Un caso de Endesa X

Una imagen corporativa de Endesa X. / Endesa X
Una imagen corporativa de Endesa X. / Endesa X
El autor relata sus peripecias en la relación –complicada– con una empresa ligada a la multinacional Endesa.

Se trata de una empresa de servicio técnico y mantenimiento vinculada al grupo Endesa del que, según nos indicaron en la última reclamación presencial, se han separado recientemente, aunque a saber qué hay de cierto en ello dados los engaños y vaguedades a que nos tienen acostumbrados.

La tal E-X factura entre 50 y 100 euros/año por unas prestaciones que pueden no haber sido requeridas; no existir contrato alguno firmado y si pese a ello se solicita su intervención para cualquier avería, tal y como ofrecen, el resultado deja mucho que desear.

Llamamos en dos ocasiones tiempo atrás: la primera vez sin conseguir que acudiese nadie y, en la siguiente, hubimos de buscar a un técnico sin nada que ver con ellos. Les remitimos la factura para un reembolso que tardó varios meses.

En vista de todo lo anterior, intentamos cancelar una relación impuesta y llevamos meses sin conseguir el menor avance.

Hemos reclamado telefónicamente – no disponen de sede en nuestra ciudad y en Endesa nos advierten de que se trata de otra compañía con la que “comparten datos pero no sistema” (?) – , aunque la comunicación con la tal X es un calco de lo que los mexicanos denominan relajo, es decir, mucho hablar para no llegar a conclusión alguna. Esperas interminables y te pasan a otro interlocutor hasta que te des por vencido/a, tras advertirte uno de ellos de que deberán leerte las cláusulas (de un acuerdo que no has suscrito), lo que durará aproximadamente 15 minutos.

Una quimera lograr que remitan al disconforme el inexistente contrato, no es factible darse de baja antes de un año de iniciado el mismo (?), de hacerlo proseguirán los cobros como si tal cosa y tampoco es posible advertir al banco de que suspenda los pagos, toda vez que se trata de una factura conjunta: Endesa y su pareja X.

“Si está usted en desacuerdo, deberá escribir una carta, a mano, dirigida a nuestra sede en la calle Hermosilla…”. Por concluir (lo que con ellos es pura utopía), todos los visos de una generalizada estafa moralmente inaceptable porque sus beneficios se sitúan por delante de cualquier otra consideración. Los presuntos usuarios, muy a su pesar, a seguir en las mismas. Y ellos, si te he visto –o escuchado– no me acuerdo. Así que vuelta a empezar. @mundiario

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