Junts pel Sí podría alcanzar la mayoría de escaños con el apoyo de la CUP

Artur Mas.
Artur Mas.

Los partidarios de la independencia manifiestan que la situación económica mejoraría (74,3%), mientras que los que están en contra piensan que empeoraría (67,5%).

Junts pel Sí podría alcanzar la mayoría de escaños con el apoyo de la CUP

Los partidarios de la independencia manifiestan que la situación económica mejoraría (74,3%), mientras que los que están en contra piensan que empeoraría (67,5%).

Se acaba de publicar una nueva encuesta, la de Sigma Dos para El Mundo, que confirma la de GESOP para El Periódico, y los datos de elecciones y encuestas anteriores con pequeños matices. Los datos siguen indicando que Junts pel Sí no logra la mayoría de escaños del Parlament pero que puede lograr esa mayoría con el apoyo de la CUP, partido que pretende declarar la independencia al día siguiente de las elecciones pero solo si hay un respaldo electoral del 55%, algo que todo apunta que quedará lejos. De hecho los datos siguen apuntando a un 45% de los votos que nos lleva a un 35% de los catalanes mayores de edad, que son los que pretenden imponer su voluntad al otro 65%. 

No sabemos qué autoridad moral da una mayoría obtenida por ley electoral sobre una población que mirado en términos plebiscitarios se habría manifestado claramente en contra de la independencia con el 55% de los votantes, a lo que habría que añadir que la abstención, los que se quedan en casa, no son nunca los radicales sino los apolíticos o indiferentes moderados.

España no podría permitir que una minoría imponga su voluntad a una mayoría y no creo que lo haga por lo que lo más probable es que todo acabe sumando a Cat si es Pot (Podemos) para luchar por un referéndum que según las encuestas también está perdido aunque cada vez por menos diferencia. Lo curioso es que los partidarios de la independencia manifiestan que la situación económica mejoraría (74,3%), mientras que los que están en contra piensan que empeoraría (67,5%), y aunque no sabemos como influiría en su voto que alguien les mostrara que esta percepción es equivocada, queda patente que se está dilucidando un tema económico mezclado con el enfado que produjo el rechazo del Estatut.

Las encuestas no informan sobre la forma de Estado que desean los catalanes, república, monarquía, Estado federal o Estado confederal. Sabemos que ERC es republicana y que Artur Mas manifestó en alguna ocasión que no le importaría seguir con el Rey y la Liga de Fútbol española o incluso con el Ejército, algo así como una confederación light a cambio de que el Barcelona no tenga que desaparecer, mientras que el PSOE es federalista y el PP es partidario siempre de no tocar las cosas. Una pena porque esa información es clave para saber si en el futuro será posible algün punto de encuentro.

El caso es que detrás de cada problema, y haber divido a los catalanes en dos lo es, está la economía y por ahí tendríamos que haber empezado. Ahora suenan voces que se lamentan de no haber aceptado el Estatuto con el que una amplia mayoría estaba de acuerdo, otros se lamentan de haber rechazado la negociación de un pacto fiscal sin intentar un acuerdo, y en el futuro quizás algunos la,meten no haber realizado un referéndum que estaba ganado. 

Que las soluciones del los independentistas no sean lógicas, al menos sin un respaldo sociológico de una amplia mayoría, no significa que los enfadados con España no tengan parte de razón. Las aportaciones de Cataluña no dejan de ser la mitad de las de Madrid, pero que cuatro comunidades aporten y todas las demás reciban no es un modelo sostenible. Estamos en un punto donde ya todas tiene unas infraestructuras impensables en función de su PIB y su población, por lo que algo debería haber cambiado y no lo ha hecho. Es insostenible que Madrid aporte 16.700 millones, Cataluña, 8.400, Valencia 2.000 y Baleares 1.500, mientras Extremadura recibe 3.000 (el 17,64% de su PIB) o Andalucía 7.400. Fue necesario porque autonomías de 2 millones de habitantes o menos nunca tendrían aeropuertos, puertos, AVEs, autovías, etc., y era necesario dotarlas pero la situación no puede durar eternamente como cuando no las tenían. 

Para solucionar el problema catalán hay que parar sus engaños, especialmente los económicos de que van a ser Holanda o Suecia de inmediato, crecer al 8% anual, o de que España les roba, pero también escuchar sus quejas, oír sus razones, y dar solución a lo que sea justo. Pensemos que para haber puesto en contra a casi la mitad de los catalanes, alguna razón les habremos dado. De momento, mientras esto se soluciona, las empresas se están yendo de Cataluña, nuestra prima de riesgo crece, y la inversión decrece mientras los capitales huyen.

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