La reivindicación del Corredor Atlántico está más que justificada en el caso de Galicia

Vistas del puerto exterior de A Coruña. / Mundiario
Vistas del puerto exterior de A Coruña. / Mundiario

Esta serie de artículos para la edición Corredor Atlántico de MUNDIARIO desmenuza los elementos que sirven para evaluar las inversiones. / Análisis económico de la organización territorial de Galicia.

La reivindicación del Corredor Atlántico está más que justificada en el caso de Galicia

Los aspectos estructurales del espacio de la región transfronteriza Galicia/Norte de Portugal ponen de manifiesto, en lo que respecta a su posicionamiento estratégico, no solo una evidente necesidad de mejora y adecuación de las infraestructuras de cara a afrontar la capacidad competitiva regional, sino que requiere exige acciones de re-equilibrio territorial del mapa europeo y un redoblado impulso de las medidas que puedan contribuir al fortalecimiento de la cohesión interna.

La marginación geográfica de Galicia se constata al estudiar sus hipotéticos y potenciales ejes de transporte. Suponiendo un esquema geo-económico donde las infraestructuras del transporte desempeñan un papel básico a la hora de perfilar aspectos relacionados con la inserción de las economías regionales, los efectos sobre el espacio Galicia/Norte de Portugal marcarían fuertes repercusiones en lo que hace referencia a la organización de las actividades económicas y en lo que respecta a la dimensión social de la vertebración territorial. Los resultados arrojarían una situación de desvinculación geográfica y una evidente carencia de un sólido posicionamiento en los denominados corredores de transporte, como el Corredor Atlántico.

La mayor parte de las ciudades europeas de dimensión mediana y de las áreas metropolitanas intermedias quedan unidas por hipotéticas líneas de conexión, excepto el espacio en donde se encuentra ubicada Galicia. De ahí, la necesidad de la reivindicación territorial, económica y social.

Frente a dicho hipotético esquema tendríamos unos escenarios potenciales, atendiendo a las diferentes apuestas por una Europa, ya sea fundamentada en un crecimiento tendencial (manteniendo la actual situación de status quo), sobre la base de la competitividad (exacerbación de los niveles de productividad y competencia regionales); o fundamentada en criterios de cohesión (implementando medidas que permitan corregir las desigualdades e impulsar la cooperación).

Ante estos escenarios es preciso formular dos consideraciones básicas al respecto. La primera, hace referencia a la clasificación de los principales sub-sistemas económicos y a su integración territorial. Y la segunda referencia, hace mención a las inversiones en las infraestructuras.

Respecto a la primera, en Galicia coexisten varios subsistemas económicos. A modo de ejemplo, podemos citar los siguientes:

a) Economías de base familiar, altamente diversificadas y complementarias. Estas economías poseen un alto soporte de autoconsumo y se sustentan sobre múltiples actividades. Corresponden, normalmente, a un modelo de economía social escasamente productiva. Su productividad es bastante reducida, las rentas obtenidas son débiles, aspecto que exigen una eficiencia social equilibrada entre los miembros de la unidad familiar. Han constituido un sistema amortiguador en las áreas rurales en las fases de recesión.

b) Economías competitivas. Están insertas en el comercio internacional, donde lideran sus respectivos sectores y actividades. Destacan las empresas de pesca, textiles y de confección, madera, minerales no metálicos e industrias agro-alimentarias. Las mencionadas actividades están vinculadas a los recursos naturales e poseen condiciones de trabajo muy especiales. También se incluyen dentro de estas actividades industriales competitivas, aquellas vinculadas a empresas nacionales o multinacionales (especialmente los automóviles, petroquímicas, construcción naval) o las dinamizadoras de espacios económicos y situadas en áreas rurales dispersas (tales como las lácteas, de madera, y algunas textiles y de confección).

c) Economías industriales en crisis. Aquellas que estuvieron ligadas a las iniciativas públicas e que sufrieron fuertes procesos de re-estructuración derivados de ajustes estructurales de gran magnitud (siderurgia, naval, o aluminio y química). De la misma forma, podemos incluir en este epígrafe actividades privadas cuya localización estuvo ligada a la existencia de economías de enclaves concretos (relacionados con las políticas del INI e vinculadas a las acciones de las Grandes Áreas de Expansión Industrial) y que, por lo tanto, non pudieron adaptarse a mercados más abiertos y competitivos. Suelen estar situadas tanto en lugares muy específicos (Ferrol, A Coruña e Vigo) como en oasis industriales (San Cibrao).

d) Economías locales. Son aquellas que están en función de los recursos potenciales endógenos. Poseen, preferentemente, carácter familiar y un tamaño y dimensión media. Están muy dispersas por el territorio, muestran gran predilección por su ubicación próxima a las estructuras urbanas, y subrayan relaciones de complementariedad con otras actividades (industrias lácteas, conservas, madera, textil e confección, construcción, metalurgia, vinícola, rocas, distribución y transporte, material de trasporte y cerámica).

e) Economías rurales. Se caracterizan por el minifundismo, por la fragmentación de las unidades de producción, por la dispersión de la propiedad; en suma, por índices de pobreza elevados. Estas economías anotan una reducida infrautilización de los recursos y no logran alcanzar niveles de competitividad. Son, pues, economías con segmentos críticos.

En lo que afecta a la segunda consideración, la relativa a la organización económica territorial, los mencionados sub-sistemas generan desequilibrios internos que definen un modelo territorial muy descentralizado, tanto económica como demográficamente. Es decir, se pueden visualizar cuatro rasgos de indudable interés: i) un esquema policéntrico para el sistema de ciudades; ii) una dispersión del hábitat, con formas intermedias de urbanización y de rur-urbanización difusa; iii) la existencia de dinámicas de descentralización en lo tocante a los flujos y relaciones económicas; y iv) unos asentamientos basados en la explotación de los recursos endógenos. @mundiario

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