Beiras y Nogueira: dos figuras clave en el nacionalismo gallego contemporáneo
Xosé Manuel Beiras y Camilo Nogueira formaron parte de una generación que apostaba por un nuevo régimen democrático que reconociese la plenitud de los derechos nacionales de Galicia.
En un breve intervalo temporal, en las últimas semanas, coincidieron dos hechos muy destacados: la retirada definitiva de Xosé Manuel Beiras del Parlamento gallego y el merecido homenaje tributado a Camilo Nogueira por su intensa vida pública. Aunque no podamos hablar del punto final de la trayectoria política de estas figuras, ambas circunstancias permiten hacer algunas consideraciones sobre su papel en la historia gallega más reciente.
Beiras y Nogueira personifican, en una buena medida, el nuevo nacionalismo gallego que surge en la década de los años 60 del pasado siglo. A partir del debilitamiento del Partido Galeguista, opera una ruptura generacional que incorpora el viejo ideario a una nueva matriz caracterizada por una notable adhesión al pensamiento marxista. Como figuras destacadas vinculadas al Partido Socialista Galego (PSG) y a la Unión do Povo Galego (UPG), participaron en la fuerte aceleración política que se registró en los años inmediatamente posteriores a la muerte de Franco y conocieron, muy directamente, la combinación de tres factores relevantes que condicionaron el futuro del movimiento nacionalista: un destacado crecimiento de las estructuras organizativas previamente existentes; la multiplicación de la respuesta movilizadora de los sectores más conscientes del tejido social durante los años 1976 y 1977 y el poco peso electoral conseguido por las formaciones nacionalistas en los primeros comicios a las Cortes Generales después de no ser capaces de concurrir de una manera unitaria a esa cita decisiva en la configuración del nuevo mapa político.
Homenaje a Camilo Nogueira. / Xurxo Lobato
Beiras y Nogueira formaron parte de una generación que apostaba por un nuevo régimen democrático que reconociese la plenitud de los derechos nacionales gallegos. La muerte de Franco generó -en ellos y en otras personas que participaron en el combate contra la dictadura- la lógica expectativa de un cambio sustancial que fuera pilotado por los referentes políticos construidos en aquella “larga noche de piedra”. Cuatro décadas después, se impone la constatación de que la mayoría de la sociedad gallega no otorgó la confianza suficiente a dirigentes como Beiras y Nogueira, y aceptó que el autogobierno conseguido fuera administrado por aquellos que no habían creído en su necesidad.
A pesar de esta evidente injusticia histórica, X.M. Beiras y C. Nogueira hicieron importantes aportaciones al patrimonio común del nacionalismo gallego. Sus diferencias en la concepción y en el tratamiento de ciertas cuestiones –por ejemplo: la dinámica de construcción de la actual Unión Europea y/o el planteamiento organizativo más adecuado para articular la herramienta política nacionalista- no ocultaron la evidencia de un poderoso denominador compartido a lo largo de su recorrido vital: la persistencia de su compromiso militante y la capacidad para innovar, para recrear diversos aspectos del ideario y de la práctica del nacionalismo político moderno. Sin esas contribuciones singulares, no se podría entender el desarrollo del movimiento nacionalista en las últimas décadas.
La retirada de la primera línea de la actividad política no debe suponer el olvido o la minusvaloración de la amplia labor que han desempeñado en todos estos años. Su legado merece un reconocimiento que no tenga fecha de caducidad.
