Las agrupaciones socialistas saben que no hay otro camino que la reforma constitucional

Montaje de la corona sobre el logo del PSOE.
Montaje de la corona sobre el logo del PSOE.

El debate república monarquía y el mero testimonialismo de ocasión: hay posturas simbólicas que no dejan de ser “brindis al sol” para salvar la cara de un pretendido republicanismo.

Las agrupaciones socialistas saben que no hay otro camino que la reforma constitucional

De manera casi progresiva, diversas agrupaciones del PSOE en toda España vienen realizando manifestaciones a favor de un referéndum república-monarquía, mientras el partido, de manera oficial, mantiene su total respaldo al proceso en marcha que conduce a la entronización de Felipe VI como nuevo monarca. Estas posturas simbólicas no dejan de ser “brindis al sol” para salvar la cara de su pretendido republicanismo, mientras que la dirección socialista mantiene una clara postura de apoyo a la dinastía y a la institución.

Tienen razón, en este sentido, tanto Rajoy como Julio Anguita, quienes desde posiciones diferentes advierten que para modificar la forma de Jefatura del Estado no existe otro camino que reformar la Constitución por la vía que ésta establece para su cambio, o que posturas meramente testimoniales (como las declaraciones o las manifestaciones, por muy nutridas que sea) vayan a traer la república.

Pero la postura del PSOE es especialmente engañosa, ya que dentro de su debate político, si es que existe, hace tiempo que el asunto República-Monarquía no figura en el orden del día. Por lo tanto, si esas agrupaciones que piden un referéndum, es en el seno del propio partido donde deben formular las propuestas que sitúen al PSOE fuera del ámbito dinástico y encabece una propuesta de reforma de la Constitución. Insisto, no hay otro camino.

En repetidas ocasiones me he referido al referéndum previo que debería haberse celebrado en su momento antes de redactar la propia Constitución, a fin de determinar la forma de la jefatura del Estado y del Estado mismo. Ese referéndum que tantas fuerzas políticas reclamaban como salida del Franquismo. Pero no se hizo. Ahora, no hay otro camino que la reforma de aquélla. Porque también se perdió la oportunidad de que el asunto prosperase en la propia Comisión Constitucional, donde el PSOE mantuvo una postura testimonialmente republicana, pero final y efectivamente monárquica.

Por lo tanto, no parece demasiado serio que los dirigentes de esas agrupaciones socialistas, repentinamente republicanas, manden a los medios, reclamaciones de un referéndum y declaraciones de su postura reivindicativa, mientras nada han hecho dentro del partido para encauzar en la dirección que proclaman el debate político. Y no es serio ni riguroso llenar el papel o la red con manifiestos solemnes cuando se sabe que el camino para lograr, o al menos, plantear, lo que ahora reclaman es la reforma de la Constitución y que no hay otro, salvo que vayamos directamente a un proceso revolucionario que caiga como el rayo y borre todo lo anterior, como decían los grandes teóricos de la Revolución Francesa.

Y porque los dirigentes del PSOE saben que ese referéndum tal cual no es ahora posible (aunque sí lo fue en su día), fuera obviamente de un proceso pautado y tasado que la propia Constitución establece. Si el PSOE vuelve a ser republicano ya sabe cuál es el camino. Y de momento, un poco de seriedad con este asunto.

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