El caos reina en París tras registrarse una nueva protesta de los chalecos amarillos

Protesta de los chalecos amarillos en Francia. RR SS.
Protesta de los chalecos amarillos en Francia. / RR SS.

Unas 270 personas son detenidas en la capital francesa luego de que se desatara la locura en el Arco del Triunfo, lugar en el que se reunieron los protestantes.

El caos reina en París tras registrarse una nueva protesta de los chalecos amarillos

La revolución tiene un especial significado en Francia, un país donde sus ciudadanos no dudan en hacerse notar si algo no les parece. Ello salen a las calles y protestan sin parar hasta que son escuchados, y si son reprimidos o ignorados, pueden tomar acciones mucho más extremas. Precisamente esto ha sucedido recientemente en París, donde una nueva protesta de los chalecos amarillos ha terminado desatando el caos. En esta ocasión se ha registrado el incendio de varios coches, decenas de heridos, 270 detenidos, descontrol total en la capital…

Desde que ganara las elecciones en 2017, Emmanuel Macron nunca había enfrentado una crisis como esta. El mandatario está actualmente en Buenos Aires, Argentina, en medio de la cumbre del G20, por lo que no se encuentra atendiendo el asunto de primera mano, pero seguramente sí que le debe de estar generando dolores de cabeza, pues las mismas protestas cada día aclaman una cosa: “Macron, dimisión”. El pasado martes el mandatario ofreció un discurso con algunas propuestas vagas para poder llegar a un acuerdo sobre cómo abordar la subida del precio del carburante, pero esto de nada sirvió. Aunque las protestas no son precisamente masivas, si es un hecho claro que dos de cada tres franceses les apoyaban, según las últimas encuestas.

 

Este movimiento surgió a través de las redes sociales luego de que muchos empezaran a quejarse del precio del diésel, que no ha dejado de aumentar hasta equipararse con la gasolina. Esto afecta a millones de personas que viven en ciudades pequeñas o pueblos, que deben trasladarse de un lugar a otro y no cuentan con el transporte público idóneo para movilizarse. Los aumentos suponen una carga extra para automovilistas a los que les cuesta llegar a fin de mes. El aumento de estas tasas es la forma en que el Gobierno desea disminuir el uso de la energía contaminante, pero el problema es que Francia aun deja por fuera a esas áreas no globalizadas que no cuentan con el sistema óptimo de movilización.

Lo que empezó como una queja muy justa, se ha convertido en la locura fuera y dentro del movimiento, pues ya no solo piden la reducción de las tasas de diésel, ahora quieren que reduzcan todas las tasas y además, la dimisión de Macron. La situación es cada vez menos sostenible y en medio del caos, el Elíseo manda acallar las quejas con represión, la misma que es respondida con más caos y enfrentamientos que en esta ocasión ha culminado con  275 personas detenidas, y al menos 110 heridos, 17 de ellos agentes del orden. 

@mundiario

 

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