En el año 2014 resulta aún casi imposible encontrar alguna noticia alentadora

El 2014 llega con viejos y nuevos retos, y algún indicio de esperanza
El 2014 llega con viejos y nuevos retos, y algún indicio de esperanza.

Las buenas noticias en los diarios siempre han escaseado, y cada vez más avanzado el siglo XXI, parece que seguirá siendo así, si no se cambian las cosas.

En el año 2014 resulta aún casi imposible encontrar alguna noticia alentadora

Las buenas noticias en los diarios siempre han escaseado, y cada vez más avanzado el siglo XXI, parece que seguirá siendo así, si no se cambian las cosas.

Cada vez que empieza un año nuevo afloran listas sobre todo tipo de temas, algunas interesantes y otras un poco más absurdas: los mejores lugares para visitar, los mejores discos que escuchar, los personajes previsiblemente más influyentes del año, las mejores discusiones, las mejores meteduras de pata... Y además, recibimos el año durante las que, probablemente sean las vacaciones más hostigadas de las sociedades modernas. Para algunos, es una época de reuniones forzadas con la familia, de incontables cenas y de excesivos gastos superfluos, en la que el consumismo ha vencido a cualquier resto de buenas intenciones. Éstos, generalmente, no quieren ni adornos, ni villancicos ni paripé. Para otros, sin embargo, es la mejor época del año. De encuentros de primos, tíos, hermanos, padres y sobrinos; de ver a amigos que vuelven a casa por Navidad; y de regalar con una excusa aquello que se había visto en un escaparate y pensado precisamente en la sonrisa de esa persona que lo recibirá. Y como cada año, de un lado o de otro, la Navidad se presta especialmente a las reflexiones. El tiempo gana otra vez la batalla, y queramos verlo antes o después, el calendario cambia de año. Independientemente del “espíritu navideño” que se ejerza, no es mala época para hacer balance. Para evadirse un momento del espacio terrenal, y pensar si la sociedad que empieza 2014 es la que habíamos imaginado.

Siempre hay noticias malas, malísimas, aterradoras. Además, desde hace un lustro, son familiares términos económicos que antes casi ni existían, y parece que nos hemos llegado a preocupar más por el estado de la prima de riesgo que por problemas que siempre han estado ahí. No news is good news, pero de vez en cuando conviene también buscar algún titular esperanzador, que permita pensar que el futuro no se tiene que parecer tanto a una de esas películas catastróficas en las que el desastre ocurría en un momento que hoy, no queda tan lejos.

¿Algo para alegrarnos?

En el plano internacional, los avances médicos parecen proporcionar un poco de luz a un mundo que, pese a sus años, sigue oscurecido con guerras, desigualdades, violencia y catástrofes naturales. De vez en cuando en la sección Internacional aparece algún titular que afirma que gracias a las nuevas tecnologías se ha avanzado en las investigaciones en oncología radioterápica, o que los científicos son optimistas en el uso de fármacos para estimular las defensas del paciente de cáncer y que ellas destruyan las células cancerosas, o que se ha progresado en el ámbito de la biología estructural, lo que podrá permitir el desarrollo de nuevas e importantes vacunas.

Por otro lado, desde la Unión Europea, pese a las derivas sobre su futuro y estabilidad, Mario Draghi vislumbra señales alentadoras para salir de la crisis económica y financiera, y afirma que los desequilibrios en el mercado europeo están decreciendo, como señaló recientemente en Der Spiegel.

Y en España, en lento hundimiento desde hace años, se deja ver tímidamente alguna vez un titular esperanzador. En términos económicos, si buscamos bien, encontramos que las previsiones para los dividendos de los accionistas mejoran para el año 2014. También suele aparecer de forma llamativa que ahora, desde el inicio de la crisis el desempleo registra una caída de record. Y sin embargo, qué porcentaje de paro tan alto hay todavía en España, y qué ideal suena aún eso de “creación neta de empleo”, siendo aún desalentadores los demás datos relativos al empleo. Además, dicen los datos que ha bajado el número de accidentes de tráfico con respecto a los habidos desde el año 1960, lo cual no deja de ser una mala noticia, porque las cifras todavía están muy altas, pero quizás una tendencia a la baja que perdure, hasta que por fin podamos dejar de ver cada fin de semana una noticia de un accidente mortal.

Entre la esperanza y la desesperación, afrontar los retos
Y escarbando para encontrar algún atisbo de esperanza con el que afrontar el paso de los años, entre la marabunta de malas noticias, surgen tantos retos pendientes, que serían material para un libro entero de propósitos de 2014. Una página de esperanza, un libro de retos, y una enciclopedia de noticias desalentadoras. Y ajeno, el calendario sigue volando, y cada persona, en su plano individual, se dirige a este nuevo año con sus propias incertidumbres y desafíos: superar una enfermedad, tener un hijo, aprobar la selectividad, casarse, montar una empresa... Y el tiempo seguirá su curso, y podemos fijarnos o no en algún indicio lejano de esperanza, pero sobre todo, mientras siga siendo difícil encontrar una sola noticia tranquilizadora, queda aún demasiado por cambiar.

 

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