Joe Biden no llama a Pedro Sánchez al no fiarse de los devaneos populistas de sus socios de gobierno

Joe Biden, presidente de EE UU y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España. / Twitter.
Joe Biden, presidente de EE UU y Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España. / Twitter.
Podemos podría enviar el mensaje “no a la guerra” a Putin, que es quien está activando el conflicto y amenazando a Ucrania, país que tiene derecho a decidir su futuro y a no ser agredida.
Joe Biden no llama a Pedro Sánchez al no fiarse de los devaneos populistas de sus socios de gobierno

La primera prueba seria de Podemos tras su irrupción en la política fueron las elecciones europeas de 2014 y los resultados constataron que este partido supo cotejar a una parte importante de la sociedad que, cansada de la vieja  forma de hacer política del bipartidismo, le entregó el voto aún sabiendo que muchas de sus propuestas eran irrealizables. Tras aquel éxito, se presenta como alternativa para cambiar el régimen del 78 con mucha prisa por “asaltar los cielos”, prometieron una era política distinta a la protagonizada por "la casta" que detestaban y alcanzaron buenos resultados en sucesivas elecciones.     

Tan buenos que amenazaban el establishment y el candidato Sánchez dijo en vísperas electorales que no dormiría tranquilo con Podemos en el Gobierno, “como la mayoría de los españoles”, añadió. Pero acabó dándoles asientos el Consejo de Ministros en un gobierno que, más que de coalición, es de “colocación” de miembros de Podemos y se caracteriza por innumerables discrepancias entre ambos socios, incluso en cuestiones esenciales de la estructura del Estado.  

la crisis de Ucrania

La última desavenencia se está produciendo con la crisis de Ucrania en la que Podemos muestra sus discrepancias con las decisiones del Gobierno y parece más alineados con las tesis del autócrata Putin.

Hay que recordar que Putin quiere recuperar el imperio perdido, volver al statu quo anterior a 1989 y no puede consentir que Ucrania y otras antiguas repúblicas soviéticas caigan en la órbita de la OTAN. Pero sobre todo, lo que no puede consentir es que Ucrania sea un modelo de democracia porque dejaría en evidencia su modelo de gobierno autocrático y su delirio imperialista para hacer a Rusia la sucesora de la Unión Soviética. 

Hay regímenes como Rusia, dice el profesor del Collège de France Pierre Rosanvallon, que se inclinan legalmente hacia un autoritarismo mediante reformas constitucionales que permiten la elección casi indefinida de sus líderes. “La tentación de convertirse en democraturas (regímenes autoritarios validados por el sufragio universal) es un rasgo común de los populistas”. Eso ocurre en Rusia (como en Venezuela, Nicaragua, Cuba…), regímenes que son más del agrado de Podemos que las democracias occidentales. 

No sé si ahora Podemos le quita el sueño al presidente Sánchez, pero con su posición en esta situación “prebélica” en Ucrania lo que si le arrebata es la confianza de los dirigentes occidentales en el Gobierno que preside que pierde prestigio a pesar de sus  esfuerzos por mostrarse el más atlantista y aparecer como abanderado de la OTAN en primera línea. 

Eso constata el hecho de que, casi al mismo tiempo que Moncloa difundía las fotos y el vídeo del presidente supuestamente hablando con el secretario general de la OTAN o con la presidenta de la UE, el presidente Biden le excluía de una mesa de trabajo en la que estaban los dirigentes de la Unión Europea, el canciller alemán, los primeros ministros de Francia e Italia y los presidentes francés y polaco para hablar y fijar posiciones sobre la crisis de Ucrania ante una posible agresión rusa a este país. 

España, fuera del war room 

El presidente americano no invitó a España, cuarta economía de la UE y con fidelidad acreditada a la OTAN, porque no se fía de los devaneos populistas de los socios comunistas que, por otra parte, se contradicen. 

Los dirigentes de Podemos defienden con ardor el derecho de autodeterminación de los pueblos, pero en este conflicto se alinean con Putin que amenaza seriamente invadir a Ucrania. ¿Por qué callan ante el “escrache”, que ellos llaman “jarabe democrático”, que Putin está haciendo a esta nación desde Bielorrusia al norte, desde Crimea al sur y en las regiones de Donetsks y Lugansk al oeste, y no defienden que Ucrania elija su propio destino?. ¿Por qué estando en el Gobierno de España no aceptan las reglas de juego de la nación que pertenece a un club como la OTAN? 

La ministra de Igualdad declaró que la sociedad española, vasca y catalana (sic) son pacíficas. Ese “no a la guerra”, una afirmación de pacifismo, la compartimos todos los demócratas porque estar a favor de la democracia es estar en contra de cualquier conflicto bélico que, dice el profesor y analista Fernando Vallespín, “nunca se ha producido entre países democráticos”. ¿Por qué no envían ese mensaje a Putin que es el que está amenazando a Ucrania, un país que tiene derecho a mantener su soberanía e independencia, que tiene derecho a vivir como quiera, a decidir su futuro y a no ser agredida por una potencia extranjera?.

Una nota final en clave de política interior. El objetivo de los asesores de imagen del presidente Sánchez al difundir las fotos y el vídeo hablando con dirigentes occidentales era potenciar su imagen como dirigente político que cumple con sus obligaciones, incluso en el fin de semana, pero son imágenes ridículas, más propia de Corea del Norte que busca “el culto al líder”, que de la España democrática. 

Dicho esto, está bien que el presidente Sánchez llame a sus socios occidentales, pero ¿por qué no llamó al jefe de la oposición y tuvo que ser el líder del segundo partido de  España el que tomara la iniciativa de llamarle a él? Esta inquina del presidente hacia Casado es una anomalía y, si me apuran, revela una falta de educación, de formación y de talante democrático del presidente, comportamiento que no tiene parangón en ningún jefe de gobierno de los países de nuestro entorno europeo. Pero, recordando aquel viejo eslogan, también en esto “España es diferente” por contar con unos políticos peculiares. @mundiario

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