La abstención, el mayor reto de la oposición en Venezuela para las regionales del 15-O

Elecciones en Venezuela. / Mundiario
Elecciones en Venezuela. / RR SS

Este domingo más de 19 millones de venezolanos están convocados a elegir 23 gobernadores, pero votar o no votar ese es el dilema que divide a la población.

La abstención, el mayor reto de la oposición en Venezuela para las regionales del 15-O

Este domingo 15 de octubre más de 19 millones de venezolanos están convocados a votar para elegir 23 gobernadores, lo que representa una nueva medición de fuerzas entre el gobierno y la oposición, después de cuatro meses de fuertes confrontaciones que dejaron 125 muertos, miles de heridos y más de mil personas detenidas, muchas de las cuales aun están privadas de libertad.

Votar o no votar ese es el dilema que divide a los venezolanos, la señora que perdió a su hijo, los estudiantes detenidos, los jóvenes que ajenos a la protesta por estar en el lugar equivocado perdieron la vida, la empresa que quebró porque no vendió durante el lapso de las manifestaciones, son los temas que aborda el común de la ciudadanía.

“La oposición es mayoría y debería ganar cómodamente las regionales", citó el analista y presidente de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León. Sin embargo, la abstención y la opacidad electoral se convierten en riesgos concretos”, escribió a través de su cuenta en Twitter. León considera que el voto se ve amenazado frente al desánimo que existe en la población opositora, ante las diferentes barreras que ha impuesto el Gobierno Nacional para las elecciones de gobernadores.

Por su parte el politólogo John Magdaleno considera que los venezolanos, en su mayoría, tienen conciencia de que votar es importante por cuanto no descarta que los índices de abstención, que en la actualidad se manejan por el orden del 50% registrados en los últimos procesos electorales, continúen en descenso.

Magdaleno aclara que la forma de “pasar” factura a la oposición por los errores cometidos durante los últimos meses no es precisamente dejando de acudir a las urnas electorales este 15 de octubre. “Si usted cree que le está haciendo un daño a la dirección política de la oposición al inhibirse de participar, el daño se lo está haciendo a usted, porque por esa vía está reduciendo la probabilidad de que inicie la transición hacia la democracia”.

El recién graduado de arquitecto, Adrián Piedrafita, de 21 años, dice  no creer en la política "no voy a votar, me vale medio lo que digan, no creo que es la forma cambiar de Gobierno".

Un caso emblemático, fue el de  Wuilly Arteaga, violinista, desafió a los militares en las calles de la capital Caracas, tocaba el himno nacional, fue su forma de protestas, fue detenido, recibió maltrato, luego de un largo proceso, salió en libertad y decidió hacer su vida en Nueva York, alejado de su gente, duda si volverá a su país.

Piedrafita ha dicho que de ninguna manera votaría si estuviera en el país, cuestiona que los opositores aceptarán los comicios que ha catalogado "un golpe duro", después de ver a los valientes que pusieron en juego su vida por buscar la esperanzadora libertad.

Actualmente el  gobierno  tiene 20 gobernaciones electas en 2012, lo cual significó un triunfo para el régimen de Nicolás Maduro y le permitió atornillarse en el poder; pero que tres años más tarde se vio opacado cuando en 2015 sus adversarios lograron una mayoría avasallante en la Asamblea Nacional, lo cual desató la mayor crisis política que atraviesa la petrolera nación.

El pasado 30 de julio, el gobierno fue solo a un proceso comicial, para elegir una Asamblea Nacional Constituyente, que la oposición y la mayoría de los países cataloga de ilegítima, porque no fue avalada por una mayoría del país y contraviene todo el estamento legal de la Constitución venezolana, no obstante se instaló e intenta suplantar al Parlamento, legisla de manera arrogante, amenazando ahora a los gobernadores que resulten electos sino reconocen su legalidad.

Un nuevo capítulo se escribe dentro de tres días en Venezuela, los resultados dependen ahora no solamente de la capacidad de movilización de los factores políticos, sino de la voluntad de cambio de la gente, sumida en una crisis de pronostico reservado y que hace emigrar cada día a miles de venezolanos en búsqueda de un mejor porvenir.

 

 

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