Los lectores de MUNDIARIO se quedan sin saber qué piensa Ciudadanos

A pesar de haber pactado una entrevista en Madrid con Juan Carlos Girauta, éste no compareció para dar respuesta a preguntas de posible interés para los ciudadanos.

El descontrol interno que tiene el partido político de moda, Ciudadanos, parece verosímil a juzgar por algunos de sus comportamientos. Y eso que de Ciudadanos podría depender el futuro de España. El próximo día 20 de diciembre, Albert Rivera y sus 'cinco magníficos' podrían decidir la presidencia del Gobierno español. Parten de poco más del 4% de la confianza del votante pero pueden ser la llave de un país sumergido en un imperio de dudas razonables en torno a sus políticos.

De entrada, es complicado saber de que pie cojean, porque no explican con claridad si son de izquierdas o de derechas. Sólo nos podemos basar en los pactos postelectorales  y éstos nos dejan lugar a muchas dudas en el sentido del color de su corazón político y sólo una conclusión clara: pactan con el que les dé gobierno que es igual a poder y les da exactamente igual el color y el programa.

No debemos olvidar que al poder político se le une lo económico: cada escaño supone un dinero que ingresa el partido, independientemente del merecido propietario del acta. Intentando aclarar estas dudas y después de habérseme negado la conversación con Rivera y Hervías -el primero no necesita presentación y del segundo podemos decir que seria Sancho Panza si del Quijote hablásemos-, siguiendo todos los conductos reglamentarios y del máximo nivel de exigencia para una modesta comunicadora como la que escribe, conseguimos una cita con uno de los 'cinco mágnificos': Juan Carlos Girauta. Se trata de una de las mentes mas lúcidas de su partido, de esas que cualquier líder necesita a su lado. Tenía buenas vibraciones porque sabia que Juan Carlos tiene respuestas para todo y no necesita hablar al dictado para convencer. En anteriores conversaciones con líderes habían intervenido dirigentes del PSOE y el PP, con agendas probablemente más apretadas.

La cita fue en Madrid, muy cerca del Congreso de los Diputados, un marco incomparable, y menos mal que a Madrid voy por distintos asuntos profesionales y cada viaje de quien escribe lleva más de un asunto en la cartera. Como dice Sabina en uno de sus éxitos "y nos dieron las diez y las once y las doce y la una y las dos y las tres..." y Girauta no apareció… Pues eso,  no apareció ni sonó el teléfono con una buena, regular o mala disculpa, como se espera en circustancias similares que aunque raras, pueden darse.

Varios mails entre las once y las tres y casi cuando ya Lucio tenía mi mesa lista para degustar los mejores huevos de Madrid llegó la primera respuesta. "14:31: Perdona pero por un mal entendido él pensaba que la entrevista era a las 12h.  Por hoy ya no va a poder ser…"  Mi gozo en un pozo,  me quedo sin charlar con Juan Carlos y la verdad es que a mi servirme me hubieran servido las doce, la una o incluso las dos… Siento no haber podido hablar con Juan Carlos, mis dudas convertidas en preguntas quedan sin contestar ante los lectores de MUNDIARIO a los que me debo.

Consciente soy de que no influirá para nada en el éxito de un partido como dije llamado a gobernar. Sin embargo ahora tengo más claro que cuando el río suena agua lleva.  Y la reflexión es: si ahora mismo, sin haber ganado nada o muy poco, ya están así de… ¿cómo estarán el día que ganen?. Podría seguir,  podría lícitamente incluso pensar que simplemente no quisieron hablar porque como siempre los políticos se enfrentan a las entrevistas sabiendo con quien están y tal vez, sólo tal vez, vieron mi pasado en esta formación y no les gustó. Me gusta ser transparente: formo parte de la primera generación de discrepantes con las normas, maneras y formas de un partido que gobernará con el alto precio para el ciudadano de no saber quién está detrás y lo que es peor cómo piensa… Pero lo único realmente importante es que los lectores de MUNDIARIO se quedan sin saber qué piensa Ciudadanos.