La agilización de la candidatura de Ucrania a la UE reta la paciencia de los Balcanes

Cumbre entre los líderes de la UE y de los Balcanes occidentales. / @CharlesMichel
Cumbre entre los líderes de la UE y de los Balcanes occidentales. / @CharlesMichel

Los líderes balcánicos perciben con desasosiego que Kiev y Chisinau hayan recibido un trato inmediato, mientras que ellos esperan lustros para avanzar en las negociaciones.

La agilización de la candidatura de Ucrania a la UE reta la paciencia de los Balcanes

La agilización de los procesos para aceptar la candidatura de Ucrania y Moldavia a la Unión Europea (UE) ha retado la paciencia de los Balcanes Occidentales. Estos países, que están bajo el estatus de candidatos desde hace varios lustros, ven sus intentos de adhesión estancados, al tiempo que se encuentran un impulso hacia Kiev para ingresar al club al que llevan años tratando de ser parte.

Al inicio del Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas este jueves y viernes, se espera que los Veintisiete debatan para conceder la candidatura a la adhesión a Ucrania, Moldavia y Georgia tras la recomendación de la Comisión Europea anunciada la semana pasada por su presidenta, Ursula von der Leyen.

No obstante, ni Kiev ni Chisinau recibirían la entrada inmediata, pues tendrán que realizar reformas profundas para que su ingreso pueda ser materializado, por lo que solamente gozarían del mismo estatus que los países de la península balcánica. Pero la velocidad y voluntad de la mayoría de los miembros para que la primera parte del proceso ocurra lo más pronto posible para estas naciones, ha acrecentado el desasosiego de los Balcanes.

Una media docena de esos países ha sido citada por Bruselas este jueves, a una cumbre previa para “reconectar” con los jefes de Estado y de Gobierno balcánicos a la que varios de ellos habían contemplado la posibilidad de no asistir frente a la desilusión. Tras la reunión, los líderes de Albania, Macedonia del Norte y Serbia han comparecido, y en un tono severo han dado sus desalentadoras apreciaciones del estancamiento de las negociaciones.

El veto búlgaro a Macedonia del Norte

El primer ministro albanés, Emi Rama, ha demostrado su decepción y furia en el Consejo.  “Es una vergüenza que un país de la OTAN, Bulgaria, secuestre a otros miembros de la OTAN, Albania y Macedonia del Norte, en medio de una guerra caliente en el patio trasero de Europa, con otros 26 países sentados en un espectáculo de miedo e impotencia”, ha sentenciado.

Skopie espera su ingreso desde 2005, mientras que Tirana lo hace desde 2014. En concreto Macedonia del Norte ha tenido particularmente difícil su aceptación en los Veintisiete, después de que se viera obligada a cambiar su nombre para sortear el veto griego y que ahora es bloqueada por Bulgaria, que exige modificaciones a la Constitución macedonia, por una disputa histórica que se pugna la identidad entre ambas naciones.

Pero el bloqueo ha impedido que se den las primeras negociaciones con Skopie, algo que ha arrastrado a Tirana consigo. A diferencia de Serbia y Montenegro, que se han quedado estancadas en las negociaciones, Albania y Macedonia del Norte no han podido comenzarlas siquiera. Se trata de una cuestión que ha hecho sopesar a Bruselas la necesidad de desvincular la adhesión de Tirana de la de Skopie, para no atormentar más el proceso.

Los países balcánicos ven con decepción los progresos en su candidatura. La presidencia francesa ha venido en los últimos días tratando de mediar con Sofía para que levante el veto a Macedonia del Norte, algo que estaba rindiendo frutos en el Ejecutivo y sigue siendo consultado con la oposición.

El letargo de la adhesión de los Balcanes

Pero el Gobierno de coalición del primer ministro del país más pobre de la UE, el europeísta Kiril Petkov, ha sufrido un fuerte revés tras perder una moción de censura, cuyo partido de Gobierno asocia a la influencia rusa y de la mafia en la política búlgara. Debido a la inestabilidad, el levantamiento del veto permanece incierto.

En una línea similar se encuentran Kosovo y Bosnia y Herzegovina, que no han avanzado en los últimos 22 años y comparten una etiqueta única de “potencial candidato”. Varios medios señalan que precisamente antes de esta cumbre, algunos socios comunitarios habrían estado impulsando también la concesión de candidato a Sarajevo, a pesar de no haber generado progresos en las 14 condiciones que la UE le impuso en 2019, para evitar la desafección de la población de mayoría europeísta.

Serbia y sus lazos con Moscú

Con el inicio de la guerra en Ucrania el mapa geopolítico mundial se transformó, y más que nunca ha resultado imperativo para Bruselas delimitar sus distancias con Moscú. Para la UE, es crucial evitar cualquier fisura que pueda ser vista como una oportunidad para Rusia, por lo que los Veintisiete miran con detenimiento el mapa de Europa, con la mirada fija en robustecer las relaciones con los países que aún no son miembros de pleno derecho.

El ingreso de Serbia a la UE es un asunto en el que más de un par de socios comunitarios han puesto atención, debido al pasado prorruso de Belgrado y a los acercamientos de sus actuales líderes a Vladimir Putin. Los Veintisiete quieren dejarle claro al líder serbio, Aleksandar Vuvic, que debe fijar posición y alinearse con las sanciones económicas contra Rusia.

Serbia ha condenado la agresión a Ucrania, pero sigue manteniendo relaciones comerciales plenas con Moscú. El acercamiento entre estas naciones es evidente, mas Belgrado no lo hace público. Desde Bruselas temen que la entrada de Serbia a la UE pueda replicar al “caballo de Troya”, por lo que exigen al Gobierno serbio uno claro compromiso con los valores europeos.

Los candidatos a la adhesión deben también asimilar la política exterior de la UE, lo que ha tenido a Belgrado decidiendo qué cartas jugar para evitar tensar las relaciones con Bruselas y para no romperlas con Moscú. Vuvic ha comparecido, afirmando que no se sentía especialmente optimista por la reunión. “Si pasa algo, bien; si no, no pasa nada” ha dejado caer. @mundiario

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