CAVERNA: La locomotora remolca a España a a salida de la crisis actual

Juan Carlos I y Mariano Rajoy.
Juan Carlos y Mariano Rajoy

De todos depende seguir cayendo en la trampa de los consumidores codiciosos de comprar la “calidad de vida” que les venden. Nada de reparaciones sobre reparaciones del vetusto tren.

CAVERNA: La locomotora remolca a España a a salida de la crisis actual

“(…) un antro subterráneo y hombres que desde la infancia sólo pueden ver… un muro semejante al de los charlatanes (quienes) pasan llevando objetos de madera de toda clase… de suerte que aparecen sobre el muro… por un fuego cuyo resplandor los alumbra…”

(Platón)

El gobierno de turno se atribuye el camino recorrido, pero la verdad es que España está beneficiándose del impulso de la locomotora tradicional, que incluso arrastra al vagón de cola.

Inútil sería tratar de ocultarlo, apuntándolo en un borroso haber frente a las alarmantes cifras rojas del debe.

Respecto de la segunda afirmación, la denostada Frau Merkel, como ayer Erhard, artífices de la potencia germana, tras tres guerras –dos perdidas-, no debería España hacerse lenguas sólo del “milagro alemán” cuando convenía a la “providencial” emigración masiva de los sesenta-setenta, para ahora culparla de la crisis en curso y pretender que el tren de la Europa con pretensiones de alta velocidad, no marcha gracias a la potente locomotora, al tándem Berlín-París, como mucho.

Pero ¿por qué decir crisis actual?

Porque la perversa o simplemente mala memoria evita recordar el carácter cíclico de la supuesta burbuja global, con mayor exactitud, un círculo muy vicioso en eterno retorno: la insaciable superproducción del capitalismo monopolista, infraestructura de un sistema del que la corrupción de políticos funciona como un clientelismo.

Vana pretensión la de establecer hipotéticas leyes para las depresiones, fijándolas cada X años.

No obstante tengan la seguridad de que la mayoría verá y sufrirá al menos otra.

De todos depende seguir cayendo en la trampa de los consumidores codiciosos de comprar la “calidad de vida” que les venden.

Nada de reparaciones sobre reparaciones del vetusto tren. 

Cambiarlo y cambiar de vía.

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