El Congreso de Estados Unidos certifica la victoria electoral de Joe Biden

La democracia le ganó al autoritarismo en los Estados Unidos. El Congreso certificó oficialmente la victoria electoral de Joe Biden, quien será el nuevo inquilino de la Casa Blanca a partir del 20 de enero. La decisión le pone fin a semanas de intensas maniobras del presidente Donald Trump para impedir la proclamación del demócrata como su sucesor. Desde acusaciones inverosímiles de fraude, demandas en las cortes federales para impugnar votos electorales y, finalmente, un intento de autogolpe al capturar las instalaciones del Capitolio.  A las 3.40 horas (hora de la ciudad de Washington) se conoció el resultado final. Minutos después, Trump emitió un sorpresivo comunicado en el que garantizaba una "ordenada" transición. 

Fue una jornada maratónica. Los hechos ocurridos en las primeras horas de ayer distorsionaron lo que, habitualmente, suele ser este tipo de ceremonias cada cuatro años para legalizar los resultados de los comicios presidenciales en los Estados Unidos. Jamás se había visto que los simpatizantes de un mandatario saliente se apoderarán del llamado templo de la democracia en la primera potencia mundial.

Uno se sentó en el sillón que ocupa el presidente del Senado; otro, en la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a la que dejó un mensaje que rezaba: “No nos echaremos atrás”. Hechos insólitos que se asemejan a lo ocurrido en 1814 cuando el general británico Robert Ross, tras la batalla de Bladensburg, lideró una turba que incendió las dos cámaras del Congreso. 

Antes de los actos vandalicos afuera del Capitolio, en la Cámara de Representantes y el Senado contaban los votos electorales de tres Estados. Después, como se ha visto en la televisión y las redes sociales, ya es conocido. Cientos de personas entraron por las ventanas y las puertas con armas de fuego a toda costa de parar el proceso. Inmediatamente, el vicepresidente Mike Pence tuvo que ser evacuado y los legisladores norteamericanos se pusieron a buen recaudo ante el peligro inminente sobre ellos. Con el transcurrir de las horas, la situación volvió a la normalidad.

La orden del toque de queda en Washington y el restablecimiento de la seguridad por parte de la Guardia Nacional, hicieron que la sesión se restablezca en el Capitolio. Ahí fue cuando el vicepresidente Pence dijo lo siguiente: “No habéis ganado, la violencia nunca gana, la libertad gana”. Quien le asumió la posta fue el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, quien tuvo duras palabras. “Vamos a terminar exactamente lo que hemos empezado y certificaremos al ganador de las elecciones presidenciales de 2020, el comportamiento criminal nunca dominará al Congreso de Estados Unidos”, apuntó.  

El veterano político calificó la revuelta de “insurrección fallida” y proclamó con orgullo: “Estados Unidos y este Congreso han afrontado amenazas mucho mayores que la turba desquiciada de hoy. No nos han disuadido antes y no nos disuadirán ahora. Han intentado romper nuestra democracia y han fracasado”. Un grupo de republicanos trató de objetar los votos electorales de los Estados de Arizona y Pensilvania para ganar tiempo. Sin embargo, no tuvieron éxito porque no lograron los suficientes adhesiones. El programa siguió hasta que el vicepresidente Pence ratificó el resultado del pasado 3 de noviembre: Joe Biden consiguió 306 contra los 232 de Donald Trump.

Así se proclamó al demócrata como nuevo presidente en una jornada que, sin duda, quedará en la historia. Los reportes de las autoridades indicaron que hubo cuatro muertos, 14 policías heridos y al menos 52 detenidos por las violentas protestas en el Capitolio. Además, según la agencia Bloomberg, cuatro miembros de la Casa Blanca dimitieron, entre los que se encuentran el viceconsejero de Seguridad Nacional, Matt Pottinger y la jefa de gabinete de la primera dama, Stephanie Grisham. 

Tal como lo han señalado los expresidentes Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, la transición democrática en los Estados Unidos estuvo apunto de quebrarse por el egocentrismo de un hombre como Trump, quien no ha calculado el daño irreparable que le ha hecho a una nación ante los ojos del mundo. Lo único bueno, tal vez, de la jornada es que Facebook, Twitter e Instagram han decidido cerrar las cuentas del republicano por 12 horas debido a los mensajes que emite a diario sobre las teorías conspirativas del fraude electoral que ha quedado desterradas y, por el contrario, se ha oficializado con la victoria legitima de Biden. @mundiario