El año 2016 en Perú, una fecha crucial para la continuidad del ‘humalismo’

Ollanta Humala, presidente de Perú. / presidencia.gob.pe
Ollanta Humala, presidente de Perú. / presidencia.gob.pe

Las elecciones en Perú están a la vuelta de la esquina. ¿Quiénes son los candidatos? ¿Cuál es la estrategia del, venido a menos, presidente Ollanta Humala?

El año 2016 en Perú, una fecha crucial para la continuidad del ‘humalismo’

Las elecciones en Perú están a la vuelta de la esquina. ¿Quiénes son los candidatos? ¿Cuál es la estrategia del, venido a menos, presidente Ollanta Humala?

En abril del 2016 habrá elecciones generales (presidenciales y congresales) en el Perú.

El actual mandatario, Ollanta Humala padece una terrible crisis de legitimización; al nivel, que su aprobación no pasa el 14%. Además, el escándalo de las supuestas agendas de su esposa Nadine Heredia demostraría un secreto a voces el financiamiento chavista de las campañas presidenciales de Humala en el 2006 y en el 2011.

Para quiénes nos tomamos en serio la democracia representativa y su institucionalidad, siempre hemos creído que la financiación de las dos campañas presidenciales venía desde el Palacio de Miraflores en Caracas. Partiendo de este hecho, quiénes nos tomamos en serio vivir en democracia jamás votaríamos ni en primera ni en segunda vuelta por Humala ni por su esposa.

Volviendo con la elección del 2016, para los Humala Heredia es vital que el nuevo Presidente no sea un político confrontacional con ellos y les asegure una impunidad.

Si vemos los principales candidatos presidenciales, tenemos a los siguientes: Keiko Fujimori; hija del ex Pdte. Alberto Fujimori, Pedro Pablo Kuczynski; ex ministro de Energía y Minas en el segundo gobierno de Fernando Belaúnde y Premier en el gobierno de Alejandro Toledo, Alan García Pérez; dos veces Presidente (1985-1990) y (2006-2011), Alejandro Toledo; ex Presidente (2001-2006), y Daniel Urresti; ex Ministro del Interior de Humala.

Para los Humala Heredia es vital que el nuevo Presidente no sea un político confrontacional con ellos y les asegure una impunidad.

 

Toledo es aliado de Humala y Urresti fue su ministro del Interior; por lo tanto, jugaran en pared ya que sus opciones de pasar a segunda vuelta son nulas. Toledo como Urresti atacaran con todas sus baterías al principal enemigo del humalismo que es Alan García.

Es necesario mencionar que el segundo gobierno de Alan García es recordado por las grandes obras de infraestructura que hizo como por ejemplo el Tren Eléctrico en Lima, la remodelación de los colegios emblemáticos, la remodelación del Estadio Nacional, la construcción del Hospital Social del Niño;etc. El gobierno de Humala ha sido nulo en obras de infraestructura; por lo tanto, la comparación le beneficiaría a García. Los Humala Heredia y sus adeptos lo saben bien; por más, que jamás en público lo aceptarían.

Kuczynski no es un político confrontacional más bien se presenta como un técnico no tan politizado como García o Fujimori; por lo tanto, tiene el apoyo disimulado de los Humala Heredia.

El objetivo de los inquilinos del Palacio de Gobierno es que sus candidatos con menor chance: Urresti y Toledo destruyan la candidatura de García, así el éste no pasaría a la segunda vuelta. Ellos se ponen en el escenario que la segunda vuelta sea entre Keiko Fujimori y Kuczynski, de esta manera gracias al anti fujimorismo (en el Perú tu ganas una segunda vuelta gracias al anti voto) Kuczynski sería el sucesor de Humala el 28 de julio del 2016.

Tal vez a nivel nacional se puedes vislumbrar esta planificación, pero aprovecho este espacio que llega a nivel internacional para que se conozca las elucubraciones de impunidad que pretenden llevar a cabo los Humala Heredia para tapar lo demostrado en las agendas: La financiación chavista en las campañas del 2006 y 2011.

Sin duda, el 2016 es el año crucial para el humalismo. No sólo se juegan su supervivencia política sino hasta la posibilidad de ir o no a la cárcel. La vieja frase de la campaña del 2011 de Humala “honestidad para marcar la diferencia”; de seguro, deja amnésicos a sus votantes del 2011.

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