Alabama deja a Trump y al Partido Republicano contra la pared del Capitolio

Roy Moore (primer plano), integrante del Partido Republicano. / Twitter.
Roy Moore (primer plano), integrante del Partido Republicano. / Twitter.

Uno de los rincones más conservadores de Estados Unidos ha elegido a un demócrata para la Cámara Alta y el presidente se queda en una encrucijada.

Alabama deja a Trump y al Partido Republicano contra la pared del Capitolio

Donald Trump ha encajado un nuevo revéss en su cada vez más delicada y escueta situación en el Capitolio de los Estados Unidos. El presidente ha visto caer a uno de los líderes republicanos que más se parecen a él: descabellado, impulsivo e imprudente. Roy Moore perdió las elecciones para la plaza de senador por Alabama y con ello merma la mayoría conservadora en la Cámara Alta, que de por sí estaba dividida y ahora deberá lidiar con una derrota en uno de sus fortines históricos.

Así las cosas, Doug Jones será el primer demócrata en 25 años en representar a este Estado en el Senado. El triunfo histórico llegó motivado sin duda por el escándalo sexual que gira en torno a Moore, apodado La Roca.

A principios de noviembre, estalló en Alabama una acusación de que este fanático religioso había mantendido contactos sexuales con una jovencita de apenas 14 años cuando él tenía 32. Aquello llegó hasta las raíces del honorable Partido Republicano en Washington, cuyos líderes le exigieron públicamente que se retirara de la competencia a fin de no derrochar vergüenzas. Moore, no obstante, ignoró el clamor de los pesos pesados del partido, aduciendo que las acusaciones eran falsas, y marchó hasta los comicios que ha terminado perdiendo. Eso sí, la victoria fue de un 50% del progresista Jones contra un 48% del ultraconservador. Es una distancia pequeña pero que hace una diferencia enorme en el Senado, donde los demócratas tendrán ahora a 49 de los suyos contra 51 republicanos.

Y todo esto llega también a la Casa Blanca. Trump no podía dar la espalda a un candidato que parece hecho a su imagen y semejanza y, pese a las quejas del ala conservadora, bendijo el proyecto de Moore. En común tienen hasta las acusaciones de acoso sexual de parte de varias mujeres (Moore fue acusado posteriormente por otras tantas supuestas víctimas, a falta de comprobación) y la vehemencia de su discurso. Para el presidente, tener a este senador era una pieza vital en su sistema de supervivencia política. Primero que todo, porque representaba que su manto blanco era suficiente para que uno de los bastiones históricos del Gran Viejo Partido (GOP, por sus siglas en inglés), como se conoce al Partido Republicano, se mantuviera en su cauce electoral. Y segundo, y todavía más importante, para asegurarse a alguien de confianza en el Capitolio, en donde ha recibido sus más duros golpes políticos desde que asumió como presidente el pasado 20 de enero. La relación entre el presidente y sus legisladores es tal, que muchos han llegado incluso a renunciar a una reelección a su cargo pues se niegan a ser partícipes de los disparates presidenciales.

La cúpula republicana estará cuando menos pensativa. El GOP tiene bastantes proyectos pendientes en el Organismo Legislativo, pero las fisuras internas en ambas cámaras les han impedido desarrollarlos con éxito. Esta elección ha dejado mermada a la agrupación, que con solo dos senadores más en la Cámara Alta, ve cómo empiezan a peligrar trabajos que de por sí eran complicados en su situación anterior. Las elecciones legislativas son el próximo año y Alabama le ha mostrado al Partido Republicano cuál es su camino hoy por hoy. @mundiario

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