América Latina se adentra en una etapa crítica ante la propagación del coronavirus

Una joven con su tapaboca para evitar el coronavirus - Twitter
Una joven con su mascarilla para evitar el coronavirus. / Twitter
Estados Unidos se convirtió en el epicentro de la pandemia esta semana al superar en cifras de infectados y muertes a China e Italia. El panorama desolador, sin embargo, se agudiza también en países de Centroamérica y Sudamérica. El impacto económico sería una recesión a fin de año. 
América Latina se adentra en una etapa crítica ante la propagación del coronavirus

La propagación de la COVID-19 sigue golpeando a nivel global. A pesar de que en China se inició la pandemia, ahora América Latina apunta a ser la región más afectada por el coronavirus. Estados Unidos se convirtió en el país epicentro del virus al tener, al cierre de este reporte, más de 100.000 contagiados y más de 1.400 muertes. Estos datos superan a los registrados en Italia, España, Irán, Reino Unido, entre otros. 

El brote de la COVID-19 en Washington se disparó debido a la indiferencia del presidente Donald Trump. El inquilino de la Casa Blanca no dispuso medidas inmediatas para bloquear la expansión de la enfermedad. Cuando la crisis sanitaria estalló, el republicano decidió suspender los vuelos desde Europa por un mes, acordó con México y con Canadá restringir el tránsito fronterizo a lo esencial.

En los últimos días, Trump, quien ahora se ha tomado en serio el asunto porque la ciudad de Nueva York tiene la mayor cantidad de casos de coronavirus, mandó un paquete de medidas para reflotar la economía al Congreso norteamericano. Allí, los demócratas y los republicanos llegaron a un acuerdo para aprobar un plan de rescate económico por dos billones de dólares para empresas y ciudadanos afectados por la crisis.

Trump también apeló a China para frenar las consecuencias económicas de la COVID-19. “Acabo de terminar una muy buena conversación con el presidente Xi de China. Discutimos en gran detalle sobre el coronavirus que está causando desastres en muchas partes de nuestro planeta", escribió. En los últimos días, cabe mencionar, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, acusó a Pekín de ocultar información de la pandemia. 

El panorama crítico también se repite en otros países de América Latina. En México se han reportado 717 contagiados y 12 muertes por coronavirus. El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien es muy criticado por su liderazgo para frenar a la enfermedad, anunció un programa para movilizar a los militares en situaciones de desastre, anticipó las vacaciones escolares, recomendó suspender actividades no esenciales y postergar eventos multitudinarios. Sin embargo, no ha cerrado los aeropuertos ni ha tomado medidas más drásticas de aislamiento por temor al impacto económico. 

En Centroamérica y el Caribe no dista mucho de la crisis sanitaria que se observa en Latinoamérica. Mientras que en El Salvador aprobaba una declaración de emergencia y una ley que suspendía los derechos al libre tránsito y a reunirse pacíficamente para controlar la pandemia, en Nicaragua hacía una marcha con empleados públicos y simpatizantes bautizada como “Amor en tiempos del COVID-19''. 

A pesar de estos contrastes, Panamá tiene actualmente 674 casos, seguido por Costa Rica, que registra a la fecha 263 casos. De los dos países, Costa Rica tiene un sistema sanitaria que, tranquilamente, puede combatir al coronavirus. Sin embargo, el impacto económico ha sido en el sector turismo, la principal actividad de ingresos. 

En Sudamérica hay matices diferentes. Brasil es la nación más atacada por la COVID-19. El gigante de la región tiene, hasta el momento, 3.417 personas infectadas y 92 muertes. El presidente Jair Bolsonaro, al igual que Trump y López Obrador, ha sido muy cuestionado por su actitud frente a la pandemia. A pesar de que sus homólogos norteamericano y mexicano reconocen a medias el impacto de la enfermedad, el ultraderechista parece alejado de la cruda realidad.

El Ministerio de Sanidad brasileño recomienda medidas de distanciamiento social, pero el mismo Bolsonaro ha criticado las medidas drásticas que han tomado gobernadores y alcaldes, diciendo que quieren “arruinar” al país. De hecho, el ex militar ha llegado a decir ayer que "los brasileños no se enferman". Y si fuera el caso, "los brasileños han desarrollado ya anticuerpos contra la COVID-19". 

Mientras Bolsonaro aún no entiende la propagación de la pandemia, otros países sudamericanos siguen decretando medidas para frenar a la COVID-19. En Argentina, el Gobierno de Alberto Fernández decretó una cuarentena total hasta el 31 de marzo. Los ciudadanos solo pueden salir de sus casas para comprar alimentos y medicamentos. Además, dispuso la ayuda social a 3,6 millones de trabajadores informales que han perdido su único ingreso por la crisis. Hasta el momento tienen 690 casos y 17 muertes.

Ecuador se convirtió en uno de los países más afectados por el brote de la pandemia. El país norteño tiene 1.600 contagiados. Las medidas que han establecido son decretar estado de excepción, imponer toque de queda y suspender el trabajo presencial tanto en el ámbito público como el privado, pero la caída de los precios del petróleo y el freno de la actividad causados por la pandemia ha empujado la economía ecuatoriana al límite.

En Colombia, el Gobierno de Iván Duque ha cerrado sus fronteras marítimas, terrestres y fluviales, prohibió el ingreso de extranjeros y nacionales que vengan desde el exterior a partir del 23 de marzo y canceló todos los vuelos internacionales por un mes. Después de declarar el estado de emergencia con medidas como el confinamiento para mayores de 70 años. Allí se han informado de 538 contagiados y seis muertes.

En Chile se tienen a 1.610 contagiados y cinco muertes. El Gobierno de Sebastián Piñera decretó el domingo 22 de marzo toque de queda en todo el territorio desde las 10 de la noche a las 5 de la mañana. El país se encuentra en estado de excepción de catástrofe decretado a mediados de marzo, ha suspendido sus clases y cerrado centros comerciales y locales de recreación, pero no ha dictado aún cuarentena obligatoria a nivel nacional. 

En Perú se registra 635 contagiados y 11 muertes. El Gobierno de Martín Vizcarra decretó una cuarentena general y el cierre de las fronteras por 15 días. Luego anunció la compra de 1,4 millones de pruebas para testear a la población, la conversión de la Villa Panamericana —una serie de edificios construidos para albergar deportistas— en un hospital de emergencia con 3.000 camas y el reemplazo de su ministra de Salud por un especialista en salud pública. El estado de emergencia se extenderá hasta el 12 de abril.

Un caso excepcional e incierto es Venezuela. Si bien la crisis humanitaria provocada por el régimen chavista de Nicolás Maduro es seguida de cerca por EE UU y Europa, el impacto del coronavirus también agudiza al sector petrolero, el único que todavía sustenta la precaria economía del país. La cuarentena incluye la suspensión de las actividades laborales, excepto la distribución de alimentos, servicios básicos, transporte y centros de salud, con controles de las Fuerzas Armadas. @mundiario

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