La hoja de ruta de Puigdemont para ser investido president

Carles Puigdemont no piensa ceder en su objetivo de dirigir Cataluña desde Bruselas. Como indica El País, su estrategia pasa por que ERC acepte crear un Consejo de la República y reformar la Ley de Presidencia para incluir una eventual investidura telemática; y si, como es previsible, esto último no es posible, proponer otro candidato pero manteniendo él ese cargo simbólico y con poder.

Las negociaciones entre las fuerzas independentistas han proseguido sin que trascendieran, al menos en público, avances entre Junts per Catalunya y ERC, que continúan enzarzados en el jeroglífico de respetar la “legitimidad” que otorgan a Puigdemont, esquivando al Tribunal Constitucional, y formar un Gobierno efectivo.

Josep Rull, exconsejero de Territorio, aclaró que trabajan en dos vías: aprobar en un pleno del Parlament una propuesta de resolución que abriría la legislatura para denunciar el 155 y “el fraude de ley” que impide restituir a Puigdemont y al Govern. Y, además, reformar la Ley de la Presidencia —no por lectura única— para permitir la investidura a distancia. “No queremos forzar los plazos”, dijo.

La estrategia matiza la hoja de ruta que Junts per Catalunya explicó el lunes en Bruselas a la CUP y que esta, a su vez, comunicó a sus militantes en una circular. El documento dice que la idea es celebrar el día 18 de febrero en la capital belga una asamblea de cargos electos secesionistas e investir simbólicamente a Puigdemont como “presidente de la república”. “Este nuevo espacio exterior sería la dirección real del Principado y emplazan a que formen parte Junts per Catalunya, ERC, CUP e independientes”, detallan los anticapitalistas.

Además, Puigdemont plantea otra sesión de investidura en el Parlament de Cataluña para el día 21 o 22 de febrero para ser elegido también como presidente de la Generalitat. El expresident tiene presente que esta última opción es complicada, por lo que propuso a ERC y la CUP investir a otro candidato de la lista de JxCat, sin especificar, en cambio, el nombre del elegido ni a republicanos ni cuperos.

En todo caso, de acuerdo a La Vanguardia, todas las opciones que Puigdemont trasladó a ERC y la CUP pasan por dotar un carácter casi simbólico a la presidencia en Barcelona, convirtiendo el Parlament en un órgano “gestor de políticas públicas tensando la legalidad institucional, siguiendo las iniciativas políticas y legislativas” acordadas desde Bruselas.

Con todo, el expresident emplazó a formar parte de este Govern y asamblea en el exterior a miembros de Junts per Catalunya, Esquerra, la CUP e independientes. Así, desde el Govern en Bruselas se configurarían posteriormente un “Govern real y una asamblea constituyente, la política internacional y la internacionalización de la república, el activismo internacional, el Diplocat y un think tank republicano”.

Por último, Puigdemont también propuso presentar el 8 o el 9 de febrero una propuesta de resolución de reconocimiento restitutivo de su persona como presidente y una invocación del 1 y del 27 de octubre. @mundiario