8-M: Un punto y aparte que pone la igualdad y la democracia en primer plano

Mani_Coruña
Manifestación en A Coruña.

La huelga feminista rompió el relato de la normalización de la crisis y situó en la agenda pública la cuestión social, como ya lo habían conseguido parcialmente las movilizaciones de los pensionistas.

8-M: Un punto y aparte que pone la igualdad y la democracia en primer plano

La convocatoria de la huelga feminista de este 8-M no solo dejó claras las posiciones antigualitarias de los gobiernos de Alberto Núñez Feijóo y de Mariano Rajoy, también evidenció la incapacidad de las viejas estructuras de los sindicatos de concertación –CC OO y UGT– para entender un movimiento amplio capaz de articular una respuesta multitudinaria activando formas difusas de movilización.

La huelga feminista rompió el relato de la normalización de la crisis y situó en la agenda pública la cuestión social, como ya lo habían conseguido parcialmente las movilizaciones de los pensionistas.

Demostró su buena salud como movimiento, marcando discurso y estableciendo un marco hegemónico

El éxito de la huelga feminista del 8-M reside en la conexión de sus demandas con la sociedad, y no midiendo la cobertura de los paros. Infelizmente, se impuso el conservadurismo de las centrales sindicales mayoritarias no asumiendo la convocatoria de 24 horas que defendían las organizaciones feministas en esta huelga global. Por otra parte, destacadas dirigentes de Ciudadanos y del Partido Popular establecieron distancias con la convocatoria. Alejadas del confort del debate unionista, cometieron errores y mostraron falta de empatía, llegando la calificar a convocatoria de «anticapitalista». Marcando distancias con la apuesta por la igualdad la vieja y la nueva derecha se situaron fuera del debate público. Y una parte de la izquierda estuvo ausente.

El feminismo, en la búsqueda de la igualdad, activó voluntades en función de la recuperación de lo común. Demostró su buena salud como movimiento, marcando discurso y estableciendo un marco hegemónico. Elementos como la brecha salarial ponen en el debate público la cuestión social, recordando que al final la desigualdad no deja de ser una cuestión material. Y que, con independencia de los datos macroeconómicos, la mayoría social aun no ha salido de la crisis iniciada en el año 2008, agravando una situación de precarización y desigualdad que damnifica especialmente a las mujeres.

Mani_santiagoManifestación en Santiago de Compostela.

La huelga feminista del 8-M centra el debate público en lo social y en la igualdad como mecanismo para mejorar la democracia

La derecha mediática quiso desacreditar la movilización diciendo que lo importante era activar medidas desde lo institucional. Hagamos, pues, balance también de eso. Las sufragistas decían: «Hechos, y no palabras». Hechos son denuncias contra la violencia machista como la campaña en Negro contra la Violencia. Hechos son políticas públicas que piensan la cuestión de género de forma transversal, buscando incidir no solo en las áreas de igualdad, si no en todas las áreas de gobierno. La mayoría absoluta del Partido Popular impidió la aprobación de una enmienda de En Marea a los presupuestos de la Xunta de Galicia que iba en esta dirección. Y las palabras son proyectos y planes, titulares, que llevan asociados presupuestos de 0 euros. Cosas de ese “feminismo sin ideología” que tanto le gusta a Alberto Núñez Feijóo.

La huelga feminista del 8-M centra el debate público en lo social y en la igualdad como mecanismo para mejorar la democracia. Porque estamos muy lejos de que existan políticas públicas que ayuden a terminar con la desigualdad. Y porque la latencia del 15-M sigue presente pese al cierre de filas unionista y autoritario que padecemos. ¿Las diferentes expresiones orgánicas de la izquierda estarán a la altura del momento? Ese ya es otro debate. @mundiario

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