El rendimiento académico y los genes

Persona estudiando. / RR SS.
Persona estudiando. / RR SS.
No seré yo el que diga que los genes son los dueños y señores de nuestras vidas, aunque realmente lo sean en su complejo modelo de transcripción.
El rendimiento académico y los genes

Me llama poderosamente la atención que de vez en cuando aparezca una noticia referida a que se ha descubierto el gen que regula, gestiona y controla nuestra aparente edad y que en cambio, se comente en voz baja que se han descubierto 70 genes que regulan, gestionan y controlan nuestro rendimiento educativo en relación a nuestras evaluaciones y en diferentes disciplinas. En el primer tema, su trascendencia estética puede llevarnos a unas aplicaciones de terapias génicas más allá de los clásicos antioxidantes que nos hacen parecer más jóvenes sin serlo realmente.

En el segundo caso, ya se han ocupado los redactores de pasar de puntillas sobre el tema ya que en caso de proyectarse podría marcar distinciones que mal instrumentalizadas nos podrían llevar al caos en el actual sistema educativo, pero que correctamente aplicadas nos trasladarían a una mejora sustancial en el conocimiento individual y colectivo.

Intentamos difundir que todos somos iguales cuando no lo somos

Para apaciguar los ánimos, hemos ampliado el término "Ambiente" como elemento fundamental del proceso de aprendizaje eficiente. Pero claro, ¿Qué es el Ambiente? Se lo voy a decir. Se trata de algo mucho más maleable que la información sobre los genes.

No olvidemos que el equipo de investigación del King College of London (2014), dirigido por la Dra. Eva Krapohl concluye, en una clara deriva docente, que “la influencia genética es la causa principal de los logros académicos”.

¿Discutible? Sí, para quien lo quiera discutir... como todo en la vida. Pero para no discutir, también hemos alcanzado un acuerdo al respecto en el que el 50% es genética y el 50% es ambiente.

¿No le suena a usted ese hijo de la vecina (de los 3 que tiene) que es un portento intelectual? o ¿No le ha llamado la atención esa habilidad que posee usted y que le costó tanto descubrir y ser descubierta por aquellos que le rodean?

No seré yo el que diga que los genes son los dueños y señores de nuestras vidas, aunque realmente lo sean en su complejo modelo de transcripción. No quiero que me tilden de "determinista" cuando los verdaderos deterministas son los que abogan por el "Ambiente" como ese concepto clave lleno de elementos que no lo son por si solos.

Pienso que vivimos en una "impura combinación" que da como resultado todo lo que somos. Parecidos pero diferentes. Incluso, su forma de percibir y de aprender depende de una cuestión neurobiológica que no puede disociar la expresión génica de la aportación ambiental. Solo les ruego que no confundamos el ADN con el ARN, ni la función de las Hormonas con las de sus "primos hermanos", los neurotransmisores, o con las de sus "sobrinos" los péptidos.

Como apunte a esto, le comento lo que los especialistas Christian Montag y Martin Reuter indican: "Toda la capacidad humana para razonar, para comunicarse, para ser creativo, para percibir el mundo, para crear lazos con otros humanos, etc… es función del sistema nervioso controlado por los neurotransmisores".

La capacidad de aprendizaje no requiere nuevas proteínas

Aunque le parezca monstruoso, la capacidad de aprendizaje no requiere de la producción de nuevas proteínas, mientras que la formación de la memoria, sí.

Lo cierto es que poseemos la misma (o sea, escasa) validación de que la expresión génica es el precursor de nuestros resultados académicos como de que lo sea el llamado “Ambiente”. En la primera opción se encuentran algunos científicos que no están especialmente interesados por las notas de sus hijos, sino por sanar tanto a su propia descendencia como a la de usted. En el segundo grupo se encuentran aquellos que poseen conclusiones al más puro estilo Pavlov. Lo más seguro que sea una combinación de ambas y una vez hecha la mezcla, no conviene buscar su composición porque ya se habrá convertido en un elemento que se va a combinar nuevamente.

Solo le puedo decir que los neurotransmisores no trabajan solos ni de forma solitaria, sino que forman cadenas activas, pasivas y reactivas. Para aprender es necesaria la implicación de todos los neurotransmisores, pero los que no pueden faltar son la acetilcolina y el GABA.

Tenga en cuenta que las personas que aprenden motivadas por un simple y constante pique (desafío) son aquellas que poseen una mayor intensidad combinada de norepinefrina, dopamina y glutamato con la ayuda de una liberación posterior de GABA.

En cambio, aquellos que aprenden por una muestra de generosidad y estímulo (activo o reactivo) protector, lo hacen desde una proyección dominante de Oxitocina sobre la amalgama compuesta del resto. Pero hay una pregunta que merece tener respuesta:

¿Qué es lo que hace que unos puedan disponer de esa "pólvora" y otros no?

Mire… en este mismo momento le voy a contar una intimidad. ¡No se asuste!

Yo he vivido, desde que nací (soy el pequeño), acompañado de 3 hermanos más. Todos con cierto parecido, pero con nuestras diferencias. Uno con el aire sereno de Gandhi y yo con cierto parecido a "Frijolito". Con los dos restantes no le quiero aburrir. Todos somos judíos sefardíes (israelitas) y nos hemos criado escuchando lo mismo, viendo la misma tele de tubo y con los mismos programas (solo existía RTVE). Comiendo lo mismo, vistiendo casi igual. Incluso los chicos estudiamos en el mismo colegio (religioso católico) con los mismos profesores mientras mi hermana lo hacía en otro colegio religioso católico.

Ella estudió arquitectura, uno medicina, yo economía, y el mayor no estudió. Mi hermana es superdotada, su pasión es la historia. Fue una gran jugadora de Vóley. El médico es muy inteligente y le encanta escuchar Jazz. ¿Deportes? No, gracias. El mayor era listo y le gustaba hacernos rabiar. Era el más divertido de todos y fue una prometedora figura de fútbol. Mientras, yo soy el resultado de una reducida media aritmética entre estos 2 últimos. Un apasionado por la música desde que a los 7 años me enamoré de una bandurria con funda de tela escocesa.

Mi padre falleció por complicaciones después de sufrir un ictus. Mi hermano mayor de un cáncer de colon. Los demás, gracias a Dios estamos bien... de momento.

¿Por qué le he contado esto? Bien. Porque quiero que sepa lo siguiente: Sabemos poco o nada de la genética, pero del "Ambiente", nada y muy poco.

Sabemos tan poco que nos alarmamos cuando el mismo principio activo que nos recompensa mentalmente, nos permite bailar mejor, disponer de un tránsito intestinal más ordenado, poseer una determinada tonalidad en la piel o acercarnos ligeramente a la esquizofrenia.

Lo cierto es que todo está unido y aquel que lo desuna... no será buen “desunidor”. ¡Lo estropeará todo!
Por eso le digo que nuestro funcionamiento es un misterio de magníficas proporciones. Tanto o más que el significado de la palabra "Ambiente". De ahí que hayamos “inventado” la epigenética. Una disciplina compleja que no complicada. @mundiario

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