Las mafias que trafican con inmigrantes son los Carontes del Mediterráneo

Manos saliendo del agua.
Manos que salen del agua.

Lo primordial es atacar a las mafias que trafican con seres humanos escenificando espisodios difíciles de encontrar hasta en el séptimo círculo del Infierno de Dante.

 

Las mafias que trafican con inmigrantes son los Carontes del Mediterráneo

Lo primordial es atacar a las mafias que trafican con seres humanos escenificando espisodios difíciles de encontrar hasta en el séptimo círculo del Infierno de Dante.

 

Este fin de semana fallecían de un tirón unas 700 personas en una travesía desde Libia a las costas Italianas, aunque en palabras de los contados supervivientes, quizá pudieran llegar a ser más de 900. Estos testimonios vivientes del horror, añadían a la ya macabra hazaña, el bloqueo de las puertas de la bodega por parte de los traficantes, para que no saliesen las personas allí encerradas y no zozobrara el barco, condenando a una muerte incalificable y, como si de ratas se tratara a todos los que habían pagado el “billete más barato”.

Ni quiero pensar cómo ha podido ser este episodio, inimaginable en cualquiera de los descritos por Dante en el séptimo círculo del Infierno, ¡terrorífico! Cómo puede haber individuos de esa calaña sí, hasta el temible barquero Caronte de la Eneida de Virgilio, trasladaba almas en su travesía al otro lado aunque no hubiesen estipendiado su óbalo. 

Por si esto aun no fuese suficiente, un día después del peor naufragio de inmigrantes en el Mare Nostrum, Italia y Malta buscaban ayer dos barcazas a la deriva con 450 ocupantes frente a las costas de Libia. Por otro lado, en Grecia, en la playa de Séfiros, se recogían los supervivientes de un velero encallado con más de 200 náufragos que ni eran capaces de acercarse a la costa.

¿Cómo hacer frente a este magno problema? Pues no va a ser fácil ni para los ministros correspondientes de los países de la UE que se reunirán en Bruselas este jueves. Y aunque a todo ser humano con corazón se nos parte el alma viendo estas tragedias de huida de la guerra, de la hambruna, del terror y del odio religioso y étnico, hay que tomar cartas en el asunto de forma urgente, porque no se puede seguir recibiendo personas a este ritmo y no pueden seguir muriendo  a ritmo exponencial y de esta manera incalificable.

> En primer lugar, solucionar la ayuda humanitaria que se debe prestar a los que han llegado y puedan llegar. Hacerlo en los países de acogida y al mismo tiempo, aumentar la vigilancia en el mar.

> En segundo lugar, atacar el problema en el origen, es decir, controlando la venta de embarcaciones y, desenmascarando a los cabecillas de las mafias, Carontes del siglo XXI cuyo objetivo no es otro que el enriquecerse a costa del tráfico de almas.

> Tercero, lo más difícil, intentar solucionar los problemas caminando juntos los Países de la Liga Árabe y, la UE y la ONU, para pacificar conflictos en esas tierras, e intentar de una vez por todas que la rica África pueda desarrollar su potencial de recursos naturales, económicos y humanos.

Finalmente, no menos complicado que lo anterior, frenar a los que están ayudando a sembrar el pánico en esos países y; mucho ojo con lo que pedimos, ya que he leído en más de un sitio la petición de los que abogan por una libre circulación de personas en los países que conforman la cuenca del Mediterráneo y, ¡cuidado!, no alimentemos a la bestia que pueda acabar con todo el mundo ahora conocido. Y no me refiero a esta pobre gente, que ya bastante duro tiene que ser dejar atrás, familia, recuerdos, su tierra, etc., ¡no!, me refiero a un grupo terrorista de medidas incalculables, que no pienso mencionar pero me consta estará en la cabeza de todos en estos momentos y, que siembran el pánico y la barbarie en el avance de ocupación territorial, masacrando a unos y haciendo huir a otros en vastas, desesperadas y desorganizadas hordas humanas.

Hasta 6.000 € y su propia vida, doble peaje; esto es lo que  han tenido que pagar estos seres humanos que han dejado su aliento, su ilusión y su esperanza por una vida mejor.

No olvidemos esta gran tragedia y pongámonos a trabajar en  este tema, ¡ya! Tomemos cartas en el asunto de una vez por todas a la vez que plantamos cara  a estos Carontes desalmados y traicioneros del siglo XXI en el Mare Nostrum.

 

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