central Europeo, mientras que Josep Borrell, canciller de España, se encargará de Política Exterior de la Unión Europea. Sus nombramientos solo deben pasar el último filtro, precisamente el de la Eurocámara.

Estas nominaciones fueron festejadas por Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. "Estoy muy satisfecho por haber logrado el acuerdo y por haber incluido a dos mujeres", dijo a la salida de la cumbre europea que se extendió hasta este martes. "Ha merecido la pena la espera", agregó.

El Consejo Europeo se encontraba en cónclave desde el domingo por la tarde, pero tuvo que aplazarse a raíz del motín generado por el Partido Popular Europeo. El partido conservador se opuso vehementemente al plan propuesto por Angela Merkel, matriarca de facto de la UE, por lo que la cumbre se prolongó hasta las seis de la tarde de este martes y dejó con las manos vacías a los socialistas, que partían con ventaja el fin de semana.

Con este nombramiento, el Partido Popular Europeo encaja una importante victoria tras haber puesto una barrera que terminó siendo insuperable para Frans Timmermans, candidato socialista a la presidencia de la Comisión Europea, así como su respectivo nominado para el Banco Central Europeo (BCE).

Los liberales también han sacado una importante tacada de este giro de última hora en Estrasburgo. Uno de los suyos, el belga Charles Michel, presidirá el próximo Consejo Europeo y Emmanuel Macron, patriarca de los liberales continentales, colocó a Lagarde al frente del BCE, aunque ésta es afín a los populares, pues incluso ejerció como ministra de Economía en el Gobierno de Nicolas Sarkozy.

España es el otro gran ganador de todo el enredo que se desató en la cumbre, pues coloca a Borrell como titular de Política Exterior. El reino llevaba desde 2014 alejado de las altas tarimas, cuando Joaquín Almunia abandonó la vicepresidencia de la Comisión. Como sea, los socialistas han vuelto a fracasar en su intento de botar a los conservadores de Bruselas, que han ocupado sin interrupción desde 2004.

Es precisamente el grupo socialista el más perjudicado de todo esto. El lunes todo apuntaba a que se harían con la presidencia del Ejecutivo continental, y ahora se han tenido que conformar con el puesto de Borrell y la presidencia del Legislativo, en manos del búlgaro Sergei Stanishev.

La Eurocámara en sí también queda en un punto muy delicado a raíz del proceso de Spitzenkandidaten (término alemán para nombrar a los candidatos a presidir la comisión que hacen los mismos partidos). Y es que no solo el socialista Timmermans, sino que también el alemán conservador Manfred Weber fueron botados a último momento pese a ser cabezas de lista en las elecciones europeas y, en su lugar, se puso a Von der Leyen, quien ni siquiera había concurrido en aquellos comicios.

Caso contrario para Polonia, Hungría, República Cheva y Eslovaquia, que juntos forman el llamado grupo de Visegrado, e Italia. Entre ellos, liderados por el jefe de Gobierno húngaro Viktor Orbán, se las ingeniaron para botar del caballo a Timmermans y Weber. Era tal su obsesión por esto, que incluso sacrificaron la opción de presidir el Conseo o de poner a uno de los suyos en la oficina de la diplomacia.

Roma también celebra haber evitado que el BCE fuera presidido por Jens Weidmann, presidente del Banco de Alemania y uno de los principales enemigos financieros del país de la bota. Con Lagarde al frente del banco de Fráncfort del Meno, el Gobierno de Giuseppe Conte respira un poco más tranquilo. Italia tiene una deuda pública que asciende hasta el equivalente al 135% del PIB del país. @mundiario

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