Rajoy se equivocó de enemigo y depositó su confianza en quien no debía

Pedro Sánchez y Mariano Rajoy.
Pedro Sánchez y Mariano Rajoy.

Sánchez no quiso apoyar un Gobierno que era el único posible ni unos Presupuestos que también lo eran, empujando a Rajoy a buscar su apoyo en quien habría de venderle.

Rajoy se equivocó de enemigo y depositó su confianza en quien no debía

Hasta la moción de censura el PP era el enemigo de los nacionalistas y de toda la izquierda. Mariano Rajoy había ganado todas las elecciones a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias y tampoco los nacionalistas esperaban concesiones políticas de él. Tenía todos los números económicos a su favor, 1.170.000 desempleados menos durante su mandato, 1.680.000 afiliados más a la Seguridad Social con la temporada turística por delante, habiendo salvado a España de la quiebra o el rescate, y todos los logros mientras reducía el déficit público desde el 11% que llegamos a tener hasta el 3,1% además de colocar a España con el mayor crecimiento de Europa, por encima del 3% del PIB durante tres años seguidos. Debería ser invencible pero no lo fue.

Rajoy prefirió hacerse amigo de Pedro Sánchez empeñado en la linea blanda con los medios de comunicación y la Inspección Escolar a pesar de que no es Sánchez muy dado a cumplir su palabra

Todas las fortalezas tienen su punto débil y si no lo tienen siempre queda el caballo de Troya. Ahora no hay caballos pero hay redes sociales para atacar haciendo sangre de los defectos y si no se  encuentran emitiendo falsas noticias, las fake news, y en este terreno de internet Podemos es invencible, y ya no digamos los independentistas catalanes que no solo tienen redes llenas de activistas sino radios, televisiones, embajadas, y hasta contratados como Assange o los hakers rusos. Pero no fueron sus enemigos los que derribaron a Rajoy  sino el no saber elegir los amigos.

En el no hacer, en la pérdida de tiempo buscando apoyos que no necesitaba por tener amplia mayoría de escaños en el Senado, en confiar que el tema Catalán se desinflaría solo comenzó Rajoy a cavar su tumba. No actuó cuando Ciudadanos  pidió activar el artículo 155 de la Constitución el 7 de septiembre para evitar el referéndum, la declaración de independencia y el proceso constituyente. Tampoco hizo caso de la súplica de Albert Rivera para la aplicación dura de la supresión de la Autonomía evitando el control de radio y televisión locales empeñadas en dar una imagen falsa de Cataluña y de España, y tampoco fue capaz de apoyar a Ciudadanos en su intención de terminar con el adoctrinamiento en colegios e institutos que se había encargado de controlar.

Rajoy prefirió hacerse amigo de Pedro Sánchez empeñado en la linea blanda con los medios de comunicación y la Inspección Escolar a pesar de que no es Sánchez muy dado a cumplir su palabra, y ahí está la hemeroteca, pero ya habían llegado ambos a la conclusión de que el enemigo era Ciudadanos, el destinatario de la fuga de votos de los dos partidos, por cierto, algo en lo que coinciden el 100% de los partidos nacionalistas. Eso fue la moción de censura que se daba por perdida pero evitaba unas elecciones anticipadas porque si bien todos los partidos habían llegado a la conclusión de que el enemigo común era Ciudadanos, no era esta la conclusión de los votantes que seguían haciendo crecer la intención de voto tanto hacia Albert Rivera como hacia Ines Arrimadas. Ciudadanos se quedó solo pidiendo elecciones que nadie quiso adelantar como tampoco habían querido repetir las catalanas.

Lo de la corrupción solo fue una disculpa para los discursos pero cualquier ciudadano sabe que los casos del PSOE o de CDC, ahora PDCat, pendientes de juicio son por importes diez veces mayores a los del PP

Ahí perdió Rajoy su oportunidad porque unas elecciones sin él de candidato habrían ayudado al PP y habrían permitido decidir a los votantes a quien querían. Ahora tenemos un Presidente que no viene de la voluntad popular, cuyo programa se desconoce y con apoyos tan variados y contrapuestos que durará menos de, como diría Sabina, lo que dura un cubito de hielo en un whisky on the rock. Rajoy no solo eligió muy mal sus amigos, uno imposible, Pedro Sánchez, y otro interesado, el PNV, sino que no supo apreciar sus amigos, en este caso Albert Rivera. Siempre le costó entender a un partido que no pedía cargos donde obtener mordidas, que solo pedía apoyo a puntos de su programa fuera el PSOE como en Andalucía o el PP como en Madrid.. No entendió que parte de su exiito económico y social venía precisamente de los puntos que se iban cumpliendo con el pacto y parte de su fracaso por los puntos que se negaba a cumplir, fueran aforamientos, imputados, nombranmiento de jueces de Tribunales, ley electoral, y cosas así.

Lo de la corrupción solo fue una disculpa para los discursos pero cualquier ciudadano sabe que los casos del PSOE o de CDC, ahora PDCat, pendientes de juicio son por importes diez veces mayores a los del PP, que además muchos vienen de épocas anteriores, lo que no quita que si Rajoy y la cúpula del PP hubiesen asumido sus responsabilidades dimitiendo en lugar de negar con aquello de pago en diferido o rompiendo discos duros de contabilidad B, ahora estarían sus nuevos mandatarios en una posición similar a la de Pedro Sánchez, y que si al menos Rajoy hubiese dimitido con la sentencia de la Gürtel, ahora estariamos eligiendo un nuevo presidente. Los españoles sabemos desde el caso FILESA (PSOE) y Naseiro (PP) que los partidos se financian ilegalmente y a consecuencia de ello algunos políticos sin escrupulos se quedan parte del botín, lo que esperamos es que alguien apruebe una ley para que eso sea imposible que ocurra. De momento Rajoy se va y Sánchez un poco más tarde. @mundiario

 

 

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