China advierte a EE UU de un conflicto “si no pisa el freno” y niega la venta de armas a Rusia

Vladímir Putin, presidente de Rusia, y Xi Jinping, presidente de China. / RR SS
Vladímir Putin, presidente de Rusia, y Xi Jinping, presidente de China. / RR SS

El nuevo ministro de Relaciones Exteriores, Qin Gang, asegura que Taiwán es una “línea roja” para Pekín y que es un asunto interno que Washington debe olvidar en su estrategia de contención.

China advierte a EE UU de un conflicto “si no pisa el freno” y niega la venta de armas a Rusia

China es contundente. El nuevo ministro de Relaciones Exteriores chino se ha estrenado en una comparecencia de prensa en la Asamblea Popular Nacional, en el que ha defendido la cosmovisión de Pekín del tablero geopolítico. A juicio de Quin Gang, exembajador en EE UU de 56 años que asume la cartera ministerial, Taiwán es un asunto interno por resolver que Washington debe olvidar si no quiere un enfrentamiento, Rusia es un gran socio estratégico con el que se deben estrechar las relaciones y la UE es un enorme mercado que debe desligarse de los Estados Unidos.

En un discurso especialmente duro contra Occidente en el legislativo chino, que reserva unos de sus días para una sesión anual en la que se renueva la cúpula del Gobierno, Gang ha cargado insistentemente contra EE UU y Japón, mientras ha hecho un repaso de las principales cuestiones internacionales que irritan a Pekín, como la grave crisis diplomática en las relaciones sinoestadounidense, el acercamiento de la Casa Blanca a Taiwán y al Indo-Pacífico, el malestar de la “crisis de los globos” y las dudas que despierta la supuesta posición neutral china ante la guerra en Ucrania.

 A una pregunta de la cadena de televisión estadounidense NBC, el nuevo ministro chino ha advertido a Washington que “si no pisa el freno y sigue acelerando por el camino equivocado, ninguna buena voluntad puede impedir que se estrelle y habrá seguramente conflictos y confrontaciones”. Gang ha asegurado que esa es una competencia es una “apuesta temeraria” y que “lo que está en juego son los intereses fundamentales de ambos pueblos y el futuro de la humanidad”.

La rivalidad de ambas superpotencias ha venido tensionándose desde hace un tiempo. La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE UU, Nancy Pelosi, y de otra serie de congresistas, gobernadores y altos representantes estadounidenses a Taiwán terminó por desatar la furia de China, que venía mirando con recelo cómo Washington ha ido estrechando sus relaciones con los países del Indo-Pacífico, así como los incentivos estadounidenses para favorecer la fabricación de semiconductores norteamericanos antes que los chinos.

Ahora, la crisis derivada del derribo del globo estratosférico chino en suelo estadounidense tras entrar sin autorización, que el Pentágono ejecutó tras denunciar al objeto como parte de un programa de espionaje a nivel global. Al respecto, Gang lo calificó como un incidente “evitable” en el que Washington “sobrerreaccionó” y actuó con “presunción de culpabilidad” hacia China, a pesar de que Pekín nunca dio detalles claros de cuál era el origen del globo, cómo llegó a cruzar todo EE UU y por qué no había advertido de su supuesto desvío.

Pekín advierte a EE UU de que Taiwán es un "asunto interno"

Además de acusar a EE UU y a sus socios globales, como Japón, de intentar “contener” el ascenso de China, Gang ha lanzado nuevos dardos contra la Casa Blanca por su acercamiento a Taiwán, la isla autogobernada que el Partido Comunista Chino reclama como parte del territorio que controla, a pesar de que históricamente nunca lo ha hecho. A juicio del ministro, cualquier vínculo entre Washington y Taipéi es una cuestión que será tomada como una injerencia, dado que considera que la independencia de Taiwán es un asunto interno que conseguirá resolver con “todas las medidas necesarias”, aunque abogó por una resolución pacífica del conflicto.

En uno de los escasos momentos en el que el ministro ha podido salirse del guion de la rueda de prensa (las preguntas son filtradas para evitar asuntos sensibles para Pekín), Gang ha tomado entre sus manos un tomo de la Constitución de la República Popular de China y ha querido dejar claro la posición de su Gobierno en todo este asunto: “Taiwán forma parte del territorio sagrado de la República Popular China”, ha citado. “Es un deber inviolable de todo el pueblo chino, incluidos nuestros compatriotas de Taiwán, cumplir la gran tarea de reunificar la patria”, ha sentenciado el ministro.

Para China, Taiwán es una “línea roja”, y ha pedido que la región del Indo-Pacífico se convierta en un “espacio de cooperación” y no un “tablero de ajedrez para la contienda geopolítica”. “No debe repetirse en Asia una crisis como la de Ucrania”, ha subrayado Qin, que también ha dedicado buena parte de sus palabras a rechazar que EE UU critique a China y le acuse de venderle armas en Moscú, algo que no ha podido confirmarse, mientras que Washington siempre ha mantenido su venta de armamento a Taipéi.

China niega haber entregado armas a Rusia

Qin, que tomó posesión de su cargo en diciembre, ha insistido en el papel neutral de China en la guerra de Ucrania, y ha asegurado que su país “no ha suministrado armas a ninguna parte del conflicto”, en referencia a las insinuaciones occidentales de que Pekín estaría considerando apoyar militarmente a Moscú.

Tras recordar el plan de paz de 12 puntos que China presentó en el primer aniversario de la guerra, que fue recibido con escepticismo por parte de Washington y Bruselas, el ministro ha pedido que las “conversaciones de paz” comiencen cuanto antes para frenar la tragedia. Occidente ha puesto en duda la neutralidad de China en el conflicto, pues a pesar de que ha lamentado la violencia y pide el cese de las hostilidades, lo cierto es que evita condenar a Moscú a toda costa y no se refiere a la guerra como tal, sino con eufemismos.

El ministro sí que se ha extendido al hablar de la buena sintonía que manejan China y Rusia, aupada por la estrecha amistad entre los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin, que es lo que, según Qin, es el trato “ejemplar” de lo que debe ser el trato entre superpotencias. “Con China y Rusia trabajando juntas, el mundo tendría la fuerza motriz de la multipolaridad y la democracia en las relaciones internacionales”, ha afirmado el ministro. @mundiario

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