La política no es la “vox populi” ni la “vox Dei”, sino “el arte de lo posible”.

Artur Mas, con los Mossos d' Escuadra al fondo.
Artur Mas, con los Mossos d' Escuadra al fondo.

El tono de la opinión pública parece que empieza a cambiar. Ya no acentúa su repulsa de la hipotética causa sino el indisoluble efecto, la repetición impenitente del sistema socio-económico.

La política no es la “vox populi” ni la “vox Dei”, sino “el arte de lo posible”.

El tono de la opinión pública parece que empieza a cambiar. Ya no acentúa su repulsa de la hipotética causa sino el indisoluble efecto, la repetición impenitente del sistema socio-económico, vivido, a pesar de todas las evidencias, como el modo de vida natural. Los políticos son de poner y quitar, además de salir de entre nosotros.

La corrupción abarca a ciertos políticos, sin duda demasiados, de un país concreto en un tiempo concreto. Probablemente el imperio del partidismo cegato, no la insustituible existencia de partidos políticos, la democracia representativa.

Revolvamos sólo tres campos:

1.- Catalunya y Euskadi se hallan situadas en un momento crítico. Tanto una cuestión como la otra se presentan propicias para arbitrar, resolviéndolas al fin sobre la base de un presente con futuro, superador de tantos errores de una España y de la otra también, como deploraba el poeta.  El desafío es: no más contiendas civiles ni una víctima más.

2.- ¿Y el urgente aborto de la nueva –retrogradista- ley del aborto? Es de agradecer que la nueva derecha española haya subsumido a la extrema, pero no al precio de volver a sepultarnos en simas subpirenaicas.  Los arrogantes “defensores de la vida” harían lo correcto si no se empeñasen paradójicamente en abortar toda evolución hacia una auténtica educación sexual.

3.- Soslayamos, en cambio, la punible especulación demagógica de ejercer segundo a segundo la invasión publicitada de lo no juzgado, lo mismo si prejuzga la culpabilidad de una Infanta que de los desalmados asesinos de una infanta nacida lejos.

Déjense de invocar “el consenso”, mandatarios de turno, y consulten en la Wikipedia aquello de que “la política es el arte de lo posible.”

Señorías, he dicho.

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