Ganadores y víctimas del 10N

Albert Rivera anunciando que deja la política. / Ciudadanos
Albert Rivera anunciando que deja la política. / Ciudadanos
Después de 18 meses sin Presidente electo, la situación muestra la división de España en dos bloques. La izquierda bajando a 158 escaños y la derecha subiendo a 152.
Ganadores y víctimas del 10N

Tras 18 meses con un Gobierno en funciones, las últimas elecciones generales del 10N nos devuelven una España política dividida en dos bloques. El resto son partidos que Sánchez gusta sumar al progresismo pero que han colaborado con cualquiera de los dos bloques según las circunstancias. Son el PNV, CC, PRC y ahora Teruel Existe, que no se definen de izquierda y que suman todo ellos 11 escaños que llevarían a la hipotética suma de 169, por lo que habría que añadir la voluntad de un octavo partido del bando independentista para rebasar esos 175 de la mayoría absoluta, salvo que alguna abstención en el centro y la derecha permitiera al PSOE investir a Sánchez con mayoría simple en segunda votación. Estas son las combinaciones de investidura pero nadie duda que con 8 partidos, 5 de ellos buscando el interés de su comunidad autónoma en la Cámara equivocada donde les ha llevado una trasnochada Ley Electoral, difícilmente habría pactos de gobierno.

La clave que todos hablan es que Ciudadanos, que sumaba con el PSOE, ya no suma y hemos pasado de preguntarnos porqué Sánchez no hizo una oferta clara a Cs o porqué Cs no la hizo al PSOE, al menos públicamente, a preguntar porqué los votantes de Rivera se han ido con 47 escaños a repartir entre el PP y Vox.  Pese a que cada militante de Cs muestre su decepción por llegar a esta situación, lo que parece más evidente es que nadie se va a Vox ni al PP porque su equipo no apoyó un pacto de izquierda con Podemos o por no lograrlo con Sánchez. Los que querían el pacto están probablemente dentro de ese 6% que se fue a la abstención. Todo lleva a pensar que además de la campaña del voto útil de Casado, Vox ha crecido por mérito propio y deberíamos preguntarnos que ha hecho en estos 7 meses para crecer tanto.  

Tres son los mensajes básicos de Vox. Uno fue criticar la tibieza con la Generalitat y especialmente con Torra por parte del PSOE, y moderar su discurso de eliminar la autonomía dejándolo en recuperar la enseñanza, la sanidad y prisiones al mismo tiempo que era acusación particular en el juicio al golpe de estado de Puigdemont y sus afines.También tuvo sus adeptos la propuesta de ponder fin a la inmigración ilegal incluyendo un muro al estilo Trump, todo aderezado con el sectarismo de la Memoria Histórica de un solo bando y una exaltación de España como una sola nación. 

Ahora solo quedan dos salidas, un pacto de estado con el PP y quizás con Ciudadanos, o sumar 8 partidos en un pacto que duraría hasta los Presupuestos Generales del Estado donde las discrepancias volverían a saltar, o quizás menos, si las exigencias del independentismo se hacen intolerables. Lo de que ERC abandone la vía unilateral después de haber caído 2 escaños que se van a la CUP, no parece realista. No nos engañemos, Vox lo aupa el PSOE dejando que crezca el descontento y la derecha se radicalice  y crezca, ya que el PP trata de moderarse para recuperar electorado de Cs, y porque si hay tres derechas ¿porqué no elegir la más directa y radical?

La víctima no es Ciudadanos, es España. Rivera ya ha anunciado su dimisión porque siempre dice y hace lo que considera mejor para España y aunque su discurso fue coherente y su programa el mismo que defendía Inés Arrimadas en sus debates, ella los ganó y Rivera no. El líder de Cs es muy racional y lógico por eso llega al cerebro de la gente que más lo usa y poco a la gente que actúa de corazón. Es una víctima de las circunstancias que actúan con sentido de Estado. Lo acusaron de todo, hasta de querer prohibir la caza, los toros, o de machismo, todo para engordar a Vox a costa de Cs y debilitando al PP. Si Sánchez hiciese lo mismo y dimitiese por haber perdido escaños con todo a favor, controlando hasta los medios, y dejase por ejemplo a Borrell, habría Pacto de Estado con el PP, aunque con el segundo peor resultado de su historia Casado también podría apartarse para dejar a alguien más experto en lidiar con dificultades, por ejemplo, Margallo. Un gobierno de concentración del PSOE con el PP, con o sin Cs (no sabemos con que líder aunque todos piensen en Arrimadas), sería la única manera de completar una legislatura y afrontar los grandes retos que se avecinan y que no se resolverán si para cada ley hay que poner de acuerdo a ocho partidos. @mundiario

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