Bukele: “A los que no les guste lo que sucede en El Salvador, que se aguanten”

Nayib Bukele, presidente de El Salvador. / IG @nayibbukele
Nayib Bukele, presidente de El Salvador. / IG @nayibbukele

El presidente salvadoreño acusa a la comunidad internacional de haber patrocinado las protestas en su contra. Lo cierto es que marchan contra él por haber capturado la justicia e imponer el bitcoin como moneda oficial.

Bukele: “A los que no les guste lo que sucede en El Salvador, que se aguanten”

En las últimas horas se vive un clima de tensión en El Salvador. El presidente Nayib Bukele ha denunciado que la comunidad internacional está detrás de las protestas, al financiarlas y respaldar supuestos actos violentos que jamás se produjeron en San Salvador, la capital del país centroamericano. 

Bukele enfocó sus airados dardos contra Estados Unidos, hasta ahora el único país que ha “condenado” con contundencia la deriva autoritaria emprendida por el mandatario. “Nunca los hemos reprimido (...) Fueron a luchar contra una dictadura que no existe. Y sin embargo, hay muchos en la comunidad internacional que siguen vendiendo esa idea", indicó.

"Muchos que incluso viven en países que sí pudieran ser considerados dictaduras, o al menos sí reprimen a sus poblaciones. Porque yo he visto, y todos hemos visto en las noticias internacionales, cómo muchos gobiernos que nos acusan a nosotros reprimen a sus poblaciones”, agregó. “A los países que no les guste lo que sucede en el El Salvador, que se aguanten”, apuntó.

Bukele respondía así a la encargada de negocios de Estados Unidos, Geal Manes, quien esta semana criticó con dureza al Gobierno salvadoreño, al que comparó repetidas veces con Hugo Chávez, tras la reforma judicial que expulsa de la carrera a un tercio de los jueces del país. “Nos condenan por depurar el sistema judicial. ¿Acaso han hecho algún bien los jueces corruptos al país?”, dijo el mandatario salvadoreño.


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Además, Bukele defendió que “aún” no hemos utilizado gases lacrimógenos, pero advirtió que en un futuro será necesario. “Hasta ahora, en dos años y tres meses de gobierno, no hemos utilizado aún —porque no sé si algún día van a financiar tanto que vaya a llegar a ser necesario, espero que no— ni una tan sola lata de gas lacrimógeno de las que muchos de ustedes, sus gobiernos, utilizan casi a diario”, dijo.

Bukele se quejó también de que las buenas noticias no son difundidas y anunció la construcción de dos hospitales y una reforma de las pensiones, con un sistema privado de capitalización individual similar al chileno, que deja en manos de las empresas el dinero que reciben los pensionistas.

Puntos de la crisis de El Salvador

Sin embargo, Bukele obvia que las recientes protestas contra su régimen se deben a dos asuntos: la captura del Poder Judicial y la imposición del bitcoin como moneda oficial. 

En los últimos tiempos el mandatario reemplazó la sala Constitucional por magistrados afines, destituyó a los jueces con más de 60 años, cesó al Fiscal general, impulsa una reforma constitucional que permita su reelección, se descubrió su pacto con las violentas pandillas para pacificar el país.

La decisión de imponer el bitcoin cuenta con mucho menos respaldo, cerca del 53% según la Universidad Centroamericana (UCA).

El Salvador debía haber celebrado este 15 de septiembre los 200 años de su independencia. Todo estaba preparado para una fiesta de banderas blancas y azules, himnos y fuegos artificiales, pero la realidad  fue otra.

Entre 5.000 y 8.000 personas protagonizaron la manifestación más multitudinaria desde su llegada al poder en 2019. Más allá de la cantidad de gente, Bukele fue derrotado en dos escenarios en los que hasta ahora no tenía rival: la calle y las redes. La convocatoria se convirtió en tendencia desde el día anterior y terminó con el silencio después de varios meses. 

En esta ocasión, la marcha unió a sectores tan diversos como estudiantes, feministas, grupos provida, sindicalistas y simpatizantes del FLMN y Arena, los dos partidos tradicionales barridos del mapa por Bukele en las elecciones de febrero. No hay duda que si el presidente salvadoreño sigue con su impronta autoritaria, la calle le hará conocer su fuerza. @mundiario

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