China lanza una grave amenaza contra EE UU por promulgar una polémica ley

El presidente de China, Xi Jinping.
El presidente de China, Xi Jinping.

El régimen de Xi Jinping publicó un comunicado en el que crítica la decisión del Congreso estadounidense de aprobar una iniciativa legislativa que sanciona sus funcionarios por el encarcelamiento masivo de musulmanes uigures en la región de Xinjiang.

 

China lanza una grave amenaza contra EE UU por promulgar una polémica ley

Pese a que la atención está centrada en la lucha global contra la pandemia del coronavirus, las relaciones entre China y Estados Unidos vuelven a ponerse tensas. El régimen de Xi Jinping ha publicado un comunicado en el que critica la decisión del Congreso norteamericano de aprobar una ley que sanciona a sus funcionarios por el encarcelamiento masivo de musulmanes uigures en la región de Xinjiang.

"La ley es un ataque mezquino contra la política de China en Xinjiang”, denunció el Ministerio de Relaciones Exteriores chino, que advirtió que “Estados Unidos asumirá las consecuencias”. Más allá de la advertencia del gigante de Asia, ¿qué contiene la tan polémica ley que pone en una nueva encrucijada a las dos potencias mundiales?

El presidente Donald Trump firmó el documento. Según la prensa estadounidense, éste responsabiliza a los autores de violaciones de los Derechos Humanos y de abusos como el recurso sistemático a campos de adoctrinamiento, a trabajos forzados y a una vigilancia intrusiva para erradicar la identidad étnica y las creencias religiosas de los uigures y de otras minorías en China.

Los uigures son una de las 56 etnias censadas en China. Principalmente musulmanes, la mayoría habla una lengua de la familia del turco, y constituyen algo menos de la mitad de los 25 millones de personas que viven en Xinjiang. Esta inmensa región del oeste de China es fronteriza con varios países de Asia central. 

Sobre este asunto, diversas organizaciones que velan por los derechos humanos  acusan al gigante asiático de haber internado en Xinjiang, una región sacudida durante mucho tiempo por numerosos atentados, a hasta un millón de musulmanes, en lo que denominaron campos de reeducación política. Pero Pekín niega esa cifra y asegura que se trata de centros de formación profesional. @mundiario

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