Brasil celebra la caída de Eduardo Cunha, el responsable del impeachment

Eduardo Cunha.
Eduardo Cunha.

El veterano político pierde su puesto de diputado tras una votación en la Cámara Baja. Se va tras décadas de artimañas, manipulaciones, maniobras descaradas y polémicas religiosas. 

Brasil celebra la caída de Eduardo Cunha, el responsable del impeachment

Eduardo Cunha es un nombre propio para la política brasileña. El veterano político parece haber puesto fin definitivo a su carrera política luego de haber perdido su puesto como diputado tras una votación en la Cámara Baja del Gobierno brasileño, que hizo rodar la cabeza de su presidente por 450 votos a 10 y 9 abstenciones. Se retira así todo un personaje, un hombre rodeado de polémicas de todo tipo, morales, políticas y hasta religiosas. Cunha se lleva en su palmarés todo tipo de descaros y maniobras de dudosa moral, pero también el haber sido el iniciador del impeachment que llevó a sacar a Dilma Rousseff de su posición en el Ejecutivo Federal.

En su última temporada como persona política, Cunha fungió como el presidente de la cámara de diputados, un cargo con poderes tan sólo superados por el mismísimo presidente de la república. El fanático religioso fue acusado por el Tribunal Supremo de no tener la moral suficiente para ejercer dicho puesto y por eso lo arrojó a los leones. Y motivos tampoco faltaban, pues está siendo investigado por poseer unas millonarias cuentas en Suiza y comprarle todo tipo de lujos a su familia con dinero proveniente de la corrompida Petrobras, empresa que se convirtió en una Caja de Pandora para la política brasileña. Cunha dio un paso al costado del Senado para mantener su puesto en el Congreso, la cual le otorgaba inmunidad de forma automática, pero la maniobra no funcionó, algo realmente sorprendente tratándose de un hombre que es experto en caminar sobre la cuerda floja y salirse con la suya. 

Y lo más sorprendente del asunto es que no es un hombre que se tome la molestia de prepararse ni de presentar excusas respetables. Haciendo gala de descaro, Cunha fue interrogado sobre las cuentas millonarias que tiene en Suiza y sobre un viaje con su familia a Miami en el que se gastó nada menos que $ 42,258, una cantidad desorbitada para alguien que goza del salario de un senador. Su defensa, increíblemente, fue que el juez no sabía hacer preguntas y que por eso se había dado el lujo de mentir en interrogatorios anteriores sobre el mismo tema. Por si esa desfachatez fuera poco, este hombre seguidor de Jesús (que por cierto tiene varias empresas dedicadas al salvador cristiano como Jesus.com) aparece en la lista de responsables por el escándalo de Petrobras, el cual desató una crisis en todo el país, y de la que él habría sido parte de los beneficiados por sobornos. 

Su descaro y su habilidad para moverse entre las sombras lo convirtieron en un auténtico zorro y cazarecompensas en el entorno político de Brasil. Se va así un hombre que durante años peleó contra absolutamente todos, haciendo lujo de insensatez aunque él pensara que era valor. Su más reciente trofeo es la cabeza de Dilma Rousseff, la cual hizo rodar tras hacer público el escándalo ya conocido. Y en algo casi irrisorio, ese caos lo soltó luego de que el Partido de los Trabajadores, partido de Rousseff, anunciara que votaría en contra suya cuando llegara la Comisión de Ética al Senado. Aquello no le gustó para nada a Cunha y, al día siguiente, hizo pública la trama de corrupción y sobornos en la petrolera estatal, la cual haría añicos a todo un sistema. El diputado se despidió en su momento entre lágrimas por sentirse perseguido por los mismos demonios judiciales que él en persona invocó.

Se va el Frank Underwood de Brasil. Cunha deja atrás una carrera que daría para hacer una serie similiar a House of Cards. El diputado proclamó durante años su fanatismo evangélico por todo lo alto. Tras su renuncia al Senado se dio la destitución definitiva de Rousseff, todo un orgullo para este hombre que disfruta bebiendo la sangre de sus enemigos. @hmorales_gt

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