Los políticos van contra el reloj para arreglar el caos que ellos buscaron

Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez.

Con la apertura de las negociaciones entre el PP y C's, el calendario presiona a los principales líderes para cumplir con los plazos y proyectos que dejaron pendientes. 

Los políticos van contra el reloj para arreglar el caos que ellos buscaron

Como dicen los cursis, esta semana se ha puesto en marcha el reloj de la democracia. El PP ha firmado con Ciudadanos un acuerdo y durante los próximos días desarrollarán negociaciones que con toda probabilidad llegarán a buen puerto. Mariano Rajoy, por tanto contaría con otros 32 escaños para la investidura, cuyo debate finalmente se celebrará el 30 de agosto. Luego vendrán las votaciones y son pocos los que apuestan porque el candidato del PP pueda salir elegido ante la negativa de Pedro Sánchez de cambiar su "no es no". Ahora, además, Pedro Sánchez ha ampliado su no a unos hipotéticos Presupuestos Generales del Estado que pudieran presentarse en caso de que se consiga salvar la investidura y formar gobierno. De no cambiar nada de aquí al 2 de septiembre, quizás haya una segunda investidura después de las elecciones vascas y gallegas. De momento, mucha ciencia ficción.

Lo que no es novela es que el tiempo va corriendo y los plazos para aprobar y presentar en Bruselas las cuentas y el Plan de Estabilidad se acorta. Se pone más difícil tener listos estos proyectos antes del 15 de octubre. Además, si no se consigue la investidura, si no hay gobierno, las terceras elecciones se celebrarían el 25 de diciembre, día de Navidad. No es ninguna broma. Como tampoco lo es el hecho de que muchos expertos, servicios de estudios y agencias de calificación empiecen a poner encima de la mesa la gran preocupación que les empieza a dar que la inestabilidad política continúe en España.

La economía crece, se crea empleo y las cifras no dan síntomas de agotamiento, de estar en funciones. Sin embargo, nuestros socios pueden dejar de ser un viento de cola y la deuda pública parece imparable. Los cimientos pueden tambalearse y sin gobierno no habrá nuevas medidas que apuntalen lo conseguido y se acometan reformas que dinamicen la economía. Hasta este momento, las cosas se están salvando, pero ¿cuánto hemos dejado de crecer y cuánto estamos dispuestos a perder si España sigue sin gobierno? Y lo peor, que vayamos a unos terceros comicios en los que nadie sabe qué pasaría. Si no cambia nada ¿cuántas elecciones hacemos. Hasta que gane la izquierda, señores del PSOE, señor Sánchez?

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