La campaña electoral en Perú cierra con un empate entre Castillo y Fujimori
El izquierdista y la conservadora se llevan una mínima diferencia de cara a la segunda vuelta de este domingo. Los votos del sector rural y el extranjero serán claves en la elección.
La polarizada campaña electoral en Perú acabó la noche de este jueves. El maestro izquierdista Pedro Castillo y la conservadora Keiko Fujimori encabezaron sus últimas actividades proselitistas en Lima a dos días de la segunda vuelta de la elección presidencial. Ambos aspirantes a la presidencia del país andino estarían, según los resultados de las encuestadoras, empatados. Los votos del sector rural y el extranjero serían claves para decidir al ganador.
Castillo, de 51 años, brindó su mensaje final desde la Plaza Dos de Mayo, donde siempre es punto de concentración de las protestas de los trabajadores. El candidato del partido izquierdista Perú Libre ratificó su postura antisistema al señalar que si llega al poder convocará a una Asamblea Constituyente, cuyo objetivo sea redactar una nueva Constitución que reemplace a la actual diseñada en 1993. Además, se mostró a favor de renegociar las condiciones de explotación de las empresas gasísticas y mineras.
Durante toda la campaña, Castillo recibió varios ataques. En Lima y las principales ciudades del país se han llenado de vallas publicitarias en las que se alerta de que con él llega el comunismo, tal como ocurre en Venezuela y Cuba. Además, la última movida fueron las llegadas del opositor venezolano Leopoldo López y el hijo del Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, para que hagan campaña activa contra Castillo. La prensa y las redes sociales también atacan intensamente al candidato izquierdista.
En parte estos ataques a Castillo también se han dado por su propia responsabilidad. Tras conocerse su pase a la segunda vuelta, el maestro sindicalista evidenció que no tenía un equipo de colaboradores que defienda el plan de gobierno presentado ante la autoridad electoral. Tampoco ha mostrado un deslinde claro de su mentor político Vladimir Cerrón, quien es un exgobernador regional sentenciado por corrupción y fundador de Perú Libre. A esto se suma que algunos congresistas electos de su formación tienen nexos con movimientos de fachada del terrorista Sendero Luminoso.
Fujimori, de 46 años, tuvo su última presentación en el distrito popular de Villa El Salvador. La conservadora reafirmó su defensa de la Constitución de 1993 y cargó contra su rival Castillo. Fue acompañada de su hermano Kenji Fujimori, quien fue clave en el 2017 para impedir la vacancia promovida por Keiko contra el expresidente Pedro Pablo Kuczynski por sus vínculos con la empresa brasileña Odebrecht. Volvió a repetir las promesas clientelistas del último debate presidencial para captar más votantes.
En la primera vuelta, Keiko consolidó el voto duro dejado del legado de su padre, el expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), quien cumple una condena de 25 de prisión por crímenes de lesa humanidad. Durante la segunda vuelta, Keiko imitó a la misma estrategia del mandatario brasileño Jair Bolsonaro, quien para ganar la elección presidencial de 2018 se colocaba la camiseta de su país. Además, sumó a los mismos jugadores de la selección peruana a su campaña. La derecha ha cerrado filas con Fujimori por la defensa del actual modelo económico.
Es la tercera y última oportunidad para Fujimori, quien es acusada de lavado de activos y organización criminal por los aportes millonarios no declarados ante las autoridades electorales durante sus campañas de 2011 y 2016. Según el equipo especial de fiscales Lava Jato, Fujimori recibió fondos de la transnacional brasileña Odebrecht y el principal grupo financiero peruano. Para la aspirante de Fuerza Popular se le pide una pena de 30 años de cárcel.
Sin duda, la elección de este domingo en Perú será el anticipo de lo que podría ocurrir el próximo quinquenio. @mundiario
