Donald Trump intenta librarse a toda costa de las sombras de la trama rusa

Michael Flynn, exjefe de Seguridad Nacional de EE UU, y Donald Trump, presidente de EE UU. Breitbart
Michael Flynn, exjefe de Seguridad Nacional de EE UU, y Donald Trump, presidente de EE UU. / Breitbart

El presidente de Estados Unidos insiste en que los contactos de su exconsejero Michael Flynn y el Kremlin fueron totalmente “lícitos”.

Donald Trump intenta librarse a toda costa de las sombras de la trama rusa

Donald Trump intenta zafarse a toda costa de las sombras de la trama rusa. La confesión del exconsejero Michael Flynn, quien ante las presiones del fiscal Robert Mueller, decidió bajar la cabeza y admitir que le había mentido al FBI; ha puesto al presidente de Estados Unidos contra las cuerdas. El republicano, desesperado por despechar el asunto de la injerencia rusa que ha empañado su gobierno, ha insistido en que los contactos del extitular de Seguridad Nacional y el Kremlin fueron totalmente “lícitos”.

El inquilino de la Casa Blanca ha utilizado su cuenta en la red social Twitter para dejar claro –una vez más- que no hubo colusión alguna entre su equipo electoral y Rusia durante la campaña por el Despacho Oval el año pasado. Asimismo, Trump, ha subrayado que la única culpa de Flynn fue "mentir" a las autoridades y al vicepresidente Mike Pence, razón por la cual se vio en la obligación de despedirle. “Tuve que despedir al General Flynn porque le mintió al Vicepresidente y al FBI. Él se ha declarado culpable de esas mentiras. Es una pena porque sus acciones durante la transición fueron legales. ¡No había nada que esconder!”, escribió el republicano en la plataforma.

 

El mensaje de Trump respecto a Flynn llega para acompañar unas palabras que el magnate neoyorquino había tenido con los periodistas antes de tomar un avión rumbo a Nueva York este sábado. El mandatario aseguró ante la prensa que se siente "muy contento" y poco preocupado por la declaración de su exconsejero. “Lo que se ha visto no es connivencia. No ha habido ninguna connivencia en absoluto, así que estamos muy contentos”, declaró el jefe de Estado.

Sin embargo, la investigación sigue avanzando rápidamente, y el fiscal Mueller, con una reputación de insobornable, ha prometido llegar hasta el meollo de la trama rusa, y descubrir si, tal como se cree, el equipo de Trump y el Kremlin se dieron la mano para derrotar a Clinton con un juego sucio.

Teniendo en cuenta este panorama, la revelación de Michael Flynn ha tomado especial relevancia, puesto que, tras negarlo rotundamente en un tiro anterior, el militar al final ha admitido que en diciembre de 2016, cuando ya había sido seleccionado por el presidente para ser asesor de Seguridad Nacional del gobierno en formación, mantuvo contacto con el entonces embajador ruso, Sergey Kislyak.

Pero eso no fue lo más grave. Cuatro días después de la toma de posesión de Trump, el FBI interrogó a Flynn y el teniente negó hasta el cansancio haber hablado con el hombre de Vladímir Putin en Washington. El asunto se hizo aún más grande cuando el exasesor mantuvo la mentira ante Pence. Y todo el teatro se vino abajo cuando el reconocido diario The Washington Post reveló las conversaciones entre ambos funcionarios. Flynn no tuvo más remedio que renunciar a su cargo con solo 24 días en ejercicio, y meses después, acorralado bajo los ojos de Mueller, no ha tenido otro remedio que confesar su pecado y contribuir a estrechar el cerco sobre el asediado líder republicano. @mundiario

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