Al Entroido del parto de Gobierno debe seguir el entierro de las raspas de la Transición
Han iniciado un largo Entroido y lo decimos no sólo por las pajaritas y mariposas de las tres estrellas invitadas a los Goyas. Entierren ya las raspas de la Transición, compañeros.
Todos van de mascaritas para que Momo los ofrezca al pueblo soberano.
Uno, disfrazado no sabemos si de Maura. porque de Cánovas, no.
Otro podría ir de un Indalecio Prieto más esbelto.
Un tercero no está claro si de Lerroux o de Gil Robles.
Alguno, desde una soñada lejanía, se presenta si no de Maciá, de Companys.
Un cuarto ansía que le crezcan las barbas de Marx o al menos las de El Abuelo pero le sale por detrás como a los espadas antes de cortársela.
Cuadrilla: Las orejas y el rabo las exigen, flameando pañuelos, el graderío y si se cambian los carteles, arrastrarán los trofeos a los pies de los mismos.
Son las corridas de la apolillada piel de toro sobre el Ruedo Ibérico.
