Alzamiento Nacional

Como en una pesadilla en la que despertamos sintiendo un gran alivio para, acto seguido, comprobar que seguimos inmersos en el sueño, España contempla espantada la soberbia de un fascismo que casi extinto se pasea redivivo e impune por la actualidad. Se atreven a desafiar al Gobierno de la Nación y no pasa nada, se orinan sobre las Leyes y Normas que en libertad nos dimos el Pueblo Español y Soberano y no pasa nada, mientras, fiscales y aparato de justicia miran hacia otro lado y dejan hacer. Desatados como los Cuatro Jinetes del Apocalipsis el día del Juicio Final inundan los medios de comunicación que dan púlpito y tribuna a individuos que en otras naciones serían apestados, despreciados, silenciados y posiblemente encarcelados por delitos de enaltecimiento del fascismo y el nacismo. Aquí, indecentes y azotados por la necesidad de audiencia se los rifan para mostrarlos como se muestra la última atracción de una feria. Poco les importan las terribles consecuencias que pueda traer escuchar la lengua del diablo.

Se sienten fuertes y con arrestos para mostrarse tal cual son ante un Pueblo Español que aún no ha terminado de enterrar a sus seres queridos, personas asesinadas por esos mismos fascistas que dicen, una vez más, que se ven obligados a salvarnos de nuestra libertad. Su prepotencia es tal que osan llamar abiertamente a un nuevo Alzamiento Nacional.  Convoca el fascio a una revolución contra el orden legal establecido, a liquidar nuestra Constitución y volver a la barbarie, el tiro en la nuca y el fusilamiento en cunetas y tapias de cementerios. Solo falta que algún iluminado de estos anime de nuevo a violar a las españolas y luego matarlas como hizo aquel monstruo sanguinario cuyo nombre no quiero pronunciar.  

Llaman al Alzamiento Nacional y, sin que sirva de precedente, por una vez llevan razón. Aconsejo seriamente que les hagamos caso. Necesitamos una Alzamiento Nacional.

Los españoles debemos tomar nuestra Bandera y nuestra Constitución y levantarnos como una sola voz contra los fascistas. España no es su España. No hay más Nación que nosotros, ni más destino eterno que aquel que marcha en libertad, democracia y justicia en la búsqueda del bien común. Si ellos llaman a subvertir el Orden Constitucional, nosotros llamaremos a la paz y el diálogo y con seguridad y determinación dejaremos caer el peso de la Justicia sobre ellos. Sin dudarlo. Debemos aplastar cualquier intento criminal de romper España de nuevo, cualquier atisbo de involución falangista o carlista. Si salen a la calle, nosotros saldremos también para mostrarles que a España no se le toca.

La oscuridad llama a la muerte con la misma insistencia que los pueblos deben llamar a la luz de la razón. Contra el fascismo y los nazis debemos enarbolar la bandera del liberalismo y la socialdemocracia, de la democracia cristiana, del ecologismo y el feminismo, la bandera multicolor y la de la Unión Europa y también la insignia de las Naciones Unidas. Frenar en seco sus idilios es la obligación de todos aquellos que amamos España, seamos de la ideología que seamos, siempre dentro del amplio campo del Humanismo y la Ilustración que tanta paz y o progreso nos trajeron.

Claro que ha llegado el momento del Alzamiento Nacional, el Alzamiento que una a todos los españoles de una vez lejos de la barbarie fascista y bajo el rojo y gualda, nuestros rojo y gualda, colores que nos representa e identifica a todos como uno solo en el mundo entero: nuestra Enseña, nuestra Patria.

Debemos mirar a nuestro pasado y decidir si tomamos las medidas necesarias para acabar con las bravuconadas de esas bestias. ¿O les dejamos que campen a sus anchas en una España incapaz de defenderse sola contra los enemigos de la libertad? ¿De verdad nos somos capaces de darnos cuenta de lo que intentan? En nuestras manos está enfrentarlos o volver a sucumbir. Para que arrasen de nuevo España llega con que no hagamos nada. @mundiario