Tras el 9-N en Cataluña: Un país mal constituido precisa otra Constitución

Cartel independentista en Cataluña. / D.B.
Cartel independentista en Cataluña. / D.B.

Federalismo, no híbrido Estado de las Autonomías, libre unión, no inexistente unidad, de las naciones y pueblos, los cuales determinarían las competencias del Poder Federal, propone este autor.

Tras el 9-N en Cataluña: Un país mal constituido precisa otra Constitución

Federalismo, no híbrido Estado de las Autonomías, libre unión, no inexistente unidad, de las naciones y pueblos, los cuales determinarían las competencias del Poder Federal, propone este autor.

El 9-N en Catalunya pasó lo que pasó: Nada. Cuánta garrulería, alarma infundada y cautelas semidemocráticas se nos habrían ahorrado si se hubiese celebrado la primera consulta, nunca vinculante. Pero así nos las gastan aquí por los siglos de los siglos.

Sin invocar los repetidos casos de Canadá y el Reino Unido, democracias con hondas raíces, hubiera bastado que el seny lo desplegasen no sólo los catalanes sino también el sentidiño del Gobierno. La sombra del singular conservadurismo de este país, cuando no retrocede, atrasa el reloj histórico. 

Estamos más que hartos de que la dialéctica leguléyica enarbole la pureza constitucional, circunscribiéndola a un pretérito texto “consensuado” en tiempos de salida por la puerta estrecha.

Como mucho se admite la posibilidad de reformar la Constitución del 78, algo así como un mapa de parches.

¿Por qué no una nueva Constitución para una nueva forma de Estado, con o sin cambio de forma de Gobierno, algo “accidental”?

Respecto de los independentistas, por supuesto que tienen pleno derecho a defender sus ideas, pero téngase muy presente, con Ortega, en La España Invertebrada, que nadie quiere separarse de lo que va bien.

“Conviene que sepáis, señores ministros, que lo que hace crecer el catalanismo es vuestra desacertada y corrompida administración, los errores que allí cometéis y la indiferencia con que habéis mirado y miráis los desastres del reino (…) Incluso a la independencia podríais llevarlo si no cambiaseis de camino y contra él os atreviéseis a dictar leyes excepcionales.”

Esta contundente advertencia se debe al genio del federalismo integral, Pi i Margall.

Federalismo, no híbrido Estado de las Autonomías, libre unión, no inexistente unidad, de las naciones y pueblos, los cuales determinarían las competencias del Poder Federal.

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