El barómetro del CIS ya no goza de credibilidad y prestigio

Centro de Investigaciones Sociológicas.
Centro de Investigaciones Sociológicas.

Sus estudios dejaron de ser fiables para la sociedad española. Por eso no se entiende por qué el presidente del Gobierno, que tanto habla de regeneración de las instituciones, mantiene al CIS en una situación tan desprestigiada.

El barómetro del CIS ya no goza de credibilidad y prestigio

Tengo poca fe en las encuestas electorales porque no es fácil averiguar la intención de voto de los ciudadanos. Unos tardan en decidirse, otros ocultan la decisión tomada y unos terceros engañan o no saben/no contestan. De hecho, pocas veces coinciden plenamente las pesquisas previas con los resultados reales de los comicios.

Crea más a las encuestas diseñados para conocer el “estado de ánimo” de los ciudadanos: cuáles son los problemas que les preocupan, qué piensan de la situación política, cómo ven el estado de la economía y sus perspectivas de futuro y muchas otras cuestiones que se pueden conocer mediante estos estudios.  

valiosa e imprescindible fuente de información

Las averiguaciones obtenidas son una valiosa e imprescindible fuente de información para que gobiernos y administraciones públicas, empresas y agentes sociales, profesionales y familias puedan tomar mejores decisiones en la gestión pública y empresarial y en el ámbito profesional y familiar.

Esas fuentes de información las encontramos, además de las empresas privadas que periódicamente hacen estudios de opinión, en las encuestas e informaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), en la Encuesta de Población Activa y el Informe FOESA, por poner tres ejemplos. 

El INE aporta datos relevantes sobre la sociedad. Tienen como destinatarios, por un lado, a las administraciones públicas, las empresas y otros agentes sociales que conocen de una institución fiable las necesidades e inquietudes o el malestar de la sociedad y en base a esos datos pueden tomar decisiones más acertadas. De otra parte, la propia sociedad dispone de elementos de análisis y evaluación de las políticas de los gobiernos y puede extraer conclusiones para elecciones futuras.

La Encuesta de Población Activa es relevante para evaluar trimestralmente el comportamiento del mercado laboral, extraer conclusiones y tomar decisiones al respecto. Por último, hay que citar al veterano Informe FOESA, un clásico que anualmente radiografía la situación económica -pobreza y exclusión de la sociedad española-, un estudio real que con frecuencia cuestiona y combate el optimismo oficial.

El CIS ya no es la encuesta más fiable 

El cuarto organismo que aporta datos e información es el Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que hace unos años era la encuesta más fiable para conocer “la moral de la sociedad”: los problemas colectivos e individuales, la percepción sobre la situación política y económica del país y de las familias y otras preocupaciones de los españoles.

Cuando se adentraba en las estimaciones de voto también se aproximaba a los resultados finales de los comicios, pese a las dificultades que presentan esos pronósticos. El Barómetro ofrecía un retrato bastante acertado de la realidad de la sociedad española y sus diagnósticos nos ayudaban y enriquecían a todos.

Empleo el tiempo verbal en pasado porque desde que está al frente de ese organismo un destacado militante socialista, el CIS ya no es un referente, ya no goza de credibilidad y prestigio y sus estudios dejaron de ser fiables para extraer conclusiones. Por eso, el último Barómetro publicado el 23 de febrero pasó sin pena ni gloria porque existe la sospecha fundada de que esas encuestas están muy “cocinadas” para recoger opiniones favorables al Gobierno y orientar el voto de los electores hacia el partido en el que milita su máximo responsable.

El último “servicio” que quiso prestar a los suyos fue el sondeo previo a las elecciones en Castilla y León que ni siquiera se aproximó al resultado obtenido por ninguno de los cinco grandes partidos, a pesar de jugar con una horquilla muy amplia de resultados. Las predicciones de aquella encuesta pretendían animar a las huestes de la izquierda, desanimar a los votantes de la derecha y buscaban inclinar el voto de muchos electores indecisos. 

Esta grosera manipulación de un organismo como el CIS es tan antidemocrática como lamentable es su descrédito en un país que quiere ser una democracia plena. Eso justificaría su cierre porque, además de costar un dineral, también representa una deshonra a la propia democracia y una burla a los ciudadanos.

Imposible entender por qué el presidente del Gobierno, que tanto habla de regeneración de las instituciones, mantiene al CIS en una situación tan desprestigiada. @mundiario 

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