Arabia Saudita bombardea Yemen en respaldo al presidente prófugo y se agrava la crisis

La monarquía wahabita enacabeza una coalición para desplazar a las milicias shiitas de houtíes de Ansarullah, en respaldo a Abd Rabu Mansur Hadi, presidente que renunció el 21 de enero.

Hadi había dimitido junto a todo su gabinete y se refugió en la ciudad portuaria de Aden, desde la que huyó el pasado miércoles por mar y se presume se refugió en Arabia.

La huída del ex mandatario se produjo ante el avance de la milicia shiita de Ansarullah hacia el sur del país, luego de que Estados Unidos evacuara a unos cien efectivos militares de una base militar de al-Annad, que dejó con las puertas abiertas para que terroristas de Al Qaeda se hicieran con el equipamiento dejado atrás.

El mismo miércoles, Ansarullah tomó control de la base de al-Annad, y pocas horas más tarde se hicieron con documentos de inteligencia al ocupar el Buró de Seguridad Nacional en la capital, Saná, obteniendo información de operaciones y nombres de informantes de acciones llevadas adelante por Estados Unidos en el país.

En sincronía a la caída de Aden, Arabia lanzó los primeros bombardeos sobre la capital yemení con el objetivo de reponer a Hadi en el poder. La monarquía wahabí encabeza una coalición de la que participan Kuwait, Catar, Emiratos Arabes Unidos, Bahrein y Marruecos.

Desde el primer momento, las mismas tuvieron el respaldo de los Estados Unidos, que mantiene comunicaciones directas con Riyad y el depuesto Hadi.

Arabia desplegará unos cien aviones de combate y unos 150.000 soldados para la ofensiva en Yemen, según afirma la cadena Al Arabiya. En una ofensiva terrestre podrían participar efectivos de Pakistán, Sudán, Jordania y Egipto. El Cairo está dispuesto a desplegar fuerzas navales.

Los primeros bombardeos tuvieron como objetivo el aeropuerto de Saná. Mientras Riyad afirma haber liquidado a líderes houtíes, el grupo shiíta difundió fotos de civiles muertos por el ataque que habría producido 65 muertes y más de 30 heridos.

Mohammad Bajiti, miembro del Buró Político de Ansarulá, advirtió que la entrada de tropas saudíes o de otros países del Golfo en Yemen marcará el fin de los Al Saúd y amenazó con responder “entrando en Arabia y restituyendo las provincias de Nayd y Hiyaz”.

Por su parte, Irán repudió los ataques sauditas y advirtió que una invasión sólo potenciará al terrorismo.

“Recurrir a opciones militares contra Yemen que está luchando contra el terrorismo y sufriendo una crisis interna, solo complicará la situación y hará perder las oportunidades para encontrar una salida pacífica a las discrepancias internas en este país”, declaró este jueves Marzie Afjam, la portavoz de la cancillería persa citada por HispanTV.

La intervención militar extranjera en Yemen “es un paso muy peligroso que contradice las obligaciones internacionales de respetar la soberanía nacional de los Estados”, y “no tendrá ningún logro, solo esparcir la inseguridad en toda la región”, ha asegurado.

El viernes 20 de marzo, se produjeron dos atentados terroristas contra los shiítas en Saná durante la oración de los viernes, dejando un saldo de más de 140 muertos. El autoproclamado Estado Islámico (aka ISIS, Daesh) se adjudicaron los crímenes, aunque no se confirma si la autoría es real o si sólo fue un comunicado con fines propagandísticos.

El pasado lunes, Al Masdar News anunció que la división de Inteligencia de la Fuerza Aérea Siria capturó a Abu Qahaafat Al-Sa’oudi, un oficial de inteligencia saudita operando en Siria. Arabia es uno de los principales controladores de los grupos terroristas que operan para derrocar a Bashar al-Assad.

La crisis final

En agosto de 2014 la crisis de Yemen ingresó en un espiral ascendente, con los houtis reclamando reformas políticas y económicas, y en septiembre se hicieron con el control de edificios estratégicos gubernamentales en la capital Saná.

El 20 de febrero, con la mediación de las Naciones Unidas, las facciones polítics de Yemen acordaron la formación de un gobierno de transición, que incluía a las partes enfrentadas e incorpora a sectores sociales sin representación, como a las mujeres y a los jóvenes.

El enviado de la ONU, Jamal Benomar, se comunicó con Mansur Hadi y le pidió que se mude a una zona neutral en las afueras de Saná, pero desoyendo la sugerencia, se instaló en Aden.

Esta nueva situación, con Hadi intentando establecer un gobierno paralelo, puede desembocar en una nueva guerra en el país más pobre de la región, ya que invoca al pacto con el Consejo de Cooperación del Golfo firmado en 2011 que lo ungió en reemplazo del depuesto dictador Ali Abdullah Saleh, que estuvo 33 años en el poder.

Quiénes son los houthis?

Los houthis conforman un tercio de los 25 millones de la población yemení. Durante todo un milenio, hasta 1962, se rigieron según las normas de la rama shiita del Zaydismo, surgido en el siglo VII, que reconoce a los cuatro primeros imames, pero no al quinto, Muhammad al-Baqir, poniendo en su lugar a su hermano, Zayd ibn Ali, que en el 740 promovió una rebelión contra la opresión de la dinastía Omeya.

El movimiento rebelde nació en 2004, y toma su nombre del clérigo Hussein Badreddin al-Houthi, que lideró una revuela en la provincia de Saada, para preservar las tradiciones comunitarias y protestar por la discriminación del gobierno central del dictador Saleh. A fines de ese año al-Houthi fue asesinado por el ejército, y hasta 2010 se produjeron otros cinco estallidos hasta que se firmó un acuerdo de cese de hostilidades.

El movimiento Houti fue clave en la revolución popular que terminó con los 33 años de la dictadura de Ali Abdullah Saleh, y es la fuerza interna que más a combatido la presencia de Al Qaeda, eliminándolos de varias áreas del empobrecido país árabe.
 
El nombre del grupo es Ansarullah, derivación de Ansar Allah (Partidarios de Dios), y más allá de diferencias teológicas sobre el imamato, es un movimiento cercano al llamado "Eje de la Resistencia", conformado por Irán, Siria y el libanés Hezbollah. No obstante, el apoyo material iraní nunca pudo ser demostrado, aunque fue un fantasma azuzado por el gobierno central para obtener billones por parte de Arabia y Estados Unidos.