El porcentaje de plagio puede ser de ¿0,96 %, 13 %, 20 %...?

Plagiar: “Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. Y darlas como propias supone no entrecomillar el texto copiado  y, naturalmente, no indicar mediante una nota a pie de página, la procedencia del texto o la idea.

El diccionario no matiza cuál debe ser el porcentaje de obra ajena copiada para que se considere plagio; el interesado dice que entre un 0,96 % y un 13 %, según el método utilizado, y  con estos números no se puede hablar de plagio. El diario Abc eleva lo plagiado al 20 %, según la respuesta del creador del programa informático que lo detecta.

Quedarse con algo ajeno para considerarlo  como propio tiene su correspondiente entrada en el diccionario de la RAE.

Mentir:“Decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o piensa”. Y contrario a lo que se sabe, cree o piensa  es afirmar en el Congreso de los Diputados, desde la tribuna, en su condición de Presidente del Gobierno, que su famosa tesis –famosa por el escándalo, no por su contenido- estaba publicada cuando usted sabía que no era cierto, porque la verdad es que autorizó su publicación tras una interpelación.

Supongo que en estos momentos le vendrá a la memoria  la frase que dirigió usted al señor Rajoy, “Hay países donde se dimite por plagiar tesis”. Y se le revolverán las entrañas porque usted no ha hecho, hasta ahora, lo que ponía como ejemplo: dos ministros alemanes dimitieron en 2011 y 2013 por hacer lo mismo que usted ya había hecho en el momento en que le reconvenía al señor Rajoy.

Todos los demás comentarios, tribunal a la medida, “cum laude”, publicación de un libro con autoría compartida, posibilidad de haber utilizado a un negro -según la acepción recogida en el DRAE-, en mi opinión, es accesorio.

Ha mentido, se ha engañado a usted mismo y a los españoles con esa capa de barniz, creadora de una apariencia de erudición falsa, que nada añade a su trayectoria, porque nada es, porque no es suyo.

Tal vez se sienta orgulloso de haber alcanzado su sueño, presidir el Gobierno de España, pero es un sueño fatuo, basado en promesas incumplidas y en la mentira.

Todos tenemos en la cabeza sus propósitos y promesas, durante la oposición y en su parlamento en la moción de censura: rápida convocatoria de elecciones, derogación de la reforma laboral,  independencia de RTVE, modificación de la financiación autonómica, diálogo de sordos con  Cataluña, publicación de los nombres de los beneficiados de la amnistía fiscal y tantas otras cosas.

Eso sí, ha planteado unos fuegos artificiales que tal vez satisfagan a unos pocos, pero nada resolverán, como el traslado de los restos de Franco y una  impresentable supresión del aforamiento. En resumen: humo.@mundiario 

La mentira se reviste

con traje de la verdad,

por eso la hipocresía

vive de tanto engañar.

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