La capitana del Sea Watch 3 actuó en cumplimiento de su deber

Sea Watch 3. / DW
Sea Watch 3. / DW

Se halla amparada jurídicamente por la eximente del estado de necesidad. Hay historias de buenos y malos: en Lampedusa los buenos son los migrantes y la capitana y la tripulación del Sea Watch 3. Los malos, el viceprimer ministro Salvini, el fiscal de Agrigento y la Guardia di Finanza.

La capitana del Sea Watch 3 actuó en cumplimiento de su deber

La capitana del buque Sea Watch 3, Carola Rackete, fue detenida por la Guardia di Finanza en la isla  de Lampedusa, bajo una injusta acusación del Fiscal de Agrigento ( Sicilia), Luiggi Patronaggio, quien le imputa un delito de resistencia y violencia contra nave de guerra. Un delito penado hasta con diez años de prisión, del que acusan a una capitana que sólo cumplió con su deber.

El Sea Watch 3  había colisionado levemente con un barco de  dicha policía italiana cuando intentaba atracar en el puerto para salvar la vida de los 40 migrantes que llevaba a bordo, después de  tres días a las puertas del muelle lampedusiano esperando sin éxito el permiso gubernamental para acercarse a tierra. Un permiso rechazado por la brutalidad del Ministerio del Interior italiano, regido por el viceprimer ministro  Salviani.

Los sistemas jurídico-penales democráticos reconocen el estado de necesidad como circunstancia eximente de toda responsabilidad criminal. Quien desarrolla una conducta tipificada como delito quedará libre de toda culpa si demuestra que actuó para evitar un mayor mal propio o ajeno. Es evidente que la vida de 40 personas es un interés mucho más merecedor de protección que la simple integridad material de una nave policial o incluso que el valor de un autoritario mandato gubernamental. En unas circunstancias, además, donde la maniobra de la capitana no alcanzó níveles de riesgo objetivo para la vida o integridad física de los tripulantes del buque policial italiano.

Nuestra Europa, la vieja Italia, están vulnerando los derechos humanos de los migrantes y también los de ciudadanas europeas como la navegante alemana, a través de personas como el viceprimer ministro Salvini o el fiscal Patronaggio de Agrigento, quien muestra una vez más como varias Fiscalías europeas mantienen una dependencia o cercanía con su respectivo Gobierno incompatibles con el sistema demoliberal. En cuanto al primer ministro italiano, el jurista Giuseppe Cuente, demostró su grave ignorancia del Derecho italiano, europeo e internacional cuando denuncia un supuestamente gravísimo incumplimiento de la Ley por la capitana Rackete. Professore Cuente, dónde está la presunción de inocencia? Dónde queda el principio de no injerencia en el trabajo de la judicatura por parte de su Gobierno?

La capitana Carola Rackete  juega con los buenos. Mientras que el proffesore inoperante-a quién llaman primer ministro-, el sociópata lombardo y el fiscal siciliano pertenecen al mundo de los que siembran el odio y el racismo en una Europa que demuestra estar tan ciega ante de este caso cómo cuando permite-al menos por ahora-que tres eurodiputados catalanes elegidos democráticamente al amparo de las leyes españolas no puedan asumir ante el Parlamento de Strasbourg, al que pertenecen por legítimo mandato democrático. Todas nosotras somos la capitana. @mundiario

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