Cambio, continuidad y cuotas de partido en el nuevo Gobierno

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Rey junto a los nuevos ministros.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el Rey junto a los nuevos ministros. / Twitter @desdelamoncloa

La continuidad de todos los Ministros del área económica define la prioridad de la segunda mitad de la legislatura.

Cambio, continuidad y cuotas de partido en el nuevo Gobierno

En la remodelación del Gobierno, Pedro Sánchez ha nombrado a siete Ministros y ha trasladado de Departamento a uno más. Al mismo tiempo la supresión de una Vicepresidencia ha alterado el orden de las demás. De entre los que continúan cabe señalar al equipo económico: Economía, Hacienda, Seguridad Social, Industria, Agricultura o Medio Ambiente, continúan con los mismos titulares lo que habla por sí mismo de la importancia que la política económica tendrá durante la segunda mitad de la legislatura. Simbólicamente, la Vicepresidencia Primera la ejercerá la titular del Ministerio de Economía, Nadia Calviño. La continuidad de los titulares de Interior, Defensa y Sanidad obedece a diferentes razones pero con un argumento común, no había razones para sustituirlos.

De los ocho nuevos Ministros, dos vienen precedidos de cualificación sobrada y experiencia acrisolada. Tanto Félix Bolaños en Presidencia como Pilar Llop en Justicia, deberán hacer frente a problemas prioritarios para cualquier Gobierno. Si al primero le corresponderán los asuntos de mayor profundidad política, la nueva Ministra de Justicia hereda temas de gran complejidad con interlocutores difíciles: la renovación y previsible modificación del Consejo General del Poder Judicial que exige el acuerdo con el PP; la modificación de la Ley de Enjuiciamiento que obliga a negociar a varias bandas con la carrera judicial, la fiscalía y las Comunidades Autónomas, o la modificación del Código Penal para variar la calificación de distintos delitos, entre otros asuntos.

Tres de las nuevas Ministras, procedentes de la política local, se harán cargo respectivamente de Política Territorial, Educación, Ciencia e Innovación. Su perfil pone de manifiesto el peso de la política orgánica, reforzando la i socialista y superando las divisiones anteriores de la organización. No se espera de ellas que cumplan objetivos estratégicos en sus Departamentos sino un refuerzo de la comunicación política.

Por el contrario, de los otros tres nombramientos, Asuntos Exteriores, Fomento y Cultura, cabe esperar cambios de rumbo importantes. El cese de González Laya y su sustitución por un diplomático de carrera próximo al Presidente del Gobierno, es una concesión a Marruecos y un reconocimiento explícito del error cometido. Las relaciones con ese país, tan vecino como Portugal o Francia aunque no sea comunitario, son prioritarias para España, no sólo por la repercusión sobre Ceuta, Melilla y Canarias o sobre la inmigración. La intensidad de los intercambios comerciales, el elevado número de marroquíes que viven y trabajan en España, la importancia del reino alauita para la estabilidad del Magreb y del Sahel, la política antiterrorista frente al yihadismo o el conflicto saharaui, son algunas de las razones por las que todo Gobierno español debe cuidar prioritariamente la relación con ese país. Que, por otra parte, debería de profundizarse en aspectos como la política universitaria, educativa y cultural. También se espera del nuevo Ministro que mejore las relaciones con Estados Unidos tras el inconsistente por no decir bochornoso paseo de Sánchez con Joe Biden.

La nueva ministra de Fomento, dirigente del PSC además de Alcaldesa, corona la toma de control del socialismo catalán sobre el principal Ministerio inversor. Si ya varios de los principales cargos del Departamento tenían ese origen, el nombramiento de la nueva titular ratifica que la política de inversiones será prioritaria en las negociaciones con el Gobierno autonómico. Éste viene defendiendo desde hace muchos años un presunto déficit inversor del Estado en aquella Comunidad así como transferencias relativas a puertos, aeropuertos y ferrocarriles. Ahora bien, siendo los recursos limitados, el beneficio inversor de unos territorios se corresponderá con el perjuicio de otros. Un delicado sudoku político que puede perjudicar a las Comunidades menos próximas al Gobierno. Por otra parte dicho Ministerio tiene pendiente afrontar una política de vivienda, compromiso electoral y de gobierno, uno de los principales problemas de las personas jóvenes y un déficit de las políticas urbanas.

En cuanto al Ministerio de Cultura, donde ha recalado Miquel Iceta, efímero Ministro de Política Territorial, es previsible que sea sensible a la influencia del sector cultural catalán, muy relevante, de vanguardia y donde el PSC tradicionalmente ha gozado de respeto. Frente al inmovilismo del anterior titular ministerial y en general la dificultad de casi todos los Ministros que han ocupado ese despacho para ejercer una política estatal de cultura que sea algo más que repartir subvenciones, el nuevo Ministro tiene fácil dejar huella. Bastará con asignar a los centros de producción del Ministerio objetivos de descentralización y presencia en todo el territorio. Porque dicho Ministerio no puede seguir siendo sólo de los vecinos de Madrid si quiere justificar su existencia.

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