Austria repetirá las elecciones presidenciales tras fallos en los conteos

Norbert Hofer, candidato de la extrema derecha en Austria. / eldiario.es
Norbert Hofer, candidato de la extrema derecha en Austria. / eldiario.es

El Tribunal Constitucional ordenó repetir la segunda vuelta de las elecciones, realizada el 22 de mayo pasado, en una medida que deja retratado al parcial Gobierno austríaco.

Austria repetirá las elecciones presidenciales tras fallos en los conteos

Austria vuelve a estar sin presidente. El Tribunal Constitucional ordenó este viernes que los resultados de la segunda vuelta electoral realizada el 22 de mayo fuera anulada. En dichos comicios, el candidato ultraderechista Norbert Hofer, que sumó un 49.7% de los votos, quedó por detrás del aspirante verde Alexander van der Bellen, quien llegó a un 50.3% del total electoral. La decisión favorece evidentemente al Freiheitlichen Partei Österreichs (FPO, Partido de la Libertad de Austria) que impugnó el desenlace de los comicios, y deja retratado al Gobierno del país, principal encargado de mantener el control de un proceso que destapó fallos suficientes como para anular los resultados de los votos.

El presidente del tribunal, Gerhart Golziger, ordenó la cancelación del ejercicio electoral y lo hizo público al comparecer que "las elecciones no son un juego". El fallo no advierte ninguna manipulación en los resultados finales, pero sí detectó distintos y serios incumplimientos en las leyes electorales, tales como revisar boletas sin la presencia de los respectivos encargados de supervisarlo y de abrir sobres con votos enviados por correo instantes antes de la hora determinada para ello. La anulación "no convierte a nadie en vencedor o perdedor", prosiguió Golziger, quien remarcó que, por el contrario, esta medida debe "reforzar la fe en la democracia". 

Pese a la intención del presidente del organismo constitucional en remarcar la neutralidad con la que la decisión fue tomada, lo cierto es que sí que hay un vencedor al final del día. El FPÖ se apunta una gran victoria pues ha obtenido una segunda oportunidad para llevar a uno de sus miembros al poder, el cual les ha eludido desde la Segunda Guerra Mundial. Pero la victoria va más allá de un nuevo ejercicio de probabilidad, pues ahora sus quejas y cargas contra los sistemas del Gobierno tendrán un verdadero fundamento. La extrema derecha no ha tenido reservas al acusar a las instituciones estatales de estar al servicio de los dos grandes partidos del país: Sozialdemokratische Partei Österreichs​ (SPÖ, Partido Socialdemócrata de Austria) y Österreichische Volkspartei (ÖV, Partido Popular Austríaco).

Por si esto fuera poco, las nuevas elecciones se realizarán en medio de una Europa que todavía está asumiendo los resultados del Brexit. El referendo británico puede ser un serio impulso para el FPÖ, conocido antieuropeo y con fervientes ideologías antiinmigración. Norbert Hofer ya había proclamado su intención de convocar a un referendo para que Austria abandonara la Unión Europea tras conocerse los resultados en el Reino Unido. Los más derechistas del país, quienes celebraron una reunión con los impulsores del Brexit en Viena en los días previos al histórico día, detectaron una nueva posibilidad de llevar a cabo sus planes guiados por el partido liberal. "Austria también tiene ahora la oportunidad de volver a la senda de la libertad y el orgullo nacional", advirtió Marine Le Pen, líder del Frente Nacional de Francia. 

En medio del caos político e institucional, el canciller austríaco Christian Kern, socialdemócrata, tuvo que salir a dar la cara rápidamente tras conocerse la decisión. Kern calmó los ánimos anunciando que la anulación de los votos no era en perjuicio a van der Bellen, sino que un procedimiento necesario ante las irregularidades detectadas. El diplomático quitó presión al tribunal y aseguró que la decisión tomada "aumenta la confianza en el Estado de Derecho". Por su parte Wolfgang Sobotka, ministro del Interior, reconoció un tanto avergonzado que también apoyaba la medida decidida por las autoridades. "Estas negligencias no pueden ocurrir en una democracia desarrollada", manifestó el ministro.

El FPÖ impugnó los resultados de las elecciones en junio, en los que quedaron a 30, 863 votos de llegar a ocupar la presidencia por primera vez desde hace más de 60 años. Los ultraderechistas declararon sus sospechas por fraudes en los votos emitidos por correo, una de las claves de su derrota a manos de van der Bellen. Fue tal la importancia de esta modalidad de voto, que la proclamación del vencedor tuvo que retrasarse pues el 14% de los votos totales fue emitido de esta manera (es decir, 700,000 papeletas aproximadamente). En un documento de 150 páginas, el partido liberal denunció formalmente las irregularidades en el proceso. Antes de tomar su decisión, el Tribunal Constitucional escuchó a 90 personas que actuaron como testigos, y concluyeron que las acusaciones de la extrema derecha son ciertas, por lo que se procedió a anular el proceso celebrado el 22 de mayo.

De esta forma, los austríacos están a las puertas de un nuevo choque entre dos candidatos que no tienen absolutamente nada que ver el uno con el otro. Hofner es un abierto antieuropeísta, que pretende sacar a su país de la UE y cerrar las fronteras a los inmigrantes. Van der Bellen, en cambio, es un economista jubilado de 72 años y un confeso europeísta. Ambos candidatos confían en ganar la nueva ronda en otoño, pero mientras tanto, el país se quedará sin presidente. El actual jefe de Estado, Heinz Fischer, cederá su puesto el 8 de julio, tal como estaba previsto, y su plaza será ocupada interinamente por los tres presidentes del Parlamento, dentro de los que se encuentra el propio Hofner, quien ha dejado claro que seguirá en su puesto aun mientras sea candidato.

Twitter: @hmorales_gt

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