Las 4 claves para entender la importancia de las próximas elecciones en Alemania

Angela Merkel.
Angela Merkel.
El fin de la era Merkel y una campaña abierta marcan una carrera electoral que el diario Bild ha descrito como el “thriller hacia la cancillería más emocionante de todos los tiempos”.
Las 4 claves para entender la importancia de las próximas elecciones en Alemania

El suspenso escala a tres semanas de las elecciones legislativas alemanas. La canciller Angela Merkel deja el poder después de 16 años y Alemania, cuyo distintivo político ha sido la estabilidad, se prepara para entrar en terreno desconocido. 

Los analistas coinciden: la era pos-Merkel será la de la fragmentación. La abierta campaña, en la que ninguno de los principales partidos se perfila como claro favorito, abre la puerta a un abanico de alianzas inédito que por primera vez podría alumbrar una coalición de tres fuerzas políticas en el Bundestag.

Así, la primera economía europea tendrá que encarar meses de complejas negociaciones para formar un nuevo Gobierno de coalición, independientemente de cuál sea el resultado en las urnas. “Para la sociedad alemana la situación es incómoda. Si a algo le dan valor es a la certidumbre, que es justo lo que no tenemos ahora”, resume Franco Delle Donne, doctor en comunicación política por la Universidad Libre de Berlín.

El final de la era Merkel: un giro político obligado

La incierta situación que reina en Alemania responde a un hecho: el giro político es obligado. Angela Merkel, de 67 años, y conocida como la ‘canciller de las crisis', se retira como la política más popular de Alemania, no la expulsan los electores como a sus predecesores. 

Es por ello que ninguno de los candidatos a la sucesión parece convencer por completo a los alemanes llamados a las urnas este 26 de septiembre. De hecho, los sondeos revelan que los votantes preferirían que la líder conservadora siguiera al frente del Gobierno federal, ya que ninguno de los candidatos parece ‘idóneo’ para dirigir el Ejecutivo.

Además, pesa el hecho de que la líder alemana haya decidido dar un paso atrás sin preparar su sucesión: se ha limitado a apoyar tímidamente al candidato de la Unión (que reúne a la CDU con su partido hermano bávaro CSU), Armin Laschet, un político impopular dentro y fuera de las filas conservadoras.


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Candidatos que siguen sin convencer   

El bloque de centro derecha al que pertenece Merkel partía como favorito indiscutido hace unos meses, pero se ha desplomado en las encuestas en las últimas semanas: el último sondeo publicado le daba el 22% de intención de voto al candidato socialdemócrata, Olaf Scholz, del SPD; frente a un 20% de los conservadores, un dato que supone su peor respaldo desde 2002.

El partido de centro izquierda ha logrado beneficiarse de la imagen de experiencia que ofrece Scholz, actual vicecanciller y ministro de Finanzas de Alemania, que desde hace meses lidera el ranking de consenso entre los otros líderes de partido. Hay quienes apuestan que si hubiera sufragio directo, Scholz se convertiría en canciller. Parte del electorado alemán ha dejado claro que votaría por el político, pero no por su partido, por eso que la campaña electoral del SPD se ha concentrado en su figura.

Y hay algo más que ha jugado a favor del socialdemócrata: los deslices de sus contrincantes. Laschet, que ya encaraba la campaña intentando sacudirse la imagen de dirigente con escaso carisma, terminó ‘hundiéndose’ cuando fue grabado y fotografiado mientras se reía en un momento en que el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, transmitía su solidaridad con las víctimas de la devastación en los Estados federales de Renania del Norte-Westfalia –del que Laschet es ministro presidente- y Renania-Palatinado. “Laschet ríe mientras el país llora”, sentenció entonces el diario Bild.

Por su parte, Annalena Baerbock, que representa a los Verdes (en tercera posición con el 16% de intención de voto), también ha tenido que hacer frente a un escándalo que ha impedido al partido capitalizar el impulso que tuvo en mayo, cuando brevemente lideró las encuestas: la candidata ha sido acusada de plagio y de inflar su currículum.

 

Cuatro coaliciones posibles

Los sondeos cierran con un 13% de apoyo para los liberales y el 6% a Die Linke, lo que abre la puerta a cuatro coaliciones posibles: CDU-CSU, Verdes y liberales, conocida como Jamaica, por la suma de los colores que identifican a cada formación. La Kenia: CDU-CSU, SPD y Verdes. La Alemania: CDU-CSU, SPD y liberales. Y SPD, Verdes y liberales, la llamada la coalición semáforo. El partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) no entra en ninguna quiniela. 

En cualquier caso, los analistas adelantan que el resultado será tan ajustado que ningún partido podrá gobernar en solitario con su socio preferido. Armin Laschet, por ejemplo, tiene un claro candidato a socio de coalición: los liberales, su compañero tradicional de Gobierno. Sin embargo, es de prever que aunque la Unión obtenga más escaños, necesitará de un tercer socio fuerte para gobernar, lo que complica el panorama.  

El SPD, entre tanto, ha descartado seguir con la Unión. Por todo esto, el camino hacia la formación de un Gobierno se antoja espinoso. Lo que no es difícil es predecir lo que vendrá tras los comicios: semanas –o meses- de reuniones para cerrar una alianza que represente al menos el 50% de los asientos del Bundestag.

Olaf Scholz, Armin Laschet y Annalena Baerbock. RR SS.

Olaf Scholz, Armin Laschet y Annalena Baerbock. / RR SS.

Los desafíos de Alemania

Al margen del complicado escenario político, el nuevo Ejecutivo deberá encarar una serie de desafíos nacionales. Los líderes no esconden su preocupación por el posible repunte de contagios por coronavirus de cara a los meses de otoño y de invierno. Pero hay más: la urgencia política de combatir el cambio climático, que ocupa el primer plano gracias a los graves daños provocados por las dramáticas inundaciones que azotaron el occidente del país en julio. Y una posible crisis migratoria derivada de la retirada militar de Afganistán, cuyo despliegue ha costado a los contribuyentes alemanes unos 12.500 millones de euros en los últimos 20 años, según France 24.

La tensa relación con Rusia o con China; los complicados vínculos con Turquía; cuidar las buenas relaciones con Estados Unidos o las fracturas dentro de la propia Unión Europea, impulsadas por países como Polonia o Hungría, son otros de los retos a los que deberá hacer frente quien herede la Alemania de Angela Merkel. @mundiario 

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