Bruselas se encomienda a Macron como la panacea para sus agudas crisis

Sede de la Unión Europea en Bruselas. / europa.eu
Sede de la Unión Europea en Bruselas. / europa.eu

El favorito a la presidencia de Francia es el favorito de la UE pero una victoria suya no sería garantía suficiente de que las mejores profecías se cumplan.

Bruselas se encomienda a Macron como la panacea para sus agudas crisis

Las elecciones de Francia de este domingo serán vitales para la Unión Europea. Bruselas no ha ocultado su deliberado apoyo a Emmanuel Macron, un exbanquero, de centro y única salida a su rival de turno, Marine Le Pen, que con su discurso ultraderechista, xenófobo y antieuropeo ha levantado ampollas en Bélgica. Pero la situación es bastante delicada, pues una victoria de Le Pen pondría en riesgo de salida a uno de los grandes socios continentales, mas una de Macron podría precipitar una remontada de reivindicación del populismo, que hasta ahora se había mantenido siempre al margen de los grandes escenarios políticos.

Los últimos años en Europa han sido de movidas decepcionantes. Vale partir por la lamentable gestión de la Gran Recesión, para luego recordar la crisis migratoria y de seguridad que han dejado a los 28 titubeantes mientras países como Polonia y Hungría intentan encontrarse a sí mismos. Y por supuesto, el que ha sido el evento más duro para Bruselas: el Brexit del Reino Unido, el evento que llevará a uno de los suyos a abandonar el club, dejándolo a 27. Así, Macron es la esperanza de la UE para empezar a lavarse su cara, para lanzar un discurso de renovados ánimos y superar de una vez y por todas su aguda crisis de identidad.

El ascenso de Macron al Palacio del Elíseo sería un antídoto para la viralización del euroescepticismo, esparcido a diestra y siniestra en los últimos años. La eurozona volvería a crecer junto con el mercado laboral. A todas luces, la primera vez en 10 años que puede empezar a hablarse de una recuperación como dios manda. París y Ámsterdam tienen sobre sus hombros la responsabilidad de cumplir los mejores presagios de Bruselas. "Si Le Pen sale derrotada, los riesgos políticos se desvanecen", cita El País a una de sus fuentes en la Unión Europea. "Yo no me precipitaría al darle el alta del hospital a Europa; las fuentes del populismo (crisis migratoria, bajo crecimiento, alto desempleo, inseguridad) siguen ahí, con apoyos del entorno del 30% en la mayoría de los países", explica Charles Kupchan, exasesor de Barack Obama, citado por el mismo diario.

"Macron debe conseguir en junio una mayoría suficiente para poder hacer las reformas prometidas. Si las hace, deberá enfrentarse a movilizaciones en la calle, con apoyo de la extrema derecha y la extrema izquierda: ese será su examen más importante", presenta por su parte Norman Birnbaum, sociólogo. Pero aun superando ambos obstáculos, todavía deberá liberar al Gobierno " alemán del nein permanente para reformar la eurozona y conseguir algo parecido a los eurobonos, la capacidad fiscal anticrisis y el resto de arreglos que necesita imperiosamente el euro", explica Jean-Claude Piris declaraciones hechas a Claudi Pérez.

Francia cumple 10 años con altibajos políticos que lo han hundido moralmente. Su crecimiento es de medio punto menos en relación a la omnipotente Alemania. La tasa de paro a nivel nacional llega al 10%, mientras su déficit público se mantiene inamovible en el 57% del PIB, un récord desde donde se le vea. Pero la solución y salida a todos los males está en la mente. De acuerdo a El País, las encuestas demuestran que ningún país confía tan poco en sí mismo como Francia. Macron podría ser un antídoto -también- para eso.

Una victoria de Le Pen daría el tiro de gracia a la condición moral de los franceses, pero aun un triunfo del líder del emergente partido En Marche! lo obligaría a "acarle brillo a su programa y obtener resultados; de lo contrario, veremos a una Le Pen crecida en las siguientes elecciones, y una nueva crisis del euro si Alemania pierde la paciencia con Francia por su incapacidad para reformarse", según cita Pérez al analista de Eurointelligence, Wolfgang Munchau. Si bien la recuperación empieza a echar raíces y la incertidumbre política se desvanece lentamente, en Europa no se descarta ningún revés inesperado. "La brecha con Hungría y Polonia será aún más acusada con Macron. La crisis migratoria no ha acabado. Y el gran riesgo es Italia, con su estancamiento que dura ya 15 años, sus bancos empachados de deuda tóxica y su precaria situación política, con cada vez más partidos críticos con el euro", cita el mismo medio al analista Philip Legrain.

Y en estas, todavía hay que recordar que Macron no cuenta con un partido lo suficientemente fuerte para sostenerlo en su eventual mandato, por lo que habrá que esperar a las elecciones legislativas para ver si toma escaños suficientes en el Parlamento para poder gobernar a sus anchas.

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