Adriana Lastra pacta en secreto las condiciones del diálogo con Esquerra

Adriana Lastra. / Twitter
Adriana Lastra, portavoz socialista en el Congreso. / Twitter
Una reunión privada con Gabriel Rufián sirvió como primer paso hacia un acuerdo que desemboque en la abstención de los republicanos.
Adriana Lastra pacta en secreto las condiciones del diálogo con Esquerra

El PSOE y ERC tienen un acuerdo extraoficial para las negociaciones que buscan dar con la abstención de los catalanes en la investidura. El jueves se reunieron en secreto Adriana Lastra y Gabriel Rufián en el Congreso y en el encuentro empezaron a redactar la hoja de ruta para las negociaciones más complejas que afrontará el partido socialista para poner de nuevo a su líder en La Moncloa.

Ambos partidos contarán con nutridos equipos de negociadores. De parte del oficialismo, estarán encabezados por la propia Lastra y Salvador Illa, secretario de Organización del PSC. De parte de los republicanos estarán el mismo Rufián, Marta Vilalta y Josep María Jové. Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno, mantiene sus contactos sin interrupción con Pere Aragonés, mano derecha de Oriol Junqueras. Justo en el centro de la negociación, que el partido socialista pretende extender a otros temas a fin de incluir también un acuerdo pragmático sobre una agenda social, estará el acuerdo sobre una mesa de diálogo exigida por los republicanos para abordar lo que han denominado como "problema político" en Cataluña.

ERC demanda un acuerdo transparte y escrito en el que se especifiquen a detalle cómo sería dicha mesa de diálogo para abordar el conflicto catalán. Ya en las conversaciones previas entre ambos bandos parece muy claro que la negociación camina hacia una mesa bilateral y no entre Gobiernos. Tras las elecciones del 10 de noviembre, el oficialismo quedó como el triunfador definitivo y ERC lo hizo en Cataluña, por lo que se justifica que sean ambos los que promuevan el diálogo.

No obstante, la complejidad será pactar el marco y los límites de este diálogo. El PSOE tiene bien definida su posición en el inciso 9 de su preacuerdo con Unidas Podemos. Este texto reza lo siguiente: "El Gobierno de España tendrá como prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política. Con ese fin, se fomentará el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución. También se fortalecerá el Estado de las autonomías para asegurar la prestación adecuada de los derechos y servicios de su competencia. Garantizaremos la igualdad entre todos los españoles”.

Los republicanos esperan dar un par de pasos más hacia adelante y poder llevar a la mesa su reclamación del derecho a la autodeterminación. El PSOE no va por la labor de aceptar ese derecho pero sí que podría buscar un punto de conciliación en el que ambos puedan exponer sus posiciones, incluso aquellas que los separan. En el PSOE, de hecho, algunos sectores más recalcitrantes en su postura con los separatistas, han asumido ya que la mesa servirá solamente para plantear los asuntos que quiera cada partido y que serán aceptables siempre y cuando los socialistas defiendan que cualquier avance respete los bordes de la Constitución y se respete la ley, descartando de pleno la unilateralidad. Y es que con Ciudadanos y el Partido Popular ensimismados en su no es no, las opciones son muy pocas.

Ya en febrero, cuando se cortó la última negociación de este tipo que se intentó y terminó llevando a elecciones anticipadas en la autonomía, el PSOE puso sobre la mesa la opción precisamente de una mesa de partidos en la que "cada uno de los participantes planteará sus propuestas de resolución y proyecto político, con total libertad, sobre el futuro de Cataluña con el fin de consensuar una propuesta política y democrática”.

Como sea, la negociación será larga y compleja y la presión tanto de la oposición de derecha como del ala más radical del independentismo, especialmente de JuntsxCat y de la CUP, mina el campo. Por ello se intentará que todo se haga con el mayor hermetismo posible, aunque vista la presión que llevan los equipos negociadores, esto es casi imposible. En el seno del PSOE se cree que la abstención de ERC es la única vía real y posible de ganar la votación de investidura. @mundiario

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